“Y constituyeron ancianos en cada iglesia…” (Hech. 14:23) Pero, ¿cuánto tiempo luego de su conversión?
Recordemos: La iglesia local es un rebaño (Hech. 20:28; 1 Ped. 5:2) El rebaño requiere pastores (Hech. 14:23; 20:17,28; Tito 1:5; 1 Ped. 5:3) Jesús es el príncipe de los pastores (1 Ped. 5:4).
Conceptos erróneos Que los ancianos siempre deben ser conversos de muchos años (cf. 1 Tim. 3:6). Que pocos años son insuficientes para la madurez de un cristiano (cf. Heb. 5:12). Lo ocurrido en Hechos 14:23 contradice estos conceptos populares en la hermandad.
Tiempo se requiere para madurar en Cristo Tiempo se requiere para madurar en Cristo. Pero, el tiempo en sí no hace la diferencia. Si el cristiano se esfuerza por crecer, Dios le dará madurez a pesar del tiempo. En poco tiempo puede haber grandes resultados.
Dentro de unos tres años, en las congregaciones había varones idóneos para ser los ancianos. Una explicación parcial es que eran judíos que al convertirse tenían ya un excelente carácter (cf. Hech. 13:4,5,14,43; 14:1). Sin embargo, el rechazo y persecución siempre era liderado por judíos (cf. Hech. 13:6,45,50; 14:2,5,19).
Dentro de poco tiempo en las congregaciones del primer siglo había varones idóneos para ser los ancianos. Estos varones no siempre serían judíos. Pablo no siempre comenzó a evangelizar en la sinagoga. No obstante, se lee de ancianos y hermanos maduros en poco tiempo (cf. Hech. 13:7,12; 16:13; Fil. 1:1; 1 Tes. 1:8; 5:12).
Conclusión Que no establezcamos la regla de que los ancianos de una iglesia local siempre serán hermanos con décadas de caminar en Cristo. En el primer siglo hubo ancianos a los pocos años de establecida la iglesia local. ¿No debiéramos revisar nuestros conceptos para ajustarlos a la palabra de Dios?
Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.