LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA La Masculinidad que hemos descrito por áreas de masculinidad: ¿es la única masculinidad posible?

Es obvio que, sustentadas en diversas creencias y valores han existido distintas subjetividades masculinas … Pero todas ellas han quedado sofocadas por lo que R.W. Connell llamó la masculinidad hegemónica, en su libro “Masculinidades” (2003)

La definió como … “La configuración de prácticas de género que legitiman el patriarcado al garantizar la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres”. Es la forma dominante de masculinidad en la jerarquía de género.

Características de la masculinidad hegemónica: Contiene una serie de mandatos que operan a nivel subjetivo. Otorgan pautas identitarias y de comportamiento. Estas pautas son díficiles de incumplir si se quiere evitar la marginación o el estigma.

Características de la masculinidad hegemónica: Para llegar a ser hegemónica, existe correspondencia entre un determinado ideal cultural de ser hombre y un poder institucional que lo avala. Presupone la existencia de otras masculinidades no hegemónicas, despreciadas y relegadas a los márgenes del sistema.

Características de la masculinidad hegemónica: Además, como todas las masculinidades, son relativas y reactivas. Es decir, cuando las mujeres redefinen sus identidades femeninas, las masculinidades se desestabilizan. Ello es consecuencia de que una se ha construido en paralelo contra la otra (área “no ser nada de mujer”).

¿POR QUÉ EL HOMBRE NO SE HA CUESTIONADO LA MASCULINIDAD? Si bien para las mujeres, la feminidad como producto cultural ha sido muy reflexionada y cuestionada, los hombres apenas si lo habían hecho hasta tiempos recientes, y no sólo porque como parte beneficiada hayan preferido voluntariamente un silencio interesado

Según Angels Carabí, los hombres no han dedicado el tiempo necesario para pensar sobre sí mismos . El hombre, producto normal, esencia y origen (según la ideología patriarcal), no ha sentido la necesidad de reflexionar sobre sí mismo y sus condiciones, mientras que la mujer, ser anormal, enigmático y oscuro, ha sido objeto de múltiples estudios derivados de todas las ciencias.

De esta manera … … permaneciendo ajeno a la base constructiva del género, no viendo la necesidad de repensarse o evolucionarse a sí mismo, el hombre, ha permanecido en una creencia esencialista de la masculinidad y de la feminidad, evitando el cuestionamiento de su situación jerárquica, incluso percibiéndola como consecuencia lógica de su misión esencial.

Así … … aunque el hombre también haya sido víctima de su masculinidad (ver: patologías de la masculinidad), siempre le ha pesado más lo positivo de encontrarse en una situación de poder que los malestares o “daños colaterales” que esto pueda producir.

Pero eso va a cambiar para siempre … CONTINUARÁ en “EL ORIGEN DE LAS NUEVAS MASCULINIDADES”.