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Dios actúa para nosotros mediante signos sagrados

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Presentación del tema: "Dios actúa para nosotros mediante signos sagrados"— Transcripción de la presentación:

1 Dios actúa para nosotros mediante signos sagrados
Ponente: P. Juan Manuel Serra I Soller Diócesis de San Feliú Foro de reflexión y estudio sobre el Youcat 70ª Sesión 1/07/2013

2 Preguntas para hoy 166 ¿Por qué celebra la Iglesia con tanta frecuencia el culto divino? 167 ¿Qué es la liturgia? 168 ¿Por qué la liturgia tiene prioridad en la vida de la iglesia y de cada individuo? 169 ¿Qué sucede con nosotros cuando celebramos el culto divino?

3 166. ¿Por qué celebra la Iglesia con tanta frecuencia el culto divino?
Ya el pueblo de Israel interrumpía el trabajo “siete veces al día”(Sal 119, 164) para alabar a Dios. Jesús participó en el culto y la oración de su pueblo; enseñó a orar a sus discípulos y los reunió en el Cenáculo para celebrar con ellos el mayor culto de todos: su propia entrega en la Eucaristía. La Iglesia, que convoca al culto, sigue su mandato: “Haced esto en memoria mía” (1Cor 11, 24b)

4 Nueva vida Así como el hombre respira para mantenerse vivo, del mismo modo respira y vive la Iglesia mediante la celebración del culto divino. Es Dios mismo quien le infunde diariamente nueva vida y la enriquece mediante su Palabra y sus Sacramentos. Se puede usar también otra imagen: Cada acto de culto es como una cita de amor, que Dios escribe en nuestra agenda. Quien ya ha experimentado el amor de Dios, acude con ganas a la cita. Quien a veces no siente nada y, sin embargo, acude, muestra a Dios su fidelidad

5 167. ¿Qué es la Liturgia? La LITURGIA es el culto oficial de la iglesia. [Cf. CIC ]  Una LITURGIA no es un «evento» que consista en buenas ideas y canciones estupendas. La Liturgia no se hace ni se inventa. Es algo vivo que ha crecido en la fe o a lo largo de los siglos. Un acto de culto es un acontecimiento sagrado y venerable. La Liturgia se vuelve fascinante cuando se experimenta que Dios mismo está presente bajo los signos sagrados y en sus preciosas oraciones, a menudo muy antiguas.

6 168. ¿Por qué la Liturgia tiene prioridad en la vida de la Iglesia y de cada individuo?
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda fuerza” (Concilio Vaticano II)  En vida de Jesús las personas acudían en masa ante él, porque buscaban su cercanía salvífica.

7 Donde encontrarlo También hoy lo podemos encontrar, porque vive en su Iglesia. En dos lugares nos garantiza su presencia: En el servicio a los más pobres (Mt 25, 42) Y en la Eucaristía. Allí nos damos realmente de bruces con él. Si dejamos que se nos acerque, él nos enseña, nos alimenta, nos transforma, nos sana y se hace uno con nosotros en la Santa Misa.

8 169. ¿Qué sucede con nosotros cuando celebramos el culto divino?
Cuando celebramos el culto divino somos atraídos por el amor de Dios, somos sanados y transformados. [1076] Todas las celebraciones litúrgicas de la Iglesia y todos sus sacramentos están orientados únicamente a que tengamos vida, y ésta en abundancia. Cuando celebramos el culto divino nos encontramos con quien ha dicho de sí mismo «Yo soy el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6). Quien va al acto litúrgico y está abandonado, recibe de Dios seguridad. Quien va al culto y se encuentra perdido, encuentra a un Dios que le espera.

9 Milagro Eucarístico Cuando Jesús detuvo el maremoto en Colombia

10 La presencia real de Jesús en la Hostia Consagrada ha conferido diversos milagros a comunidades cristianas a lo largo del mundo. Tal fue el caso de la isla de Tumaco, en Nariño, Colombia, en 1906, cuando las aguas de un maremoto retrocedieron de la playa, la amenaza de una ola gigante fue apaciguada por Jesús Sacramentado en las manos de un religioso agustino recoleto. El suceso de Tumaco El P. Pedro Corro, en el libro Agustinos amantes de la Sagrada Eucaristía relata el caso del pueblo de Tumaco, Colombia, situado en una isla del océano Pacífico, donde un par de misioneros agustinos recoletos, P. Gerardo Larrondo de San José y P. Julián Moreno de San Nicolás Tolentino, asistían a los feligreses de la localidad.  La mañana del 31 de enero de 1906 comenzó un terremoto que alertó a la población: “fue este de tanta duración que, según cree el padre Larrondo, no debió bajar de diez minutos, y tan intenso, que dio con todas las imágenes de la iglesia en tierra. De más está decir el pánico que se apoderó de aquel pueblo, el cual todo en tropel se agolpó en la iglesia y alrededores, llorando y suplicando a los padres organizaran inmediatamente una procesión y fueran conducidas en ellas las imágenes”.

