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Estabilización de precios. América Latina. S. XXI

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Presentación del tema: "Estabilización de precios. América Latina. S. XXI"— Transcripción de la presentación:

1 Estabilización de precios. América Latina. S. XXI
Asignatura “América Latina”MOI Susana Gordillo UB

2 Estabilización de precios
Objetivo prioritario y casi único durante décadas. En América Latina durante muchos años la inflación fue el “enemigo” a combatir. Actualmente la inflación ha “muerto” en casi todos los países de A. Latina.

3 Inflación en A.L. ( )

4 La inflación en A.L

5 Razones esgrimidas para rechazar la inflación de precios
Además de los conocidos impactos que todo proceso de este tipo tiene sobre los perceptores de ingresos fijos, como es principalmente el caso de los trabajadores asalariados, pensionistas y jubilados. La inflación estrecha el horizonte de decisión de las personas y empresas, desestimulando la toma de riesgos a plazos largos. La economía se instala en un cortoplacismo acentuando la falla estructural de los préstamos. Asimismo, existen concretas preocupaciones por el retraso que la inflación tiende a generar en el tipo de cambio real y en los niveles reales de tarifas de servicios públicos. Estos efectos complican la gestión de las políticas fiscales y cambiarias., incrementa déficits exteriores, acelera fugas de capital y retrae la inversión externa.

6 Los economistas ortodoxos y sus sucesores de los años ’90, los neoliberales, han puesto la estabilidad como un pilar de la política económica. Admitimos ya que la inflación es dañina, pero también es imprescindible aclarar sus causas concretas en contextos específicos, debido a dos motivos. El primero es insertar la lucha contra la inflación en el lugar que le corresponde dentro de los objetivos de política económica: crecimiento económico, distribución del ingreso, inversión productiva, pleno empleo, eliminación de la pobreza, etcétera

7 Las causas de la inflación en pasadas décadas.
El problema residía más bien en el sector externo. Existía una acuciante escasez de divisas, porque se producía y exportaba sobre todo materias primas, con precios muy variables en el corto plazo y determinados en los mercados internacionales. Pero se importaban bienes industriales de capital e insumos de precios más estables. Así, mientras que los valores de las exportaciones subían y bajaban periódicamente, aumentando o disminuyendo los ingresos de divisas, no ocurría lo mismo con las importaciones. Esto tornaba muy fluctuantes los saldos del comercio exterior y restringía, por lo tanto, la disponibilidad de divisas genuinas no provenientes del ingreso de capitales por préstamos o inversiones directas o especulativas. Estaba directamente relacionado con la inflación cambiaria, que surgía cuando la devaluación se trasladaba a los precios. A su vez, raramente los países periféricos desarrollaban tecnologías de punta; la innovación productiva dependía del licenciamiento, compra o algún otro tipo de recepción de tecnología del mundo desarrollado, lo que requiere aún más divisas. Por todo esto, cuando un país periférico emprendía un proceso de crecimiento sus requerimientos de divisas para importar aumentaban fuertemente, mientras que sus exportaciones, sujetas a una oferta poco flexible, no lo hacían del mismo modo. A poco que una economía periférica quería despegar aparecía la escasez de divisas. A menos que los gobiernos tomasen medidas para orientar selectivamente las

8 Inflación y crecimiento
Este gráfico muestra la tasa de crecimiento del PBI real (eje vertical) como función del logaritmo de la tasa de inflación (eje horizontal). La data es de 140 países, anual entre 1960 y 1998 y la fuente es el WEO.El resultado principal del trabajo de K&S es que para países emergentes el umbral de inflación más allá del cual la inflación causa un deterioro significativo en la tasa de crecimiento es del 7% anual. Por debajo de este nivel, la relación entre inflación y crecimiento no es significativamente diferente de cero mi sugerencia sería que fije una meta inflacionaria de alrededor del 2.5 o 3 por ciento, con una banda del 1 o 1.5 por ciento por arriba y por abajo de la meta. Que dentro de esta banda haga política de estabilización. Si me preguntara cómo conseguir que la inflación baje a un nivel dentro de esta banda, le contestaría que si leyera Foco regularmente sabría que se puede lograr de muchas maneras: controlando el nivel de crecimiento de los medios de pago, o controlando alguna tasa de interés nominal, o manejando el tipo de cambio nominal (sin cepos, cedines, ni arreglos policromáticos), o controlando cualquier precio nominal, como, por ejemplo, el del alfiler de gancho, con el compromiso de comprar y vender cualquier cantidad que desee el mercado a ese precio. Si este amigo eligiera el alfiler de gancho, le desearía buena suerte. Moshin Khan and Abdelhak Senhadji, 2001, “Threshold Effects in the Relationship Between Inflation and Growth”

