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H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 08 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”,

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2 H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 08 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “La Vida Comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970 Serie meditativa 08 cepam

3 “Los orígenes han sido manantiales fecundos, aunque no sin ambivalencias incidentales. Por eso el Concilio invita a un retorno a las fuentes. Los orígenes ofrecen su perpetuo rejuvenecimiento, como todo amor histórico y peregrino, más que por ausencia total de impurezas y tanteos, por la potencia efectiva de caridad y creatividad que se revela en ellos, y por la agilidad y juventud mostradas al buscar diversos cauces.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 165) “Los orígenes han sido manantiales fecundos, aunque no sin ambivalencias incidentales. Por eso el Concilio invita a un retorno a las fuentes. Los orígenes ofrecen su perpetuo rejuvenecimiento, como todo amor histórico y peregrino, más que por ausencia total de impurezas y tanteos, por la potencia efectiva de caridad y creatividad que se revela en ellos, y por la agilidad y juventud mostradas al buscar diversos cauces.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 165)

4 “Los jóvenes actuales sienten vivísimas aspiraciones a una re-novación de la vida comunitaria y, o les ofrecemos un cauce legítimo, o tomarán otro cualquiera, o nos quedaremos sin aspirantes entre la juventud. Podemos resumir en dos las ansias renovadoras que bullen actualmente en las nuevas generaciones: el deseo de una comunión auténtica y profunda, y la búsqueda de formas nuevas para realizarla.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 166) “Los jóvenes actuales sienten vivísimas aspiraciones a una re-novación de la vida comunitaria y, o les ofrecemos un cauce legítimo, o tomarán otro cualquiera, o nos quedaremos sin aspirantes entre la juventud. Podemos resumir en dos las ansias renovadoras que bullen actualmente en las nuevas generaciones: el deseo de una comunión auténtica y profunda, y la búsqueda de formas nuevas para realizarla.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 166)

5 “En conclusión: la situación actual en lo que respecta a la vida comunitaria se presenta como una serie de tensiones insoslayables que están pidiendo una solución positiva. Por una parte hay verdaderas deficiencias, que han sido expuestas con luz meridiana por la doctrina conciliar, y hay también una creciente toma de conciencia que esa doctrina ha provocado; y por otro lado, hay deseos ardientes de una verdadera vida comunitaria en esta exuberancia de inquietudes y formas nuevas que acabamos de describir. Poco importa que los jóvenes, dadas sus ambivalencias, quieran a veces la cosecha sin la siembra y el cultivo previos. Los hechos son los hechos: las nuevas generaciones, a una con el Concilio, piden una seria renovación de la vida común de los religiosos. Es obligación nuestra poner manos a la obra.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 173) “En conclusión: la situación actual en lo que respecta a la vida comunitaria se presenta como una serie de tensiones insoslayables que están pidiendo una solución positiva. Por una parte hay verdaderas deficiencias, que han sido expuestas con luz meridiana por la doctrina conciliar, y hay también una creciente toma de conciencia que esa doctrina ha provocado; y por otro lado, hay deseos ardientes de una verdadera vida comunitaria en esta exuberancia de inquietudes y formas nuevas que acabamos de describir. Poco importa que los jóvenes, dadas sus ambivalencias, quieran a veces la cosecha sin la siembra y el cultivo previos. Los hechos son los hechos: las nuevas generaciones, a una con el Concilio, piden una seria renovación de la vida común de los religiosos. Es obligación nuestra poner manos a la obra.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 173)

6 “La caridad debe ser, por tanto, una señal de auténtica vida religiosa; y tiene por misión no sólo demostrar que Cristo vino a este mundo como enviado del Padre, sino también expresar su venida actual, venida con la que transforma a los hombres y les comunica la unidad divina. De esa forma, la vida comunitaria de los religiosos se presenta en el mundo como una llamada a la fe.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 184) “La caridad debe ser, por tanto, una señal de auténtica vida religiosa; y tiene por misión no sólo demostrar que Cristo vino a este mundo como enviado del Padre, sino también expresar su venida actual, venida con la que transforma a los hombres y les comunica la unidad divina. De esa forma, la vida comunitaria de los religiosos se presenta en el mundo como una llamada a la fe.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 184)

7 “El carisma comunitario de la vida religiosa lleva a respetar y a apreciar el carisma personal de cada uno. Porque, en efecto, es importantísimo tener en cuenta que, entre las personas integrantes de una comunidad, no solamente se dan diferencias de carácter y de temperamento, y a veces de nacionalidad y de mentalidad, sino que, sobre todo, existe entre ellas diversidad de dones espirituales concedidos por el Espíritu Santo. Para superar esa diversidad y constituir la unidad que pretende realizar el Espíritu de amor, es necesario valorar cada don personal como la contribución especial a una armonía de conjunto; como una aportación indispensable a la riqueza de la Iglesia.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 198) “El carisma comunitario de la vida religiosa lleva a respetar y a apreciar el carisma personal de cada uno. Porque, en efecto, es importantísimo tener en cuenta que, entre las personas integrantes de una comunidad, no solamente se dan diferencias de carácter y de temperamento, y a veces de nacionalidad y de mentalidad, sino que, sobre todo, existe entre ellas diversidad de dones espirituales concedidos por el Espíritu Santo. Para superar esa diversidad y constituir la unidad que pretende realizar el Espíritu de amor, es necesario valorar cada don personal como la contribución especial a una armonía de conjunto; como una aportación indispensable a la riqueza de la Iglesia.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “La vida comunitaria”, Circular del 6 de junio de 1970, Vol. XXV, N° 2, p. 198)

8 Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida


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