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El Realismo MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL. CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA. AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS.

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1 El Realismo MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL. CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA. AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS

2 Contexto histórico A mediados del siglo XIX predominan ya en los medios artísticos los principios estéticos del realismo, movimiento cultural característico de una sociedad burguesa a la que no agradaban las fantasías idealistas románticas. Aunque no se puede establecer una separación tajante con el Romanticismo, pues perviven rasgos románticos en el arte realista (géneros como la novela histórica o los artículos de costumbres son buenos ejemplos), la reacción contra lo que consideraban abuso de la subjetividad y la imaginación conducirá a los realistas a valorar la observación minuciosa de la realidad contemporánea.

3 Contexto histórico La filosofía propia de la sociedad burguesa decimonónica es el positivismo, cuyos instrumentos básicos son la observación rigurosa y la experiencia (no existe otra realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de los mismos). En España, junto a las ideas positivistas, marxistas y evolucionistas, la corriente de pensamiento más destacada fue el krausismo, que pretendía conciliar razón y religión, y propugnaba la tolerancia y la convivencia pacífica. El krausismo, de origen alemán e impulsado por Julián Sanz del Río, tuvo influencia considerable en la educación (Institución Libre de Enseñanza: 1876) y en el derecho.

4 Contexto histórico Desde el punto de vista político, las disputas entre conservadores y liberales, que habían sido características de la primera mitad de siglo, continúan marcando el acontecer histórico. España se embarca en aventuras coloniales que distraen la atención de los problemas internos. La agitación social aumenta (las huelgas generales en Cataluña son un claro ejemplo), hasta que en 1868 la Gloriosa acaba temporalmente con la monarquía borbónica. Durante el Sexenio Revolucionario se toman medidas propias de una sociedad liberal (sufragio universal, libertad de imprenta, cátedra, comercio, asociación, etc., separación entre Iglesia y Estado, Constitución de 1968…) pero las diferencias entre las distintas facciones revolucionarias resultan insalvables y con la intervención del ejército llega la Restauración, ahora en la figura de Alfonso XII, cuyo reinado comienza con medidas abiertamente reaccionarias.

5 Contexto histórico El sistema político conocido como canovismo, que consiste en una monarquía formalmente parlamentaria pero cimentada en elecciones fraudulentas, controladas desde el gobierno, está marcado por el caciquismo. La alternancia en el poder de liberales y conservadores, tras el pacto entre Cánovas y Sagasta, no mejora la situación. A lo largo de esta época, la sociedad española experimenta una transformación evidente. Hay un crecimiento demográfico considerable, aunque la población sigue siendo mayoritariamente rural. En Economía se toman medidas como el establecimiento de la peseta como unidad monetaria (1868); la red de ferrocarriles, la minería y la siderurgia se desarrollan notablemente, pero el desarrollo económico resulta insuficiente en relación con el demográfico, lo que incrementa el número de pobres.

6 Contexto histórico Por su parte, el movimiento obrero se organiza; así, en 1879 se funda el P.S.O.E., y en 1888, se crea la U.G.T., a la par que se extiende el anarquismo por Levante y Andalucía. La década final del siglo es muy conflictiva: huelgas, levantamientos campesinos y pérdida de las colonias tras el desastre de En el ámbito cultural, aunque se extendió la enseñanza primaria obligatoria por el mayor grado de exigencia que suponía la sociedad capitalista, el analfabetismo seguía siendo un grave problema. En otro orden de cosas, se produjo un extraordinario desarrollo de la prensa, que difundió obras por entregas (de donde surge un subgénero narrativo, el folletín) y artículos de los escritores más importantes de la época, y sirvió de soporte para la polémica sobre el naturalismo.

7 Características de la novela realista y naturalista
Como movimiento artístico y literario, el realismo surgió en la Francia de la primera mitad del XIX, inmersa aún en el Romanticismo, con autores como Balzac y Stendhal, y se desarrolló con Flaubert en el contexto de una sociedad burguesa, urbana e industrial. En España, el inicio del movimiento se sitúa hacia 1870, tras la Gloriosa, y tiene su apogeo en la década de 1880, momento en que se escriben las novelas contemporáneas de Galdós o La Regenta, de Clarín, entre otras. La repercusión de las ideas positivistas y de los gustos burgueses en el arte y en la literatura es evidente. Así, el género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado en toda Europa porque era el más adecuado para reflejar la realidad en su totalidad