9 Causas de la inflación El análisis económico tradicional suele distinguir tres clases de inflación: de demanda, originada por un exceso de la demanda global respecto de la oferta global de productos y servicios; de costos, usualmente derivada del aumento de la tasa de salarios e insumos a un ritmo mayor que la productividad del trabajo asalariado; y la estructural, causada por el cambio de los precios relativos en sectores con inflexibilidad a la baja de los precios monetarios. En A. L. sería más completo decir: que el fenómeno primario tiene origen en una inflación de carácter “estructural”, que presenta como mecanismos de propagación a la inflación “de costos” y también a la “de demanda”. la Argentina por el profesor Julio Olivera y seguido, entre otros economistas destacados, por Aldo Ferrer. Este tipo de inflación, propio de países como el nuestro –decía Olivera– no es de origen monetario sino estructural y obedece, sobre todo, a rigideces y asimetrías de la economía, como el estrangulamiento en la balanza de pagos. Una mirada estructural no identifica el problema fundamental de la Argentina sólo con la inflación sino con un conjunto de otros problemas, como la distribución del ingreso, los cuellos de botella en el sector externo y en las cadenas productivas, la generación de tecnología propia o la acumulación de capital. La inflación estructural es una característica particular de los países subdesarrollados con problemas en el sector externo

10 Por qué en algunos países existen presiones inflacionarias?
Las presiones inflacionarias se deben a problemas de la estructura del sistema económico. Entre ellos: a) el incremento de los precios relativos de alimentos, energía y otros insumos en el mercado mundial, que tiene impacto sobre el nivel de precios internos y se traslada fuertemente al consumo de los sectores de menos ingresos; b) las deficiencias en la tasa de formación de capital, así como en su asignación; y c) las serias inequidades persistentes en el sistema tributario. Si bien los cambios positivos en la distribución del ingreso no son necesariamente inflacionarios, la puja distributiva tiende a provocar el incremento en los precios. Sobre todo cuando los empresarios, en particular los formadores de precios, reajustan sus márgenes de ganancia. Las expectativas de incremento de precios –fuertemente exacerbadas por la experiencia histórica– generan un comportamiento “cultural” inflacionario que opera como crucial mecanismo de propagación y acaba suscitando “profecías autocumplidas.

11 Políticas antiinflacionarias posibles
Se considera conveniente una estrategia gradual de combate a la inflación. Esta estrategia deberá tener en cuenta la multiplicidad de causas que la provocan: factores inerciales, expectativas, puja distributiva, oscilaciones del tipo de cambio, sectores monopólicos u oligopólicos formadores de precios, entre otras. Toda política antiinflacionaria eficiente debería satisfacer, al menos, dos criterios básicos: a) actuar conjuntamente sobre las causas de la inflación y sus mecanismos de propagación, diferenciando entre unos y otros; y b) incidir sobre la inflación sin crear o agravar otros desequilibrios y, especialmente, sin producir desempleo. Las políticas antiinflacionarias usuales no cumplen con estos requisitos; por ejemplo, las políticas monetarias restrictivas no actúan sobre la inflación estructural y las clásicas políticas fiscales “de ajuste” tienden a generar desocupación. La política antiinflacionaria debe considerar que los mercados de productos han dejado de ser en gran medida mercados nacionales, restringidos a cada país –como supone el enfoque keynesiano de la política económica– para tender a convertirse en mercados mundiales de productos y factores. Por ello, es necesario administrar con prudencia y realismo la incidencia local de los precios internacionales, tratando de regular sus impactos de acuerdo a las necesidades del desarrollo interno y de la equidad distributiva.

12 Por otra parte, una reducción indebida, excesiva, imprudente o puramente fiscalista del gasto público tendría efectos adversos sobre el nivel general de actividad económica, como los que están experimentando hoy los países europeos, afectados por la grave crisis en la que se encuentran inmersos. En cambio, resulta fundamental redireccionar el gasto, sin reducir su nivel y buscando mantener el nivel de ocupación, mejorar la distribución del ingreso y adoptar medidas de política fiscal que tiendan a sostener el nivel de los recursos estatales. También debería modificarse gradualmente, pero sin vacilaciones, la política de subsidios del gobierno nacional –tal como comenzó a hacerse hace algunos meses– para sostener los cambios positivos ya logrados en la distribución del ingreso y evitar la continuidad de transferencias injustificadas que subsidian el consumo de los sectores de altos ingresos (energía y transporte, entre otros).

13 El incremento de la provisión de bienes públicos, materiales e inmateriales, resulta otra vía importante para combatir la inflación, ya que esta oferta se halla a cubierto de las tendencias en los mercados externos y constituye, sobre todo, una responsabilidad del Estado

14 La política antiinflacionaria debe definirse cualitativamente, como una acción continua y sistemática dirigida a corregir y, en lo posible, a prevenir los desequilibrios coyunturales y estructurales que la generan. No debería descuidarse el campo de la política de ingresos y la influencia que esta debe tener a la hora de acordarse precios y salarios entre los distintos sectores de la sociedad.

15 Ciclos inflacionarios
Estos ciclos se repitieron en las décadas del 50 y del 60, pero excepto el primer período de crisis, entre 1949 y 1952, todos los demás fueron simultáneos a acuerdos con el FMI, y siguieron las políticas acordadas con este organismo. La experiencia argentina demostraba que los efectos negativos de la devaluación sobre los niveles de absorción interna podían ser mayores que el impulso que ésta brindaba a ciertos ectores productivos a través del reacomodamiento de los precios relativos. Este proceso, en conjunción a una oferta relativamente inelástica del sector agropecuario, generaban una espiral inflacionaria de carácter eminentemente estructural

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