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Ma. Luisa Ramírez Valdez Misionera Verbum Dei
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La atención de las necesidades espirituales de pacientes y familiares. No solo curar a quien está enfermo, sino también de cuidar a quien no puede ser curado.
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Son muchas las necesidades que hay que atender y LA ESPIRITUAL es una de las más acuciantes debido al momento de fragilidad en el que se encuentra la persona que se enfrenta a lo desconocido.
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LAS PERSONAS BUSCAN: Nutrición del espíritu Una verdad esencial Una esperanza El sentido de la vida y de la muerte
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Toda persona tiene en su interior la capacidad de hacerse la pregunta por el sentido último de las cosas, la visión global de la vida, considerar su complejo mundo de valores.
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EL ENCARGADO DE DAR ESPACIO AL DIÁLOGO INTERIOR DE AQUEL QUE SUFRE PARA QUE ÉL MISMO PUEDA DAR VOZ A SUS PREGUNTAS Y VIDA A SUS RESPUESTAS Al hablar de calidad de vida en cuidados paliativos incluyen la necesidad de abordar las necesidades espirituales y existenciales de la persona para la mejora de la vivencia de esta última fase de la vida.
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Ayuda a una optima calidad de trato en los cuidados Colabora en auxilios espirituales y existenciales de las personas, ayudando a mejorar la vivencia en esta etapa de la vida
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Se da valor a las creencias y prácticas religiosas Los enfermos practicantes de alguna religión son aptos para vivir más tiempo que los que no lo son Los enfermos y cuidadores que reciben ayuda de agentes pastorales: Mejoran su bienestar espiritual y físico Benefician en igual medida la calidad de vida. Están menos deprimidos EN INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE LA ESPIRITUALIDAD Y LOS CUIDADOS PALIATIVOS:
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Nuestros datos apoyan la hipótesis de que una atención espiritual adecuada mejora la calidad de la vivencia de la fase terminal de la vida y el afrontamiento de la muerte en UCP influyendo positivamente sobre el paciente y los familiares. Esta ayuda «para no sentir sola el alma» se puede entender y materializar no tanto en cifras sino en las experiencias expresadas porque la atención espiritual trabaja en la dimensión no tangible de las personas.
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PARA EL CREYENTE QUE ACOMPAÑA A UN FAMILIAR ENFERMO AMAR DE LA MANERA MÁS HUMANA A SUS SERES QUERIDOS, NO ES LA IMPROVISACIÓN EN ESA CIRCUNSTANCIA HISTÓRICA, SINO LA REALIZACIÓN DE TODA SU PERSONA, AMANDO, ENTREGANDO LO MEJOR DE SI, REALIZANDOSE COMO PERSONA BUSCANDO HACER EL MAYOR BIEN
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VIVIR NUESTRA RELACIÓN CON DIOS EN EL SERVICIO AL ENFERMO Es la expresión de una manera particular de vivir la vida en el Espíritu Dios puede ser encontrado tanto en la oración como en el servicio al enfermo DANDO TESTIMONIO DE SERVICIO Comprometidos en la construcción de un mundo más humano, solidario y fraterno Prolongando el amor de Dios al enfermo y necesitado con sus acciones y vida
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Ayuda a aprender a leer desde la fe la experiencia de sufrimiento y dolor, a descubrir la acción de Dios, y a vivirlos con esperanza. Regala una fuerza dinámica, que no es un vano optimismo sino que nos empuja a trabajar, luchar aquí y ahora contra todo lo que impide la realización humana.
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SE ACOMPAÑA HACIENDO PROCESO HUMANO En el trato fraterno aprendemos a purificar nuestras intenciones Aceptando nuestras propias heridas, los aspectos negativos de la vida y transformandolos en fuente de salud para los demás Nos acerca al enfermo con un corazón acogedor, lleno de comprensión, respeto y amor. Para que la caridad sea solidaridad y acompañamiento humilde
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La caridad tiene que ser practicada de buena gana y con corazón generoso. Tratar al enfermo con mansedumbre, con bondad, con cariño y no de malas maneras y brusquedad… (San Camilo de Lelis) Cuidar con mucha caridad
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AMAR EN TODO LO QUE HACEMOS VIVIR AGRADANDO A DIOS
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