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Descartes y la subjetividad

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Presentación del tema: "Descartes y la subjetividad"— Transcripción de la presentación:

1 Descartes y la subjetividad
El análisis del yo

2 ¿Qué soy yo? Una cosa que piensa ¿Y qué es una cosa que piensa?
Una cosa que siente, que quiere, que imagina... Descartes atribuye al pensamiento los caracteres de una sustancia, haciendo del yo pienso una "cosa", a la que han de pertenecer ciertos atributos.

3 Sin embargo, la duda sigue vigente con respecto a la existencia de cosas externas a mí (objetos del mundo), por lo que el único camino en el que se puede seguir avanzando deductivamente es el del análisis de ese "yo pienso" al que Descartes caracteriza como una sustancia pensante, como una cosa que piensa. Pero… ¿Qué es lo que hay en el pensamiento?

4 Dentro encontramos ideas y contenidos que remiten a conceptos del mundo exterior.
Habrá pues que ir analizando dichos contenidos mentales para responder mejor a qué soy yo.

5 3 tipos de ideas Distingue entre:
1. Ideas adventicias, aquellas que proceden de objetos externos a mí. 2. Ideas facticias, que son producidas por mi. (deducción). 3. Ideas innatas. Las ideas adventicias, en la medida en que parecen proceder de objetos externos a mí, están sometidas a la misma duda que la existencia de los objetos externos, por lo que no puede ser utilizadas en el avance del proceso deductivo; y lo mismo ocurre con las ideas facticias, en la medida en que parece ser producidas por mí, utilizando ideas adventicias, debiendo quedar por lo tanto también sometidas a duda.

6 La Existencia de Dios Con su tercera meditación, Descartes aborda el tema de Dios, al que va a reconocer como garante de conocimiento a través del cuál conocerá todo lo demás, pero siendo siempre el propio sujeto, el punto de partida. Descartes analiza dos ideas, la de infinito y la de perfección, y argumentando que no pueden haber sido causadas por mí, dado que soy finito e imperfecto, sólo pueden haber sido causadas por un ser proporcionado a ellas, por lo que tienen que haber sido puestas en mi por un ser infinito y perfecto. Por lo que Dios no podrá ser tampoco engañador, dado que participaría de la imperfección.

7 SI HAY RELOJ… …TIENE QUE HABER RELOJERO

8 “Quiero dar un paso más y considerar si yo mismo, que tengo esa idea de Dios, podría existir en caso de que no hubiera ningún Dios” “Y me pregunto ¿de dónde tendría yo mi existencia?” “Es algo muy evidente que debe haber al menos tanta realidad en la causa como en el efecto. Y, por lo tanto, puesto que soy una cosa que piensa, y que tengo en mí alguna idea de Dios, sea cual sea, en fin, la causa que atribuya a mi naturaleza, hay que reconocer necesariamente que debe ser igualmente una cosa que piensa y que posea en sí la idea de todas las perfecciones que atribuyo a la naturaleza divina”.

9 Conclusión Cartesiana del argumento ontológico
1. Debe haber por lo menos tanta realidad en la causa eficiente como en el efecto, por lo que es imposible que “yo” haya salido de la nada. 2. Teniendo todo esto presente, que yo tenga la idea de Dios en mí, no ha podido salir de la nada, y si bien una idea puede llevar a otra, esto no puede extenderse hasta lo infinito. “Y es muy manifiesto que no puede haber en esto progresión al infinito, dado que no se trata aquí tanto de la causa que me ha producido antes en el tiempo, como de la que me conserva en el presente”.

10 Por lo que respecta a mis padres, de los que parece que tengo mi nacimiento, ello no hace, sin embargo, que sean ellos quienes me conserven, ni que me hayan hecho y producido en tanto soy una cosa que piensa; y por lo tanto, no puede haber aquí ninguna dificultad al respecto, sino que hay que concluir necesariamente que, del sólo hecho de que existo, y de que hay en mí la idea de un ser soberano perfecto (es decir, de Dios), la existencia de Dios está muy evidentemente demostrada. Sólo me queda examinar de qué manera he adquirido esta idea. Pues no la he recibido por los sentidos. Y ciertamente no debe resultar extraño que Dios, al crearme, haya puesto en mí esta idea, para que sea como la marca del obrero imprimida en su obra.

