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Lectio divina del Salmo dominical Jos 5,9a.10-12: El pueblo de Dios celebra la Pascua, después de entrar en la tierra prometida. Sal 33,2-3.4-5.6-7: Gustad.

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2 Lectio divina del Salmo dominical Jos 5,9a.10-12: El pueblo de Dios celebra la Pascua, después de entrar en la tierra prometida. Sal 33,2-3.4-5.6-7: Gustad y ved qué bueno es el Señor. 2Co 5,17-21: Dios, por medio de Cristo, nos reconcilió consigo. Lc 15,1-3.11-32: «Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido». Domingo IV de Cuaresma Año C: Gustad el GOZO del banquete de la reconciliación.

3 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

4 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

5 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

6 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor y me respondió, me libró de todas mis ansias.

7 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

8 Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

9 Gustad y ved qué bueno es el Señor.

10 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Salmo 33 (34) [ 1 De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó.] 2 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. 4 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. 5 Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. 6 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. 7 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. 8 El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. 9 Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. 10 Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; 11 los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. 12 Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor; 13 ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? 14 Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; 15 apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. 16 Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; 17 pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. 18 Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; 19 el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. 20 Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; 21 él cuida de todos sus huesos, y ni uno sólo se quebrará. 22 La maldad da muerte al malvado, los que odian al justo serán castigados. 23 El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

11 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

12 Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Salmo 33: El Señor, salvación de los justos. Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del primer libro, el salmo 33 se encuentra en la introducción (salmos 33-36) de la Segunda Colección de David (salmos 33-71) de redacción más antigua que la Primera Colección.

13 El salmo 33 (34) es un salmo alfabético de carácter sapiencial con elementos de acción de gracias. La enseñanza propuesta no es una doctrina teórica sino la formulación de una experiencia espiritual. Aunque el título del salmo hace referencia a 1Sm 21, 10-15, al tiempo del reinado de Saúl, la composición se puede situar en la época del exilio o tiempo posterior. Su estructura es la siguiente: Vv. 2-11: un “pobre del Señor” (un anawin) alaba y da gracias al Señor que lo ha salvado de una gran tribulación y angustia. A esta alabanza anima a los humildes, a los fieles. Quien alaba y teme al Señor nunca se verá defraudado, será salvado y protegido, no le faltará de nada. Vv. 12-22: es una reflexión sapiencial sobre la retribución de un sabio anciano: “Venid, hijos, escuchadme…” Lo que enseña es el temor del Señor. Temer al Señor equivale a buscarlo y es sinónimo también de fidelidad. Este temor incluye la observancia de los mandamientos y es fuente de bendiciones y prosperidad. Quien lo guarda experimentará la cercanía de Dios, quien lo rechaza su propia maldad recaerá sobre él. v. 23: es un añadido litúrgico. No parecía bien terminar el salmo con una amenaza. San Juan aplica el versículo 21 de este salmo a Cristo muerto en la cruz (Jn 19, 36), reconociendo la protección del Padre sobre el cuerpo ya muerto de su Hijo. Esta protección no es tardía, antes bien prueba que la protección de Dios supera la muerte. Lectio : ¿Qué dice el texto?

14 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Gustad y ved qué bueno es el Señor. Este bien podría ser el grito gozoso, maravillado y agradecido de los israelitas cuando al fin entran en la tierra prometida y comen de sus frutos. También nosotros experimentamos con ansia llegar a la noche pascual y participar de la mesa eucarística tras haber dejado el desierto del pecado y haber renovado nuestra fe en la fuente bautismal.

15 Que los humildes lo escuchen y se alegren. Dios nos llama a todos al gozo del encuentro con Él, de la reconciliación en Cristo. Dios en este domingo “laetare” (= domingo “alegraos” debido a que la secular antífona de entrada de este domingo en latín comienza con esta palabra) nos llama al gozo, ¿somos de los pobres y humildes que escuchan su Voz? Él siempre nos espera, como un Padre/Madre que aguarda nuestro regreso, no sólo físico, si nos hemos alejado de la Casa, sino sobre todo del corazón: podemos vivir en la Casa, en la Iglesia, y estar muy lejos de ella como el hermano mayor… (Esto ya lo decía san Agustín…)

16 Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Imaginemos este salmo en boca del hijo pródigo –también en la del hermano mayor que esperamos entrase a gustar él también del banquete de la reconciliación- su rostro no quedó confundido al hacer su humilde petición de perdón, al contrario, la misericordia del Padre ya no le dejó terminar, le perdonó la ofensa y lo adornó con sus mejores galas, le devolvió su dignidad. Oremos también nosotros este salmo con agradecimiento, dejémonos reconciliar con Dios en este tiempo cuaresmal y gustaremos del banquete del Señor.

17 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor porque por medio de tu Pascua nos reconcilias con Dios. Haz que gustemos, saboreemos y entendamos, qué bueno y misericordioso es el Señor. Amén.

18 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… «He aquí que llamo a todos los que se han manchado, deseo abrazarlos... No perdamos este tiempo de misericordia [la Cuaresma], que se nos ofrece, no menospreciemos los remedios de tanta piedad que el Señor nos brinda. Su benignidad llama a los extraviados, y nos prepara el seno de su clemencia para cuando volvamos a Él. Al pensar cada uno en la deuda que le abruma, sepa que Dios le aguarda, sin despreciarle ni exasperarse. El que no quiso permanecer con Él, que vuelva... Ved cuán grande es el seno de la piedad y considerad que tenéis abierto el regazo de su misericordia» (S AN G REGORIO M AGNO, Homilía sobre los Evangelios 33).

19 ¡Me pondré en camino a donde está mi Padre! Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”…


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