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Enseñanzas del Papa Francisco.

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Presentación del tema: "Enseñanzas del Papa Francisco."— Transcripción de la presentación:

1 Enseñanzas del Papa Francisco.
No.75

2 El 7 de octubre dijo en parte de su homilía: El Señor “ha elegido a su pueblo y lo ha acompañado durante el camino en el desierto, durante toda la vida”. “Dios lo ha hecho con su pueblo, lo ha hecho y lo hace con cada uno de nosotros”. “Nosotros hemos sido elegidos”

3 …“Esta costumbre de hacer memoria de nuestra vida no es muy común entre nosotros. Nos olvidamos las cosas, vivimos en el momento y después olvidamos la historia. Y cada uno de nosotros tiene una historia: una historia de gracia, una historia de pecado, una historia de camino, tantas cosas… Y hace bien rezar con nuestra historia.

4 Uno de ellos es Pablo, que relata una parte de su historia y que en general dice: ‘¡Él me ha elegido! ¡Él me ha llamado! ¡Él me ha salvado! Él ha sido mi compañero de camino…’”.

5 “Hacer memoria sobre la propia vida es dar gloria a Dios
“Hacer memoria sobre la propia vida es dar gloria a Dios. Hacer memoria sobre nuestros pecados, de los que el Señor nos ha salvado, es dar gloria a Dios”. Por esta razón “Pablo dice que él se vanagloria sólo de dos cosas: de sus propios pecados y de la gracia de Dios Crucificado, de su gracia”. Él “hacía memoria de sus pecados, y se vanagloriaba: ‘He sido pecador, pero Cristo Crucificado me ha salvado’ y se gloriaba en Cristo. Ésta era la memoria de Pablo. Ésta es la memoria que el mismo Jesús nos invita a hacer”:

6 “Cuando Jesús dice a Marta: ‘Tú te afanas y te agitas por muchas cosas, pero una cosa es necesaria. María ha elegido la parte mejor. Es decir, escuchar al Señor y hacer memoria. No se puede rezar cada día como si no tuviéramos historia. Cada uno de nosotros tiene la suya. Y con esta historia en el corazón vamos a la oración, como María. Pero tantas veces estamos distraídos, como Marta, por los trabajos de la jornada, por hacer esas cosas que debemos hacer, y olvidamos esta historia”.

7 Nuestra relación con Dios “no comienza el día del Bautismo: allí fue sellada”. Comienza “cuando Dios, desde la eternidad, nos ha mirado y nos ha elegido. En el corazón de Dios, allí comienza”.

8 “Hacer memoria de nuestra elección, aquella que Dios ha hecho sobre nosotros. Hacer memoria de nuestro camino de alianza. ¿Esta alianza ha sido respetada?, ¿o no?...

9 Recemos el Salmo 138, que dice “Señor, tú me escrutas y me conoces
Recemos el Salmo 138, que dice “Señor, tú me escrutas y me conoces. Tú sabes cuándo me acuesto y cuándo me levanto. Sondeas mis pensamientos desde lejos, te son familiares todas mis sendas”. “Esto es rezar. Rezar es hacer memoria ante el Dios de nuestra historia. Porque nuestra historia es la historia de su amor por cada uno de nosotros”.

10   El 8 de octubre dijo en parte de su catequesis en Audiencia General: No debemos olvidar que hay tantos hermanos, que comparten con nosotros la fe en Cristo, pero que pertenecen a otras confesiones o a tradiciones diferentes de la nuestra.

11 …Pero, me pregunto: ¿nosotros, cómo nos presentamos de frente a todo esto? ¿También nosotros estamos resignados o somos incluso indiferentes a esta división? ¿O más bien creemos firmemente que se puede y se debe caminar en la dirección de la reconciliación y de la plena comunión? La plena comunión, es decir, poder participar todos juntos en el cuerpo y la sangre de Cristo.

12 La división entre cristianos, mientras hiere a la Iglesia, hiere a Cristo y nosotros divididos herimos a Cristo. La Iglesia, en efecto, es el cuerpo del cual Cristo es la cabeza. Sabemos bien cuánto deseaba Jesús que sus discípulos permanecieran unidos en su amor.

13 Es suficiente pensar en sus palabras referidas en el capítulo décimo séptimo del Evangelio de Juan, la oración dirigida al Padre en la inminencia de la pasión: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me diste, para que sean uno como nosotros” (Jn, 17,11). Ésta unidad estaba ya amenazada mientras Jesús estaba todavía entre los suyos: en el Evangelio, en efecto, se recuerda que los apóstoles discutían entre ellos sobre quién fuera el más grande, el más importante (cfr Lc 9,46).

