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Domingo 26 del tiempo ordinario

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Presentación del tema: "Domingo 26 del tiempo ordinario"— Transcripción de la presentación:

1 Domingo 26 del tiempo ordinario
Ciclo C Día 26 de Septiembre de 2010

2 Hoy nos señala la manera normal para conseguir la salvación:
El domingo anterior hablaba el evangelio del “administrador infiel” que fue astuto. Jesús nos decía que debemos ser astutos para conseguir los bienes eternos. Hoy nos señala la manera normal para conseguir la salvación: ayudando al necesitado.

3 El pobre Lázaro y el rico epulón
Hoy lo expresa por medio de una parábo-la: El pobre Lázaro y el rico epulón Epulón significa: el que banquetea

4 Epulón era un rico experto en mil banquetes,
que vivía rodeado de inmenso bienestar; Automático

5 Y Lázaro era un pobre engendrado en miseria,

6 era pobre de cuna, pobre de solemnidad.

7 las migajas caídas de tanta saciedad;
Epulón no quería ni darles a los pobres las migajas caídas de tanta saciedad;

8 y Lázaro a la puerta consumía su vida

9 con sus viejos amigos, los perros del arrabal.

10 Alla en el mismo pueblo vivieron hasta el día
en que los llevó el tiempo a la eternidad.

11 Después en la otra vida sus suertes se cambiaron

12 y Lázaro el mendigo tuvo en el cielo un hogar. Hacer clic

13 Lázaro quería saciarse de las migajas de pan que caían de la mesa del rico.
Solía haber la costumbre de limpiarse las manos con migas de pan, que dejaban caer al suelo. Por allí solían haber perros que las comían. No sabemos si aquel pobre era religioso; pero aparece como “manso y humilde”.

14 La primera gran enseñanza es que, después de la muerte, no todos iremos al mismo destino. Como un profesor no pone, al final de curso, las mismas notas a sus alumnos. Hoy se habla de dos destinos muy diversos: el cielo y el infierno.

15 No hemos sido creados para este mundo pasajero y limitado,
sino para la vida eterna. Por eso debemos vivir con la mirada puesta en el fin verdadero. El cielo y el infierno no será igual para todos, ya que no somos iguales en esta vida.

16 El rico se condena, no porque golpease al pobre, sino porque no le ayudaba.
La caridad no consiste sólo en no hacer un mal al prójimo, sino en ayudar al necesitado. Hay que hacer positivamente el bien.

17 Cuando se habla de ricos, no sólo se trata del dinero
Cuando se habla de ricos, no sólo se trata del dinero. También el poder, la ciencia o la autoridad lleva al egoísmo y desprecio de quien carece de esos bienes.

18 Las riquezas no son malas en sí; pero son peligrosas
Se suele decir con mucho acierto que “se endurece más aprisa el corazón con el dinero que el huevo en el agua hirviendo”.

19 Si todos los millones que se emplean para gastos militares se empleasen para producir y repartir alimentos, o para que todos tuvieran una vida digna, sobraría para todo el mundo.

20 Los hermanos de aquel rico eran tan epulones como él.
Éste se acuerda de ellos y piensa que, si un muerto les predicase, no irían al infierno.

21 Jesús nos dice, por boca de Abraham, que aquí tenemos medios suficientes:
la palabra de Dios predicada por tantos mensajeros de Cristo.

22 Dice Jesús que es una tentación.
Porque, si no creen a los que hay aquí, tampoco creerán, aunque resucite un muerto. Algo así como decían a Jesús: "Baja de la cruz y creeremos en ti".

23 Esta parábola es como un comentario a la primera malaventuranza, según san Lucas: ¡Ay de voso-tros los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo!” Hoy Jesús nos pide una conversión para que miremos más por la gente necesitada: pobres, enfermos, marginados…

24 Jesús ama a todos, pero habla con dureza a los ricos porque les ve en un peligro como quien está ante un abismo. El peligro es dejarse aprisionar por las riquezas, y Jesús quiere evitarles la perdición.

25 Esta parábola nos hace hoy pensar en el infierno
No sabemos cómo será. Lo único cierto y más terrible es que será una separación de Dios, cuando ya no habrá otra fuente de gozo. Debemos pedir a Dios, como decía san Ignacio de Loyola: “Para que, si del amor del Señor me olvidare, que al menos el temor de perderle me ayude a no caer en pecado”. Lo más importante es el amor; pero Jesús pone como recurso el castigo eterno, para que nos ayude a no caer en pecado.

26 Un día pasaremos las fronteras de esta vida
y seremos juzgados por el Señor Confiemos en su misericordia y vivamos según esa gran misericordia

27 Que María nos ayude a buscar el bien de todos. AMÉN


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