“Ustedes son la sal de la tierra...Ustedes son la luz del mundo...” DOMINGO V Tiempo Ordinario - Ciclo A “Ustedes son la sal de la tierra...Ustedes son la luz del mundo...” BARTHIMEUS, Instituto para el Progreso Humano.
ORACIÓN COLECTA DE LA MISA DEL DOMINGO V T.O. – A “Vela, Señor, con amor continuo sobre tu familia; protégela y defiéndela siempre, ya que solo en ti ha puesto su esperanza”.
“El justo brilla en las tinieblas como una luz” Salmo (111)
Mt. 5, 13-16 “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos : Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿Con qué la salarán? no sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente.
MISIÓN : Dar sabor al mundo y preservarlo de la corrupción. Al igual que ponemos sal a un alimento para sazonarlo y preservarlo. ¿Qué es mejor en mi casa y en el mundo gracias a mi presencia? ¿Cómo ayudo a conservar y mejorar el mundo? Mi “sal” : mi Fe. Que debe aportar sabiduría, bondad, paz, pureza,… .
Para ser sal útil , no una sal insípida : No corrompernos nosotros mismos. Cuidar que nuestras costumbres sean puras. No ser motivo de escándalo, sino de estímulo. O sea : convertirnos día a día , siguiendo al Señor.
Ustedes son la luz del mundo Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.
MISIÓN : acabar con las tinieblas, vivir en la verdad, distinguir el bien del mal . ¿Cómo limpio mi propia oscuridad (mis errores y mis pecados) y la oscuridad que nos rodea para que el Señor sea visto por todos? ¿Supero mis problemas y mis tristezas, apoyándome en Cristo y la Madre Iglesia , para poder dar luz (el bien y la justicia) en mi casa y en mi medio?
Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón.
Es para que Dios sea conocido y amado. No ocultes tu fe. Tu fe no es para ti solo. Es para que Dios sea conocido y amado. Obra el bien y la verdad Empieza por dar sabor y claridad al pequeño mundo que te rodea.
Ser sal y luz, ser, no aparentar serlo. Sazonar e iluminar. Ser sal y luz, ser, no aparentar serlo. Empezando en lo cotidiano, en la propia casa, en lo sencillo, para que cuando lo hagamos fuera, tenga la autenticidad de quien habla y actúa con la verdad de su propia vida, no con frases o poses aprendidas, pero que no tienen la fuerza de la experiencia vivida.
Señor , concédeme caminar en la verdad y en el bien, para estar en comunión contigo, que eres luz (1 Jn1,7) y que mi palabra sea siempre amable y veraz, como sazonada con sal, para poder hablar con todos, según lo que necesiten oír (Col 4,6) . La paz sea contigo Barthimeus, Instituto para el Progreso Humano