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MALTRATO A LOS ANCIANOS Es producto de una deformación en nuestra cultura, que siente que lo viejo es inservible e inútil. El maltrato hacia los ancianos es producto de una deformación en nuestra cultura, que siente que lo viejo es inservible e inútil

Maltrato a los ancianos Son sentidos como estorbos y como una carga que se debe llevar, además de la familia que hay que sostener. De una u otra manera los viejos son sentidos como estorbos, y como una carga que se debe llevar a cuestas, además de la familia que hay que sostener.

Maltrato a los ancianos Son generalmente abandonados, segregados y enviados a otros lugares: casa de reposo, de parientes u otro lugar. Por ello son generalmente abandonados, segregados y enviados a otros lugares: casa de reposo, si hay presupuesto, a la casa de otros parientes o simplemente se los abandona y deja solos, en un momento en que requieren de apoyo y asistencia por parte de los más jóvenes. Por eso no es de extrañar que el tipo más frecuente de maltrato sea el abandono y la falta de cuidados.

Maltrato a los ancianos Los agresores tienden a estar sobrecargados con otras tareas, y al hacerse cargo de un viejo que se pone difícil, ni es capaz de comunicarse los hace explotar. Frecuentemente los agresores tienden a estar muy sobrecargados con las otras tareas (ser madre, dueña de casa, buen proveedor económico o buen esposo(a)) y el tener que hacerse cargo además de un viejo que se pone difícil o ni es capaz de comunicarse o escucharlos, es la gota que rebalsa el vaso y los hace explotar.

CONSECUENCIAS Depresión y baja de la defensas. Envejecimiento rápido. Deseo de morir. Se sienten como un estorbo. Generalmente los agresores son miembros de la familia. Aunque muchos de los ancianos que se sienten maltratados están tan deteriorados por la edad, que a veces ni recuerdan haber sido maltratados. El efecto más frecuente del maltrato de los ancianos es la depresión y la baja de las defensas, trayendo con ello más enfermedades, envejecimiento más rápido y el deseo de morir. Un anciano deprimido tiende a morirse más rápido. A esto deben agregar la pena de sentirse un estorbo al cual a nadie le importa. Uno de los problemas para no hacer la denuncia es la incapacidad física o sicológica que puede sufrir la víctima, el no saber dónde acudir ya que los agresores generalmente son miembros de su familia, especialmente hijos. De hecho, las investigaciones concuerdan que las denuncias son hechas por terceros y no por la propia víctima en un 99%.

¿QUE HACER? Familia e iglesia: Revalorar el aporte de las personas adultas mayores dentro de la vida y economía del hogar. Desde la Familia y la iglesia: • Revalorar el aporte de las personas adultas mayores dentro de la vida y economía del hogar.

¿Qué hacer? Familia e iglesia: Generar los mecanismos para que las personas adultas mayores se sientan útiles y con la posibilidad de opinar y decidir en acuerdos familiares. Desde la Familia y la iglesia: • Generar los mecanismos para que las personas adultas mayores se sientan útiles y con la posibilidad de opinar y decidir en acuerdos familiares.

¿Qué hacer? Familia e iglesia: Crear un ambiente que brinde afecto, respeto y constituya un real soporte para sus miembros mayores, especialmente para aquellos que tienen algún grado de discapacidad. Desde la Familia y la iglesia: Crear un ambiente que brinde afecto, respeto y constituya un real soporte para sus miembros mayores, especialmente para aquellos que tienen algún grado de discapacidad

¿Qué hacer? Medios de comunicación: Contribuir a mejorar la imagen de las personas adultas mayores, desterrando mitos y estereotipos que generalmente rodean la figura de éstas. Desde los Medios de Comunicación: Contribuir a mejorar la imagen de las personas adultas mayores, desterrando mitos y estereotipos que generalmente rodean la figura de éstas.

REFLEXIÓN Todas las formas de violencia, en su mayoría, son ejercidas por familiares cercanos al adulto mayor, generándole sentimientos contradictorios, de afecto, rechazo y dependencia emocional ante quien ejerce la violencia hacia él. La observación sensible, el oído atento y la actitud receptiva son algunos de los recursos con que contamos para identificar a un adulto mayor maltratado. Todo esto nos compromete como cristianos preocupados en elevar la calidad de vida de los “mayores” y a realizar los esfuerzos necesarios para la prevención y promoción de la dignidad humana. “El Señor vigila a justos y a malvados, y odia con toda su alma a los que aman la violencia”. Salmo 11:5