14   El Señor, ha insistido tanto en la unidad en el nombre del Padre, haciéndonos entender que nuestro anuncio y nuestro testimonio serán más creíbles cuánto más nosotros, en primer lugar, seamos capaces de vivir en comunión y de amarnos.

15 Es lo que sus apóstoles, con la gracia del Espíritu Santo, comprendieron después profundamente y cuidaron, tanto que San Pablo llegara a implorar a la comunidad de Corinto con estas palabras: “Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, yo los exhorto a que se pongan de acuerdo: que no haya divisiones entre ustedes y vivan en perfecta armonía, teniendo la misma manera de pensar y de sentir” (1 Cor 1,10).

16 Durante su camino en la historia, la Iglesia es tentada por el maligno, que trata de dividirla, y por desgracia se ha visto afectada por separaciones graves y dolorosas. Son divisiones que a veces se han prolongado en el tiempo, hasta hoy, por lo cual ahora resulta difícil reconstruir todos los motivos y sobre todo, encontrar soluciones posibles.

17 …Ahora, de frente a todo esto, ¿hay algo que cada uno de nosotros, como miembros de la santa madre Iglesia, podemos y debemos hacer? Ciertamente, no debe faltar la oración, en continuidad y en comunión con la de Jesús, la oración por la unidad de los cristianos.

18 Y junto con la oración, el Señor nos pide una renovada apertura: nos pide no cerrarnos al diálogo y al encuentro, sino captar todo aquello que de válido y positivo se nos ofrece también por quienes piensan diferente de nosotros o se ponen en una diferente posición. Nos pide no fijar la mirada en lo que nos divide, sino más bien en lo que nos une, tratando de conocer mejor y amar a Jesús y compartir la riqueza de su amor.

19   Y esto conlleva concretamente la adhesión a la verdad, junto con la capacidad de perdonarse, de sentirse parte de la misma familia cristiana, de considerarse el uno un don para el otro y hacer juntos muchas cosas buenas, y obras de caridad.

20 Es un dolor, pero hay divisiones, hay cristianos divididos, nos hemos dividido entre nosotros. Todos tenemos algo en común: todos creemos en Jesucristo el Señor, todos creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, y en tercer lugar, todos caminamos juntos, estamos en camino.

21 Agradezcamos al Señor, todos, por nuestro bautismo, agradezcamos al Señor todos, por nuestra comunión, y para que esta comunión sea al final una comunión de todos juntos. …¡entonces vamos hacia adelante hacia la unidad plena! La historia nos ha separado, pero estamos en camino hacia la reconciliación y la comunión. Y esto es verdad, ¡esto tenemos que defender! ¡Todos estamos en camino hacia la comunión!

22 Y cuando la meta nos pueda parecer demasiado lejana, casi inalcanzable, y nos sintamos atrapados por el desaliento, nos anime la idea de que Dios no puede cerrar su oído a la voz de su propio Hijo Jesús y no cumplir con sus y nuestras oraciones, para que todos los cristianos sean verdaderamente una sola cosa.

23   El 9 de octubre dijo en parte de su homilía: Hay “tres palabras claves”: “el amigo, el Padre y el don”. Jesús “muestra a los discípulos lo que es la oración. Es como un hombre que va a medianoche a lo de un amigo para pedirle algo”. “Jesús da un paso hacia adelante y habla del Padre: ‘¿Qué padre entre ustedes, si un hijo le pide un pescado, le dará una serpiente en lugar del pescado? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?’… ‘Si ustedes entonces que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo!’”.

24 Por tanto “no sólo el amigo que nos acompaña en el camino de la vida nos ayuda y nos da lo que pedimos: también el Padre del cielo” que “nos ama tanto y del cual Jesús ha dicho que se preocupa por dar de comer a los pájaros del campo. Jesús quiere despertar la confianza en la oración”.

25 Cristo dice: “Pidan y les será dado, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca encuentra, y a quien llama le será abierto”. “Ésta es la oración: pedir, buscar y llamar al corazón de Dios”. Y el Padre “dará el Espíritu Santo a los que le piden”:

26 “Éste es el don, éste es el plus de Dios
“Éste es el don, éste es el plus de Dios. Dios jamás te da un regalo, una cosa que le pides así, sin envolverlo bien, sin algo más que lo haga más bello. Y lo que el Señor, el Padre nos da de más, es el Espíritu: el verdadero don del Padre es lo que la oración no osa esperar. ‘Yo pido esta gracia; pido esto, llamo y rezo tanto… Sólo espero que me dé esto. Y Él que es Padre, me da aquello y además: el don, el Espíritu Santo”.