8 Características de la novela realista y naturalista
Stendhal: «Una novela es un espejo que se pasea por un camino real. Tan pronto refleja el cielo azul como el fango de los cenagales del camino.» Galdós, «Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, lo espiritual y lo físico (…)»

9 Características de la novela realista y naturalista
Observación y descripción precisa de la realidad: Este es el principio básico del realismo y al que obedece su propia denominación. Tiene relación con los métodos de observación de las ciencias experimentales; de hecho, los escritores llegan a documentarse tomando apuntes sobre personajes y ambientes, consultando libros… La vida real se convierte en objeto estético. Ubicación próxima de los hechos: Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, por lo que tienden a situar sus obras en lugares próximos y en el momento presente. La mirada se desplaza ahora a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía, y controlando los excesos de la imaginación y el sentimentalismo. Verosimilitud: Al estar basados en la vida cotidiana, tanto los protagonistas como los ambientes resultan creíbles. Han desaparecido del relato los sucesos inverosímiles, los hechos maravillosos y las aventuras insólitas. Frecuente propósito de crítica social y política: Varía según la ideología particular de cada escritor. En general, los autores conservadores (Alarcón, Pereda) describen la realidad para mostrar su degradación y postular un retorno a los valores tradicionales. Los progresistas (Galdós, Clarín, Pardo Bazán, Blasco Ibáñez) también muestran las lacras sociales, pero éstas, según ellos, obedecen en muchos casos a la pervivencia de una mentalidad conservadora que lastra el avance hacia un mundo nuevo.

10 Características de la novela realista y naturalista
Didactismo: Se deduce de lo anterior. Es corriente que los autores pretendan dar una lección moral o social. Así es en las novelas llamadas “de tesis”, a cuya intención moralizadora quedan subordinados el argumento, los personajes y el ambiente. Cabe señalar que en el llamado “pre-realismo”, con autores como Fernán Caballero, el talante moralizador pesaba excesivamente en la trama. En las novelas propiamente realistas el simbolismo puede ser el instrumento para inducir a la reflexión. Estilo sencillo y sobrio: Los realistas rechazan la pomposa retórica romántica. El ideal de estilo es la claridad y la exactitud, como corresponde al deseo de acercar la labor del escritor a la del científico. No quiere esto decir que no se empleen recursos, que los hay, pero su intención no es ornamentar, sino precisar, detallar lo narrado o lo descrito.. Protagonistas individuales o colectivos: En el primer caso, se hace hincapié en el análisis psicológico del individuo, a menudo un inadaptado que se enfrenta a la colectividad y es derrotado por el mundo que le rodea. En el segundo, en la descripción de los más variados ambientes y comportamientos, con la aparición de medios sociales ignorados por la novela hasta entonces (burguesía, proletariado, mendigos y desclasados diversos). Se distinguen, pues, dos grandes tipos de novelas: la novela psicológica y la de ambientación social, aunque en algunas confluyan ambas direcciones: La Regenta o Fortunata y Jacinta son un buen ejemplo. El Oviedo o el Madrid de la época se convierten en protagonistas indudables, aunque los personajes, sobre todo los femeninos, son objeto de un minucioso análisis (su comportamiento, sus reacciones ante una sociedad en la que no encajan, su espiritualidad y su sensualidad…).

11 Características de la novela realista y naturalista
Temas: Además del conflicto entre individuo y sociedad, ya mencionado, cabe señalar que en la novela del realismo decimonónico se da la conjunción entre la historia y la vida privada: los acontecimientos históricos aparecen aludidos en el relato y en las conversaciones de los personajes, o sirven para situar hechos familiares. A veces incluso se establecen paralelismos con las actitudes y acciones de los protagonistas. En cualquier caso, los temas del realismo son los temas del público burgués, pues es la clase media la más habitual protagonista de estas novelas. Narrador omnisciente: Aunque a veces se emplea también la primera persona, predomina el narrador en tercera que maneja por completo los hilos del relato manifestando que sabe lo que va a suceder, el alma de sus personajes y hasta sus más profundos pensamientos. Llega a intervenir con juicios sobre hechos y personajes y con observaciones dirigidas al lector, lo que entraña una intención satírica, irónica o moralizadora. No obstante, en ocasiones finge la actitud de simple cronista, de mero notario de una realidad de la que es testigo. Otras técnicas: Junto con la narración tradicional y el estilo indirecto, destaca el uso del diálogo (que desempeña un papel central en la caracterización de personajes), el estilo indirecto libre y el monólogo interior. Sirven estos últimos para expresar la subjetividad, puesto que el narrador se confunde con el personaje o adopta su perspectiva.

