Jn 13,31-33a.34-35. Pascua 5 C. 2 mayo 2010. Tomado de: Asun Gutiérrez. Música. Amor, algo maravilloso. Somos una creación del Amor y hemos sido creados.

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2 Jn 13,31-33a.34-35. Pascua 5 C. 2 mayo 2010. Tomado de: Asun Gutiérrez. Música. Amor, algo maravilloso. Somos una creación del Amor y hemos sido creados para amar, para ser transmisores del amor.

3 Nada más salir Judas, dijo Jesús: –Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios será glorificado en él. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, también Dios lo glorificará a él. Y lo va a hacer muy pronto. Jesús se siente lleno de la presencia luminosa de su Padre. En este momento de gran fragilidad, ante los duros acontecimientos que le esperan, es cuando Jesús se siente glorificado. El proyecto del Padre para el mundo es un proyecto de amor, y la misión de Jesús, y la nuestra, llevarlo a cabo.

4 Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo. Os doy un mandamiento nuevo: Es su cariñoso testamento, lo mejor que nos quiere regalar para nuestra felicidad y para la de los demás. Un mandamiento nuevo, no por ser la primera vez que lo dice, sino porque el amor es creación, innovación, búsqueda continua de nuevas formas para salir de uno mismo y encontrarse con los demás. ¿Hasta qué punto el mandamiento nuevo de Jesús motiva mis actitudes en los ambientes donde vivo, estudio, trabajo, me divierto?

5 Amaos los unos a los otros. como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. El primer paso es dejarse amar. Nadie puede saber lo que es el amor de Jesús si no lo ha experimentado. Jesús no nos pide corresponder a su amor, diciendo:“amadme”. Dice: “amaos”. El amor a los demás es la única prueba de nuestro amor a Dios. Jesús nos da la clave de cómo debe ser ese amor: como el suyo. Si quiero amar como Jesús ama, es necesario tomarme tiempo para contemplarlo y descubrir, desde sus palabras y sus gestos, el modo concreto de vivir hoy ese amor.

6 Por el amor que os tengáis los unos a los otros reconocerán todos que sois discípulos míos. Jesús deja claro que lo que caracteriza a su comunidad es el amor fraterno, acogedor, misericordioso e incondicional. La mayor fuerza de atracción de la comunidad cristiana es ver cómo se aman las personas que forman esa comunidad. ¿Nos reconocen como cristianos por la bondad, amabilidad, compasión, apertura, servicio, alegría, AMOR, entre nosotros y con los demás? Sólo donde hay amor fraterno hay discípulos y comunidad de Jesús.

7 Te pedimos, Señor, que nos ayudes a recobrar un corazón sensible que se muestre interesado por las penas y alegrías de nuestro mundo. Un corazón como el tuyo, abierto a las necesidades de los demás, dolorido ante el sufrimiento ajeno, presto a salir al encuentro de quien nos necesite; un corazón que se vuelque en nuestras manos y en nuestros labios, que hable de cercanía y de amor, un lenguaje de auténticos hermanos. Isabel Gómez-Acebo