27 “La oración se hace con el amigo, que es el compañero de camino de la vida, se hace con el Padre y se hace en el Espíritu Santo”. …Jesús es el amigo que “nos acompaña y nos enseña a rezar. Y nuestra oración debe ser así, trinitaria. … Existe el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: son personas, no son una idea en el aire… ¡Ese Dios spray no existe! ¡Existen las personas!”.

28 “Jesús es el compañero de camino que nos da lo que le pedimos; el Padre que nos cuida y nos ama; y el Espíritu Santo que es el don, es ese plus que da el Padre, lo que nuestra conciencia no osa esperar”.

29 “Después de las tentaciones en el desierto, cuando Jesús fue tentado por el diablo, en la versión de Lucas se dice que el demonio lo dejó por un tiempo, pero durante la vida de Jesús volvía y volvía: cuando lo ponían a prueba, cuando le tendían trampas, en la Pasión, hasta en la Cruz.

30 …Es necesario custodiar nuestro corazón donde habita el Espíritu Santo “para que no entren los demás espíritus”. “Custodiar el corazón, como se custodia una casa, con llave”. Y después, vigilar sobre el corazón, como un centinela.

31 “Cuántas veces entran los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Tantas cosas, que entran. ¿Pero quién ha abierto aquella puerta? ¿Por dónde han entrado?” …“Si no nos damos cuenta de cuanto entra en nuestros corazones, estos se convierten “en una plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede hablar y ni siquiera ser escuchado”.

32 “Y Jesús dice…‘Quien no recoge conmigo, desparrama
  “Y Jesús dice…‘Quien no recoge conmigo, desparrama. Usa la palabra ‘recoger’. Tener un corazón recogido, un corazón sobre el cual nosotros sabemos qué cosa sucede, y aquí y allá se puede hacer la práctica tan antigua de la Iglesia, pero buena: el examen de conciencia”.

33 “¿Quién de nosotros, a la noche, antes de terminar la jornada, permanece solo, sola, y se hace la pregunta: qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Qué cosa ha sucedido? ¿Qué cosas han pasado a través de mi corazón? Si no lo hacemos, verdaderamente no sabemos vigilar bien ni custodiar bien”. El examen de conciencia “es una gracia, porque custodiar nuestro corazón es custodiar el Espíritu Santo, que está dentro de nosotros”.

34 “Nosotros sabemos, Jesús habla claramente, que los diablos vuelven, siempre. Y para custodiar, para vigilar, para que no entren los demonios, es necesario saber recogerse, es decir, entrar en silencio ante sí mismos y ante Dios, y al final de la jornada preguntarse: ‘¿Qué cosa ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Ha entrado alguien que no conozco? ¿La llave está en su lugar?’. Y esto nos ayudará a defendernos de tantas maldades, incluso de las que nosotros podemos hacer, si entran estos demonios, que son muy astutos, y al final nos estafan a todos”.

35 El 12 de octubre dijo en parte de su homilía: …“la profecía de Isaías: ‘El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros’, “estas palabras, llenas de la esperanza de Dios, indican la meta, muestran el futuro hacia el cual nos dirigimos. En este camino los santos nos preceden y nos guían. “Estas palabras también delinean la vocación de los hombres y mujeres misioneros”.

36 “los misioneros son aquellos que, dóciles al Espíritu Santo, tienen el valor de vivir el Evangelio. También ‘en el Evangelio leemos’: ‘Vayan a los cruces de caminos’ dijo el rey a sus siervos. Así que los siervos salieron y reunieron a todos los que encontraron, ‘buenos y malos’, para llevarlos al banquete nupcial del rey”.

37 “los misioneros acogieron esta llamada: salieron a llamar a todos, en los cruces del mundo; y así hicieron tanto bien a la Iglesia, porque si la Iglesia se detiene y se cierra, se enferma, se puede corromper, ya sea con pecados, que con la falsa ciencia separada de Dios, que es el secularismo mundano”.

38 “Los misioneros han dirigido la mirada a Cristo crucificado, han acogido su gracia y no la han tenido para sí mismos. Como San Pablo, se han hecho todo para todos; han sabido vivir en la pobreza y en la abundancia, en la saciedad y el hambre; pudieron todo en Aquel que les daba fuerzas”.