12 Características de la novela realista y naturalista
Estructura lineal: La narración suele respetar el desarrollo cronológico de los hechos relatados, aunque no son extrañas las analepsis (flash-back) para contar episodios pretéritos que interrumpen provisionalmente el hilo narrativo y a menudo sirven para completar la caracterización del personaje. Descripciones minuciosas: Las descripciones de espacios exteriores e interiores, así como las de los personajes, cuyo retrato puede ser prolijo, son extremadamente detalladas. Ello relaciona la actitud del escritor realista con la obsesión por el dato exacto, típica del positivismo. Uso del lenguaje para caracterizar personajes y ambientes: Los usos lingüísticos se adecuan a la clase social, a la procedencia y al carácter de los personajes. Por ello encontramos expresiones propias de distintas variedades geográficas, sociales y funcionales para reflejar el mundo narrado. El lenguaje se convirtió, pues, en un recurso fundamental para la caracterización de ambientes: además de Galdós, encontramos suficientes muestras en José Mª de Pereda (dialectalismos santanderinos), Emilia Pardo Bazán (galleguismos), Clarín (asturianismos), Valera (andalucismos)…

13 La novela naturalista Este movimiento artístico está emparentado con el Realismo, en tanto que trata de reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. El naturalismo se desarrolló durante el último tercio del XIX, fundamentalmente en Francia, y que tuvo como principal impulsor a Émile Zola. que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Teresa Raquín y sobre todo en Le roman expérimental. Según los presupuestos naturalistas, el novelista, al igual que el científico, ha de experimentar con sus personajes para comprobar cómo se modifican sus reacciones según cambian las circunstancias y teniendo siempre en cuenta su particular condición biológica heredada. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: La herencia genética Las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) El entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo.

14 La novela naturalista Este movimiento artístico está emparentado con el Realismo, en tanto que trata de reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. El naturalismo se desarrolló durante el último tercio del XIX, fundamentalmente en Francia, y que tuvo como principal impulsor a Émile Zola. que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Teresa Raquín y sobre todo en Le roman expérimental. Según los presupuestos naturalistas, el novelista, al igual que el científico, ha de experimentar con sus personajes para comprobar cómo se modifican sus reacciones según cambian las circunstancias y teniendo siempre en cuenta su particular condición biológica heredada. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: La herencia genética Las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) El entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo.

15 La novela naturalista Esto explica el interés por ambientes miserables y sórdidos, y por personajes tarados, alcohólicos, embrutecidos o víctimas de patologías diversas, ya que estos casos permiten demostrar la influencia determinante de la herencia y el medio social en el comportamiento del individuo. En el naturalismo se extreman los rasgos del realismo: descripciones minuciosas, reproducción fiel del lenguaje hablado, intención moral (la novela contribuye a proporcionar un conocimiento más exacto del hombre y de la sociedad para poder mejorarlos). De aquí deriva otra importante característica del Naturalismo, una crítica (implícita, ya que el valor documental y científico que se pretende dar a la literatura de este tipo impide aportar opiniones propias) a la forma como está constituida la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan las raíces de las tragedias humanas. En cuanto al punto de vista, se propugna el ideal de narrador impersonal y objetivo, que se abstiene de intervenir en la narración En España la tendencia naturalista sólo fue acogida en parte: se incorporaron temas y procedimientos narrativos, como ocurre en algunas novelas de Galdós y Clarín, y más claramente en Emilia Pardo Bazán (impulsora de la tendencia) o Vicente Blasco Ibáñez, pero en general se rechazó el determinismo biológico

16 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
Fernán Caballero, pseudónimo de Cecilia Böhl de Faber ( ). En 1849 publicó “La gaviota”, recibida por la crítica como la primera novela realista española. La acción novelesca no es más que un pretexto para observación minuciosa de la vida de campo sevillana y describir el ambiente y el folclore andaluces. La Gaviota es un mosaico de cuentos, chascarrillos [chistes], coplas, tradiciones, relaciones, versos, romances, juegos, bailes, oraciones, anécdotas, chistes, cuentecillos, cuchufletas [bromas], chilindrinas [equívocos], modismos, refranes recopilados por la autora. En esta obra y en otras como “La familia de Alvareda” Fernán Caballero utiliza la técnica costumbrista al retratar personajes secundarios y se sirve de los principales para representar valores ideológicos. Sus novelas resultan, en general, excesivamente moralizantes, y sus personajes, demasiado esquemáticos. Pedro Antonio de Alarcón ( ) es un representante de las novelas de tesis, en las que defiende posturas tradicionalistas, como en El niño de la bola o El escándalo. Su obra más conocida es un relato popular, El sombrero de tres picos, en la que desarrolla una trama en la que la mujer del molinero de Arcos es perseguida por el corregidor.