11 Idea del homúnculo ¿Debemos suponer entonces que, dentro de nuestra cabeza, tenemos un espectador diminuto, un hombrecillo que asiste a nuestras sensaciones como si estuviera viendo un teatrillo de imágenes, para así tomar las decisiones oportunas en cada caso?

12 Dos formas de conocimiento: Racionalismo Vs Empirismo
Racionalismo: papel fundamental de la razón a la hora de adquirir el conocimiento. Ideas innatas. Empirismo: papel de la experiencia a través de la cual formamos nuestras ideas (percepción sensorial). Critica la metafísica por su desvinculación con lo real (entendiendo lo real como lo que el sujeto percibe por los sentidos).

13 Pero aunque pueda explicar el proceso en el que se construye el conocimiento, ya sea a través de la experiencia (empirismo) o con ayuda de la razón e ideas (racionalismo), sigue quedando la duda de si todo aquello que percibo es real. ¿Hasta que punto se puede hablar de objetividad en lo que yo veo? Y más importante, que es ese yo a través del cuál percibo el mundo exterior?

14 ¿Cómo sé que yo soy yo? Se plantea que la subjetividad pueda sufrir cambios, hasta tal punto que se cree una nueva. Damasio describe en el error de Descartes. Básicamente se resume en que debido a un accidente, una explosión hizo que se incrustase una barra de hierro en el cráneo de Phineas Gage, atravesando su cerebro, pero de tal modo que en apariencia, ninguna parte vital quedó dañada, por lo que el accidentado, tras una pronta recuperación, era capaz de seguir con su trabajo, su capacidad de habla permaneció intacta así como su razonamiento. Pero pronto, el carácter de Gage sufre una drástica transformación, sus gustos y antipatías cambian, así como sus sueños y aspiraciones, de tal modo que se convierte en otra persona. El cuerpo de Gage podía estar bien, pero había un nuevo espíritu que lo animaba.

15 3 ideas que Damasio defiende
1. El cerebro humano y el resto del cuerpo constituyen un organismo indisociable, integrado mediante circuitos reguladores bioquímicos y neurales mutuamente interactivos. 2. El organismo interactúa con el ambiente como un conjunto: la interacción no es nunca del cuerpo por sí solo ni del cerebro por sí solo. 3. Los fenómenos mentales sólo se pueden comprender en el contexto de la interacción de un organismo con su ambiente. El cerebro: teatro de las emociones

16 El error de Descartes Creo que, en relación al cerebro, el cuerpo proporciona algo más que mero soporte y la simple modulación: proporciona una materia básica para las representaciones cerebrales. De modo similar, se sabe que existe una estrecha relación entre las emociones, sentimientos y la capacidad de razonar, tanto que en determinados procesos, éstos son indispensables para la razón. Pero no es de extrañar que mecanismos más elevados del cerebro se apoyen en otros inferiores, pero no menos importantes, tenemos que dividir el todo en sus partes, si perder de vista lo primero

17 ¿Pero que podemos entender por el yo?
El “yo” no es aquel infame homúnculo, una personilla dentro del cerebro que percibe y piensa. Más bien es un estado biológico perpetuamente recreado. No es sólo la separación entre mente y cerebro la que es mítica: la separación entre mente y cuerpo es, probablemente, igual de ficticia. La mente forma parte del cuerpo tanto como del cerebro.

18 La afirmación cartesiana: Pienso, luego existo, sugiere que el pensamiento es una actividad separada del cuerpo, lo que nos lleva a un dualismo radical. Según Damasio, éste es el error de Descartes. Pues no se puede concebir la mente sin algún tipo de encarnación. Somos, y sólo pensamos en la medida en que somos.

19 ¿Pienso, luego existo; o Existo, luego pienso?
Estooo…ermmmm…¿Y ustedes qué piensan? La hemos liado parda!!


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