La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos.

Presentaciones similares


Presentación del tema: "Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos."— Transcripción de la presentación:

1 Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos de madurez e inmadurez afectiva y de confrontarlos a los seminaristas

2 Seis acciones del formador para ayudar a los seminaristas a crecer en la madurez afectiva. 1.Garantizar la presencia. 2.Establecer un clima de confianza. 3.Escuchar cuidadosamente. 4.Confrontar humildemente. 5.Catequizar y clarificar. 6.Valorar el progreso.

3 Garantizar la presencia Es imposible formar sin estar presente. La presencia de los formadores viene caracterizada por el respeto y la prudencia. Deben ser muy conscientes de lo que hacen.

4 Garantizar la presencia El modo de esta presencia tiene tres notas fundamentales

5 Es una presencia fraterna en la que hay un trato básico de igualdad en el camino discipular. Implica que el formador permanece en camino y está dispuesto a aprender. Aprende especialmente de los seminaristas lecciones de fe.

6 Es una presencia paterna profundamente desigual. Implica una coherencia fundamental. Esto le da la capacidad de obrar con verdadera autoridad y humildad.

7 Presencia como equipo Lo que ocurre en el equipo es significativo. Ofrecer un mensaje sin palabras del que depende la autoridad de los formadores. Repercute profundamente en la comunidad. Por eso el primer trabajo es el equipo formador.

8 Presencia a diversos niveles El nivel de la Gran comunidad. Participación alegre y profunda en la vida del seminario, desde el horario cotidiano hasta los eventos festivos. El formador es un miembro relevante de la comunidad, consciente de la importancia del ejemplo que da.

9 El nivel de la Etapa. Es una presencia cualificada, tanto del prefecto como del director espiritual. Cualificada por ser ellos quienes presentan una propuesta formativa. Coherencia de quien aplica a sí mismo los contenidos de la formación. Habla de lo que vive y por eso tiene autoridad. Habla con la verdad y por ello es fraterno.

10 El nivel del Curso. Delante del curso el formador tiene una misión confrontadora. Es el garante de que el clima comunitario sea formativo. Evitar ser «compadre» y al mismo tiempo ser «aguafiestas». Participa con alegría y con la misma alegría y simplicidad pone los puntos sobre las ies.

11 El nivel de la Persona. Presencia amigable, atento a la situación de cada persona. Valiente para confrontar tolerando el rechazo que provoca la confrontación.

12 Establecer un clima de confianza Establecer un clima de confianza en torno a la materia concreta de la formación. Garantizar que pueda hablar sin temor, sin necesidad de deformar sus percepciones para ganar la aprobación del formador.

13 Evitar dos extremos: Que sea percibido como un juez dispuesto a emitir una condena Que sea percibido como un «manga ancha» dispuesto a permitir cualquier clase de comportamiento. El punto de equilibrio es la verdad. Educa en el amor a la verdad

14 Ejemplo: Las faltas disciplinares Darle libertad de compartir sus «fechorías» sin reprimendas o una represalias. Pero debe saber que el formador no es un cómplice o un «alcahuete» De modo que el diálogo le exige un cambio. Es necesario que el formador haya superado una visión rígida de la disciplina como si éste fuese el criterio último de idoneidad vocacional.

15 Ejemplo: El comportamiento sexual Evite cualquier juicio moral sobre el tema, dispuesto a mostrar comprensión. El tema viene enmarcado en un contexto formativo y en una invitación a vivir la castidad discipular y el celibato sacerdotal. Esto implica explorar los posibles motivos de tal comportamiento. Es necesario que el formador sea honesto consigo mismo en lo que se refiere a su propio comportamiento sexual.

16 Escuchar cuidadosamente. La escucha y una observación compasiva Consiste en mirar la realidad objetiva del seminarista, sobre todo su fragilidad, con verdadera misericordia.

17 Es una observación detallada Observar bien hasta tener la certeza de que vale la pena confrontarlo. No arriesgarse a hacer un juicio superficial o equivocado

18 Una observación respetuosa Sabiendo salen a la luz realidades que pertenecen a la intimidad de las personas Poner atención al modo específico como gestiona su personalidad, intuyendo los «resortes» que se mueven en el fondo, es decir, las motivaciones.

19 Confrontar humildemente. Es el acto central del formador. La observación cuidadosa se transforma en una advertencia fraterna hecha con auténtica caridad pastoral.

20 Debe buscar sólo el bien del seminarista. Garantizando que el seminarista se sienta amado en la corrección

21 El formador sólo puede aproximarse a las motivaciones. Quienes de verdad las conocen son Dios y él mismo. Sólo Dios escruta el corazón y conoce las intenciones La confrontación es sólo una humilde aproximación, no una certeza, y mucho menos una sentencia. Usar términos como: «me da la impresión», «probablemente», «quizá me equivoco», «salvo mejor opinión».

22 Catequizar y clarificar. Una enseñanza que es garantía de objetividad El formador comunica aquello que la Iglesia piensa Ayuda a superar la ignorancia del valor objetivo o de los medios para ponerlo en práctica.

23 Enfrenta el peso de una costumbre difícil de cambiar. También cuando no comprende el valor y no anhela vivirlo. Enseñar los valores con paciencia y detalladamente. Explicar las cosas una y otra vez, facilitar que el mismo seminarista se exprese con sus propias palabras.

24 Los valores revisten, también para el formador una permanente novedad. Catequiza no como quien posee una verdad, sino como quien contempla la verdad que está por encima de sus propias percepciones.

25 Valorar el progreso. Consiste en observar el progreso, valorar su esfuerzo y expresar esta valoración en términos de congratulación. Mostrar un juicio positivo. Está posibilitando el optimismo y la confianza en sí mismo y en que será capaz de continuar creciendo en el futuro.


Descargar ppt "Percepción y confrontación de los rasgos de madurez e inmadurez afectiva Objetivo específico: Los formadores valoran la importancia de percibir los rasgos."

Presentaciones similares


Anuncios Google