17 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
También se considera defensor de lo tradicional José María de Pereda ( ), en sus historias ambientadas en la montaña santanderina, como El sabor de la tierruca, La Puchera y Peñas arriba, tres novelas que comparten la exaltación del paisaje y la idealización de la vida sencilla y campesina y, en el estilo, el reflejo del habla popular. Juan Valera ( ) tenía otro concepto de la novela, que, para él, debía distraer y crear belleza. Quizá el hecho de ser un hombre de mundo, con una amplia cultura, escéptico y tolerante, ideológicamente un liberal moderado, influyó en su obra literaria, que evita lo cotidiano y prosaico de la vida, que rechaza lo feo y lo perverso. Tampoco es partidario de la novela de tesis, y le disgustan el afán de objetividad fotográfica del realismo y los temas y ambientes naturalistas. En Pepita Jiménez utiliza la técnica epistolar en un relato sobre los amores de un joven seminarista. También destacan los personajes femeninos en Doña Luz y Juanita, la larga. Emilia Pardo Bazán ( ) elige para sus narraciones la sórdida vida rural de Galicia. En Los pazos de Ulloa relata la degeneración de una familia aristocrática. Pero Pardo Bazán se hizo famosa por intentar conciliar las doctrinas naturalistas con el cristianismo. A la colección de artículos de prensa sobre este particular la llamó La cuestión palpitante: en ellos defiende a Zola como escritor, pero rechaza algunos principios naturalistas, como el determinismo y el materialismo.

18 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
También se considera defensor de lo tradicional José María de Pereda ( ), en sus historias ambientadas en la montaña santanderina, como El sabor de la tierruca, La Puchera y Peñas arriba, tres novelas que comparten la exaltación del paisaje y la idealización de la vida sencilla y campesina y, en el estilo, el reflejo del habla popular. Juan Valera ( ) tenía otro concepto de la novela, que, para él, debía distraer y crear belleza. Quizá el hecho de ser un hombre de mundo, con una amplia cultura, escéptico y tolerante, ideológicamente un liberal moderado, influyó en su obra literaria, que evita lo cotidiano y prosaico de la vida, que rechaza lo feo y lo perverso. Tampoco es partidario de la novela de tesis, y le disgustan el afán de objetividad fotográfica del realismo y los temas y ambientes naturalistas. En Pepita Jiménez utiliza la técnica epistolar en un relato sobre los amores de un joven seminarista. También destacan los personajes femeninos en Doña Luz y Juanita, la larga. Emilia Pardo Bazán ( ) elige para sus narraciones la sórdida vida rural de Galicia. En Los pazos de Ulloa relata la degeneración de una familia aristocrática. Pero Pardo Bazán se hizo famosa por intentar conciliar las doctrinas naturalistas con el cristianismo. A la colección de artículos de prensa sobre este particular la llamó La cuestión palpitante: en ellos defiende a Zola como escritor, pero rechaza algunos principios naturalistas, como el determinismo y el materialismo.

19 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
Vicente Blasco Ibáñez ( ). Conocido como “el Zola” español, se acerca a la estética naturalista, con ambientes sórdidos y personajes de instintos primarios, en sus novelas de la huerta valenciana, La barraca o Cañas y barro. Fuera de España fue más conocido como el autor de Sangre y arena, ambientada en el mundo de los toros y cercana al folletín, o Los cuatro jinetes del apocalipsis, cuyo telón de fondo es la Primera Guerra Mundial. Benito Pérez Galdós ( ) es el novelista español más importante del XIX. Para él la ficción debe ofrecer una imagen de la vida y reproducir el ambiente de la España de su tiempo. Además de su producción teatral (veinticuatro obras, sin demasiado éxito) y periodística, Galdós escribió setenta y siete novelas, a través de las cuales se puede reconstruir la vida española del siglo XIX. Todo en ellas (personajes, escenarios, lenguaje) es producto de la observación directa de la realidad; la sociedad de su tiempo es su materia narrativa y su fuente de inspiración.