11 Los fieles colocaron las imágenes de los santos en andas y los religiosos se dieron a la tarea de animar y consolar a sus feligreses, “asegurándoles que no había motivo para tan horrible espanto como el que se había apoderado de todos”. Los religiosos acompañaban a los fieles cuando uno de ellos vio que en la playa las aguas se retiraban de la costa. Para la gente de mar y porteña es sabido que si el agua se retira rápidamente de la playa es sólo para acumularse y alimentar un oleaje mayor. Todos supieron en ese momento que una gigantesca ola sacudiría todo Tumaco, destrozando todo a su paso. “Aterrado entonces el padre Larrondo, se lanzó precipitadamente hacia la iglesia, y, llegando al altar, sumió a toda prisa las Hostias consagradas del sagrado copón, reservándose solamente la Hostia grande. Acto seguido, vuelto hacia el pueblo, llevando el copón en una mano y en otra a Jesucristo Sacramentado, exclamó: «Vamos, hijos míos, vamos todos hacia la playa y que Dios se apiade de nosotros».” Conmocionados, los feligreses marcharon junto al sacerdote “llorando y clamando a Su Divina Majestad, tuviera misericordia de ellos”.

12 El rostro temeroso de los lugareños contrastaba con la seguridad del religioso y fue la fe contagiada hasta el más incrédulo. En la procesión hacia la mar embravecida iban también las imágenes de santos en sus andas.  “Poco tiempo había pasado, cuando ya el padre Larrondo se hallaba en la playa, y aquella montaña formada por las aguas comenzaba a moverse hacia el continente, y las aguas avanzaban como impetuoso aluvión, sin que poder alguno de la tierra fuera capaz de contrarrestar aquella arrolladora ola, que en un instante amenazaba destruir el pueblo de Tumaco”, dice el P. Corro. El agustino, dice, no se intimidó: “descendió intrépido a la arena y, colocándose a un paso de las aguas, en el instante mismo en que la ola estaba ya llegando levantó con mano firme y con el corazón lleno de fe la Sagrada Hostia a la vista de todos, y trazó con ella en el espacio la señal de la Cruz”.  “¡Momento solemne! ¡Espectáculo sublime!”, exclama el relator: la ola avanzó un poco más y, sin tocar el sagrado copón, se estrelló contra el ministro  alcanzándole el agua solamente hasta la cintura. 

13 Todo el pueblo comenzó a exclamar ¡Milagro. ¡Milagro
Todo el pueblo comenzó a exclamar ¡Milagro! ¡Milagro! Aquella ola se había contenido instantáneamente, y la enorme montaña de agua, que amenazaba borrar de la faz de la tierra el pueblo de Tumaco, iniciaba su movimiento de retroceso para desaparecer, mar adentro, volviendo a recobrar su ordinario nivel y natural equilibrio.  El P. Larrondo organizó inmediatamente una solemne procesión, se trajo la custodia del templo en donde se colocó la milagrosa Hostia y el pueblo inició un recorrido por las calles con el Santísimo Sacramento por delante.

14 Bto Manuel González García
El apóstol de los Sagrarios abandonados. ¿Qué hacer en una parroquia espiritualmente desierta? Yo creo que si ese cura tiene sangre cristiana en sus venas, no tiene otro recurso que irse al Sagrario y hartarse de llorar, contando sus desolaciones a su compañero de abandono: al Jesucristo solo y despreciado, y repetir esa faena una y muchas veces, y yo os aseguro señores, que es una amenaza terrible para un pueblo un cura llorando ante un sagrario desierto. Ahí, ahí es donde yo creo que ha de empezar ese cura para su Acción social católica: mirando mucho a Jesucristo, y llenándose de aquella mirada dulcemente triste que busca en quien descansar y no halla. Llorando con Cristo que llora, acompañando a Cristo abandonado, poniendo su corazón muy cerca del Corazón de Cristo, muy cerca, hasta que se punce con las espinas que coronan a éste... hasta que pasen al suyo algo de las hieles amargas que en éste rebosan, estableciéndose así un flujo y reflujo de penas y amores, haciéndose él el adorador, el amante, la víctima por toda su pobre parroquia... Ese es el primer paso, asociarse a Cristo, entrar en compañía con El, enamorarse de El, quererlo con toda el alma, y ¿queréis que os lo diga de una vez? ¡Chiflarse de amor por el Corazón de Jesucristo! Ni más ni menos. _____ Envíalo, por favor, a todos tu amigos, sacerdotes y no sacerdotes. Recordando a los no sacerdotes, que todo bautizado es “sacerdote, profeta y rey”.

15 ESCENAS DEL EVANGELIO

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20 ¿Dónde encontrarnos? Nuestra WEB
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21 www.evangelizaciondigital.org Toda la información del trimestre
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