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EL MILAGRO SECRETO Las armas y las letras La escritura y el tiempo.

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Presentación del tema: "EL MILAGRO SECRETO Las armas y las letras La escritura y el tiempo."— Transcripción de la presentación:

1 EL MILAGRO SECRETO Las armas y las letras La escritura y el tiempo

2 Consignas de lectura Grupos 1: leer el cuento como un relato de guerra, señalando información, alusiones y causa de la condena. Grupos 2: reconstruir la obra de Hladík, atendiendo a qué escribió, qué publicó y qué firmó. Grupos 3: diversos modelos de tiempo presentes en el relato. Todos los grupos: formas de autorrepresentación.

3 Escritura, publicación, firma Escritura, firma y publicación Es autor de Los enemigos (no publicado ni firmado) Vindicación de la eternidad (comentario de escriruras) Examen de indirectas fuentes judías de Jakob Boehme (teósofo, comentario de escrituras). Examen de la obra de Abnesra (rabino español). Examen de la filosofía de Robert Flood (Robert Fludd, místico inglés) Poemas expresionistas (una escritura con muchas publicaciones). Sepher Yezirah (1928, traducción con publicidad). Sólo firma Protesta contra el Anschluss (1938)

4 Hechos de guerra 15 de marzo de 1939: entrada de los nazis en Praga... ¿por la Zeltnergasse? 19 de marzo: denuncia y detención de Jaromir Hladík. 29 de marzo: fusilamiento. Anschluss: 1938 Duración de la Guerra: 1939-1945 Escritura del cuento: 1943. “Declaración de Moscú” reconociendo a Austria como primera víctima de Alemania: 1943.

5 Tiempos ficcionalizados en el cuento Tiempo cronológico. Tiempo en los sueños. Tiempo de la escritura: “unidad de tiempo” en Los enemigos, y tiempo en que concluye su obra. Si ya vimos a Kafka en el cuento, vayamos a un relato que ha sido puesto en contraste con este, “El escudo de la ciudad”, analizados por Mosès Stephan en El ángel de la historia para pensar la concepción de la historia de Benjamin (19-20)

6 El escudo de la ciudad (1917) En un principio no faltó la organización en las disposiciones para construir la Torre de Babel; de hecho, quizás el orden era excesivo. Se pensó demasiado en guías, intérpretes, alojamientos para obreros y vías de comunicación, como si se dispusiera de siglos. En esos tiempos, la opinión general era que no se podía construir con demasiada lentitud; un poco más y hubieran abandonado todo, y hasta desistido de echar los cimientos. La gente razonaba de esta manera: lo esencial de la empresa es el pensamiento de construir una torre que llegue al cielo. Lo demás es del todo secundario. Ese pensamiento, una vez comprendida su grandeza, es inolvidable: mientras haya hombres en la tierra, existirá también el fuerte deseo de terminar la torre. Por consiguiente no debe preocuparnos el futuro. Al contrario: el saber de los hombres adelanta, la arquitectura ha progresado y seguirá progresando; de aquí a cien años el trabajo para el que precisamos un año se hará tal vez en pocos meses, y más resistente, mejor ¿Por qué agotarse, pues, desde ahora, hasta el límite de nuestras fuerzas? [...] Tales pensamientos paralizaron las energías, y se pensó menos en construir la torre que en construir una ciudad para los obreros. Cada grupo regional quería el mejor barrio, y esto dio lugar a disputas que culminaban en peleas sangrientas. Esas peleas no tenían fin; algunos dirigentes opinaban que demoraría muchísimo la construcción de la torre y otros que más valía aguardar que se restableciera la paz. [...] Así pasó la era de la primera generación, pero ninguna de las siguientes fue distinta; sólo aumentó la destreza técnica y con ella el ansia guerrera. Aunque la segunda o tercera generación reconoció la insensatez de una torre que llegara hasta el cielo, ya estaban demasiado comprometidos para abandonar los trabajos y la ciudad. Todo cuanto está entroncado con la leyenda y la canción que surgiera en la ciudad está colmado de la nostalgia hacia el anunciado día en que la ciudad sería aniquilada por cinco golpes breves y sucesivamente descargados sobre ella por un puño gigantesco. Por eso tiene la ciudad un puño en su escudo

7 El ángel de la historia (Mosès Stephane:19-20) Que la utopía se pueda anticipar, que se pueda vivir “desde ahora”, o por el contrario, que sólo se conciba como una mera “idea reguladora”, un ideal asintótico cuya realización se aleja indefinidamente a medida que avanzamos, es lo que enfrenta, en el nivel más profundo, la visión de la temporalidad que implica el relato de Borges con la que, para Kafka, caracterizaba la cultura de los hombres de Babel. La leyenda talmúdica que asigna a cada instante del tiempo su ángel específico, es decir, su cualidad propia, o sus virtualidades mesiánicas insustituibles, enuncia a escala histórica la experiencia que el personaje de Borges vive como una experiencia personal. [...] Implica que el tiempo ya no se conciba como un eje orientado, en el que el después sucede inevitablemente al antes, o como un río que va desde su manantial a su desembocadura, sino como una yuxtaposición de instantes siempre únicos, no totalizables que, por consiguiente, no se suceden como las etapas de un proceso irreversible.

8 El tiempo de la escritura Lo que vemos en los manuscritos es la presencia de momentos de escritura “no totalizables”, en tanto cada uno ofrece diferentes relaciones y posiblidades, diferentes presentes de la escritura. La lectura de un proceso de escritura no será, como los hombres de Babel, la sumatoria interminable de lo que sabemos que llegará a su fin, sino “una actualidad que socava desde el interior la coherencia del tiempo histórico, hace que salga de sus casillas, lo pulveriza en innumerables instantes mesiánicos. Esta forma de actualidad (...) es la que encarna el Ángel de la historia” (Stephane: 21)

9 La materialidad de la escritura (Louis Hay) En el siglo XX con las crecientes colecciones de manuscritos modernos, el interés se desplaza de la constitución del texto a la producción de las obras. Frente a la corriente de la variantística italiana, que tiende a estudiar el proceso más que a restituir un texto. Benedetto Croce publica “La ilusión de poder establecer la génesis de una obra de arte por medio de los borradores de los escritores”. (1947) No disponía de otro documento que la memoria; [...] Minucioso, inmóvil, secreto, urdió en el tiempo su alto laberinto invisible [...]. Omitió, abrevió, amplificó: en algún caso optó por la versión primitiva. La constitución de los estudios de génesis como campo de investigación supone una distinción entre la experiencia de la creaci6n tal como esta es vivida por el escritor, y las huellas de dicha actividad tales como pueden ser observadas en los manuscritos.

10 Algunos problemas que se plantean a partir de la lectura de este cuento Existen al menos dos lógicas para pensar la obra literaria: una institucional, que tiene consecuencias directas, y otra “secreta”, que se ha relacionado con el acontecimiento, “intransferible”. Ambas lógicas se superponen e intersectan. A cada lógica corresponde una estructura temporal, el tiempo cronológico y un tiempo anacrónico que gramaticalmente se expresa en el futuro anterior (lo que habrá sido, el tiempo del acontecimiento y del archivo). Escribir, publicar y firmar son tres cosas diferenciadas. Los cambios tecnológicos afectan a las tres.


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