20 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
En su primera época escribió novelas de tesis, en las que ataca el fanatismo religioso y la presencia del clero en asuntos públicos y privados: Doña Perfecta (1876), Gloria o La familia de León Roch. Son de esta etapa personajes al servicio de una idea, maniqueos, y una novela más espiritual, “Marianela”. El Galdós más característico es el de las novelas contemporáneas: veinticuatro obras en las que refleja, al más puro estilo realista, la sociedad y el ambiente madrileños de la época. En ellas, Galdós ya no condena o exalta a sus personajes según sean sus ideas, sino que se limita a observarlos y analizarlos en su medio, incorporando para ello las técnicas y procedimientos naturalistas: La desheredada (1881), El amigo manso (1882), Tormento (1884), Miau (1888), Tristana (1892), etc. Fortunata y Jacinta, la más larga de las novelas galdosianas, tiene como eje argumental un triángulo amoroso; Misericordia (1897), quizá la más importante de este periodo, narra la historia de Benina, que sostiene con limosnas la casa de los señores para los que trabaja y que la despiden cuando la fortuna les sonríe. Tanto esta novela como “Nazarín” se pueden considerar espirituales y simbólicas.

21 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
Los Episodios Nacionales son un conjunto de cuarenta y seis novelas en las que se propuso Galdós contar la historia de España en el siglo XIX, desde los sucesos de Trafalgar (1805) y la Guerra de la Independencia (1808) hasta la Restauración (1875). Mezclando realidad y fantasía, y basándose en una rigurosa documentación, Galdós quiso analizar los hechos del pasado como una forma de sacar lecciones para el presente. Galdós es, para muchos, el mejor novelista español tras Cervantes, de quien obviamente heredó su capacidad de observación y la pericia para escudriñar en el alma humana. Leopoldo Alas, Clarín ( ) fue un liberal republicano, defensor de la libertad de pensamiento y de conciencia, y enemigo del fanatismo y del tradicionalismo reaccionario. Catedrático de Derecho, alternó esta profesión con una intensa actividad periodística y literaria. Fue conocido en su tiempo como crítico imparcial e implacable. Sus numerosos artículos periodísticos, irónicos y mordaces, tocaban temas muy variados (por ejemplo, en los de asunto literario defendió el naturalismo y a Galdós).

22 AUTORES Y OBRAS MÁS SIGNIFICATIVAS DE LA NOVELA REALISTA y NATURALISTA
En su obra destacan las narraciones breves como “Pipá”, con influencias naturalistas, o “Doña Berta”. Son conocidos sus cuentos, sobre todo “¡Adiós, Cordera!” y “El dúo de la tos”, entre otros muchos. Pero su obra cumbre es “La Regenta” ( ). Aunque el argumento es muy sencillo y nos recuerda a un folletín (triángulo amoroso de por medio, historia de un adulterio y de la caída moral de la protagonista), las vidas cruzadas de Ana Ozores, Fermín de Pas y Álvaro Mesía son una forma de mostrar el retrato moral y social de una ciudad provinciana y aburrida (Vetusta-Oviedo) y, por extensión, de la España de la época: la hipocresía, la falsa religiosidad, los convencionalismos sociales, el poder de la Iglesia, la corrupción del clero y de la aristocracia o la inmoralidad son algunos de los aspectos denunciados por Clarín.

23 Otros géneros No destacaron en el período géneros como la lírica (cuya esencia sentimental la aleja, por su propia naturaleza, de la tendencia realista), ni el teatro, que se había mantenido anclado en fórmulas trasnochadas como las de José de Echegaray. En la poesía lírica podemos citar a Ramón de Campoamor, que escribe versos de un sentimentalismo trivial y una forma prosaica, desprovista de valor estético, y a Gaspar Núñez de Arce, autor de poesía grandilocuente, de retórica hueca y tono declamatorio. No olvidemos que en esta época la lírica verdaderamente destacable corresponde a dos románticos tardíos, Bécquer y Rosalía de Castro. En cuanto al teatro, que intentó adaptarse a las formas realistas con la llamada alta comedia, tiene como principales representantes a López de Ayala, con obras de intención moralizadora como “El tejado de vidrio”, y Manuel Tamayo y Baus, que había triunfado con un drama romántico en prosa, “Locura de amor”, y destaca por “Un drama nuevo”. Un intento de renovación teatral se lo debemos a Galdós y a Joaquín Dicenta. Y, por último, mencionaremos el género chico, con piezas de carácter cómico, popular y costumbrista, como “La verbena de la paloma”. A final de siglo, la estética realista entra en crisis. Se desarrollan entonces en Europa diversos movimientos que buscan nuevos caminos: Impresionismo, parnasianismo, simbolismo, decadentismo, modernismo… Con ellos se entra ya de lleno en el siglo XX.


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