Las recompensas de la sabiduría Proverbios 2

Introducción En la lección anterior vimos las peligrosas consecuencias de correr tras la mala compañía. En esta lección veremos que la sabiduría nos ofrece protegernos de tales peligros. En el capítulo 1 la sabiduría clamaba por discípulos, ahora el hijo es exhortado a clamar por sabiduría. Sólo cuando sucede esto, existirá el esperado encuentro.

Introducción Hay tres puntos principales de ésta lección: El tener sabiduría requiere de una búsqueda diligente. La sabiduría proviene de Dios. La sabiduría cuida a aquellos que la reciben.

El tener sabiduría requiere de una búsqueda diligente “Si… si… si… si…” (2:1-4). La sabiduría es una bendición condicional. Ilustración (Ezeq. 3:3; Jer. 15:16; Sal. 119:103). “Entonces…” (2:5,9). Los resultados (2:5,9,11,12,16). Ilustración (“entonces”, Jos. 1:8). Ilustración (Hech. 17:11; Ef. 3:4; 5:17). Ni la más ferviente oración reemplaza la atención a la palabra de Dios (cf. Stgo. 1:5).

La sabiduría proviene de Dios “Jehová da la sabiduría…” (2:6 y sig.) Lo que antes se implicó, ahora se afirma. La sabiduría de Dios nos protegerá como un “escudo” (2:7; cf. Ef. 6:16). Más resultados de buscar la sabiduría (2:9). Entendimiento de “justicia”, “juicio”, “equidad”, “todo buen camino” (cf. Stgo. 3:17-18). Ilustraciones: 1) Generosidad de los niños. 2) Respeto y amor verdadero en la juventud. 3) Trato justo en la adultez.

La sabiduría cuida a aquellos que la reciben Las recompensas son condicionales al trabajo y la recepción (2:10). La sabiduría es un “gusto” adquirido. Ilustración: La ensalada que prepara mi amada Mariela. La sabiduría nos cuida de dos clases de personas: Malas asociaciones en general (2:12-15) La mujer ajena (2:16-19; capítulos 5-7) que seduce al joven con sus artimañas de ramera. El contraste final entre “rectos” e “impíos” (2:21-22).

Conclusión No nos despertaremos un día llenos de sabiduría por casualidad. La sabiduría de Dios debe ser buscada y abrazada con diligencia. Las recompensas de la sabiduría de Dios bien valen la pena: seguridad, protección y larga vida (cf. 1 Ped. 3:10-12). ¿Por qué no comienza hoy en el camino de sabiduría?

Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios. Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.