“Pero es necesario que el obispo sea…” Requisitos positivos

Lo que hemos aprendido Una iglesia local requiere ancianos para ser eficiente. No se requieren muchos años para lograr ancianos si aprovechamos el tiempo y nos esforzamos. Hay obstáculos comunes que superar. Los ancianos son el producto de una iglesia fuerte.

Lo que hemos aprendido Los listados de 1 Timoteo 3 y Tito 1, respecto a los requisitos de los ancianos, son paralelos. Los “ancianos” no necesariamente serán “ancianos” según el uso de la palabra en la actualidad. Todo cristiano fiel es “irreprensible”, y en esto el anciano es un ejemplo. El anciano debe ser casado y con su hogar sujeto a su gobierno.

Lo que hemos aprendido El anciano es ejemplo de sobriedad, justicia y santidad, por este motivo el no se embriaga. El anciano es apto para enseñar, y por lo tanto, capaz de defender la fe, y de alentar y alimentar al rebaño local.

Hoy veremos los requisitos positivos que Dios espera que los ancianos manifiesten, requisitos que todos los cristianos deben manifestar en sus vidas

1 Timoteo 3:1-7 “1Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo” 

Tito 1:5-9 “5Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. 7Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, 8sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, 9retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”

REQUISITOS POSITIVOS SOBRIO (gr. Nefáleos): Vigilante, templado, circunspecto (cf. 1 Tim. 3:11; Tito 2:2). PRUDENTE (gr. Sofron): De mente sana, de buen entendimiento (cf. Tito 2:2,5). DECOROSO (gr. Kosmion): Persona ordenada en todo aspecto de su vida (cf. 1 Tim. 2:9). SOBRIO PRUDENTE DECOROSO

REQUISITOS POSITIVOS HOSPEDADOR (gr. Filoxenon): Amante de los extraños; dispuesto para recibirles en casa y aliviar su necesidad (cf. Tito 1:8; 1 Ped. 4:9; ej. 3 Jn. 5-8). AMABLE (gr. Epieikes): Bondadoso, afable, apacible, razonable, gentil (cf. Fil. 4:5; Tito 3:2; Sant. 3:17; 1 Ped. 2:18). BUEN TESTIMONIO (gr. Kalos Marturia): Con una hermosa, valiosa y virtuosa, reputación entre los no cristianos (cf. Tito 1:12,13; 3 Jn. 12). HOSPEDADOR AMABLE BUEN TESTIMONIO

REQUISITOS POSITIVOS AMANTE DE LO BUENO (gr. Philagathon): Benévolo en general, que simpatiza con lo bueno, o noble. JUSTO (gr. Dikaios): Sin parcialidad, prejuicio o favoritismo. SANTO (gr. Josios): Religiosamente recto, en oposición a lo torcido o contaminado (cf. 1 Tes. 2:10; 1Tim. 2:8). DUEÑO DE SÍ MISMO (gr. Enkrates): Continente, templado, autocontrolado, que usa del dominio propio (cf. Hech. 24:25; Gal. 5:23; 2 Ped. 1:6). AMANTE DE LO BUENO JUSTO SANTO DUEÑO DE SÍ MISMO

Conclusión Muchas veces en la hermandad se pregunta, “¿es casado?”, “¿tiene hijos fieles?”, sin hacer una mayor consideración del carácter y habilidades. Debiéramos también preguntar, “¿qué clase de persona es él?”, “¿podrá ser capaz de pastorear el rebaño?”.

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.