39 “Así es la vida de un misionero, de una misionera
“Así es la vida de un misionero, de una misionera. Y luego, para terminar lejos de casa, lejos de su patria; tantas veces muertos, ¡ asesinados ! Como ha sucedido en estos días, con tantos hermanos y hermanas nuestros”. “la misión evangelizadora de la Iglesia es esencialmente anuncio del amor, de la misericordia y el perdón de Dios, revelado a los hombres a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo”.

40 Los misioneros, “han servido a la misión de la Iglesia, repartiendo a los más pequeños y a los más distantes el pan de la Palabra y llevando a todos el don del amor inagotable que brota del corazón mismo del Salvador”.

41 …“Rendir homenaje a los que sufrieron para traernos el Evangelio significa llevar hacia adelante también nosotros la buena batalla de la fe, con humildad, mansedumbre y misericordia, en la vida cotidiana. Y esto da fruto. Memoria de aquellos que nos han precedido, de aquellos que han fundado nuestra Iglesia”.

42 El 12 de octubre dijo al presidir el rezo del ángelus refiriéndose al Evangelio Mt.22, 1-14: …Dios es bueno con nosotros, nos ofrece gratuitamente su amistad, nos ofrece gratuitamente su alegría, la salvación, pero muchas veces no recibimos sus dones, ponemos en primer lugar nuestras preocupaciones materiales, nuestros intereses, y también cuando el Señor nos llama, a nuestro corazón… tantas veces parece que nos molestara.

43 Algunos invitados incluso maltratan y matan a los servidores que les entregan las invitaciones. Pero, a pesar de las adhesiones que faltan por parte de quienes fueron llamados, el plan de Dios no se interrumpe.

44 Frente a la negativa de los primeros invitados, Él no pierde el ánimo, no suspende la fiesta, sino que vuelve a proponer la invitación extendiéndola más allá de todo límite razonable y envía a sus siervos a las plazas y a los cruces de las calles a reunir a todos aquellos que encuentran.

45 Se trata de gente común, pobres, abandonados y desheredados, incluso buenos y malos, - ¡también los malos son invitados! - sin distinción. Y el salón se llena de “excluidos”. El Evangelio, rechazado por alguno, encuentra una acogida inesperada en muchos otros corazones.

46 La bondad de Dios no tiene fronteras y no discrimina a nadie: por ello el banquete de los dones del Señor es universal. ¡Es universal para todos! A todos es dada la posibilidad de responder a su invitación, a su llamada; nadie tiene el derecho de sentirse privilegiado o de reivindicar la exclusividad.

47 Todo esto nos lleva a vencer la costumbre de posicionarnos cómodamente en el centro, como hacían los jefes de los sacerdotes y los fariseos. Esto no se debe hacer: nosotros debemos abrirnos a las periferias, reconociendo que también quien está en los márgenes, incluso aquél que es rechazado y despreciado por la sociedad, es objeto de la generosidad de Dios.

48 Todos estamos llamados a no reducir el Reino de Dios a los confines de la “iglesita”, de nuestra iglesia pequeñita. Esto no sirve. Estamos llamados ampliar la Iglesia a las dimensiones del Reino de Dios. Sólo hay una condición: ponerse el traje de fiesta. Es decir testimoniar la caridad concreta a Dios y al prójimo.

49 Confiamos a la intercesión de María Santísima, los dramas y las esperanzas de tantos hermanos y hermanas nuestros, excluidos, débiles, rechazados, despreciados, también aquellos que son perseguidos por causa de su fe. Invocamos su protección también sobre los trabajos del Sínodo de los Obispos reunido en el Vaticano en estos días.

50   En twitter dijo: Pidamos al Señor la gracia de no hablar mal de nadie, de no criticar, de no chismorrear, de querer a todos.

51   Queridos jóvenes, Cristo cuenta con ustedes para que sean sus amigos y testigos de su amor infinito.

52 La fuerza espiritual de los sacramentos es inmensa
  La fuerza espiritual de los sacramentos es inmensa. Con la gracia podemos superar cualquier obstáculo.

53 Escribe a: unidosenelamorajesus@gmail.com con el título suscripciones.
Si deseas recibir mails, relacionados con la Iglesia: que contienen diapositivas, vida de Santos, Evangelio del Domingo, etc. Escribe a: con el título suscripciones. Servicio Gratuito. Que Dios te llene de bendiciones. Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.

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