LA ILUSTRACIÓN: ROUSSEAU Y KANT

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1 LA ILUSTRACIÓN: ROUSSEAU Y KANT
PENSAMIENTO DE ROUSSEAU Comparte con los demás ilustrados: la búsqueda de la felicidad del hombre, la idea de libertad y progreso. Aunque fue muy crítico con el individualismo ilustrado y su idea optimista de progreso, ocasionándole problemas con Hume, Voltaire y Diderot. Los principales pensadores de la Ilustración no acogieron bien el pensamiento de Rousseau y algunos, como Voltaire, lo criticaron con dureza y persistencia. En muchos aspectos, la obra de Rousseau se contrapone al pensamiento ilustrado. Por ejemplo, piensa que el hombre es feliz viviendo en la naturaleza y que la sociedad y el progreso técnico y científico son la causa principal de la desdicha humana; o bien afirma la afectividad sobre la racionalidad. En otros aspectos políticos Rousseau pareció demasiado radical a los filósofos ilustrados: por ejemplo, defendía el sufragio universal. Rousseau fue un autor controvertido y atormentado que tuvo que ver cómo, se ordenaba la quema de su obra El Emilio.

2 PENSAMIENTO DE ROUSSEAU
Contra el optimismo de la razón: para Rousseau la inteligencia y la ciencia no son elementos de progreso y desarrollo humano: “el hombre que piensa es un animal depravado”. Ataca las bases del pensamiento ilustrado, la capacidad liberalizadora de la razón y de la ciencia. Considera más importante los sentimientos morales naturales. La ciencia y el progreso pervierten al hombre y hacen que se olvide de los buenos sentimientos naturales como el patriotismo o la fe. El arte, la filosofía y la ciencia son fruto de la ociosidad y de sus deseos de destacar. La envidia, la vanidad y la debilidad humana son las causas del progreso. Con dicho progreso no se logra la libertad sino una esclavitud del orden social y político, del lujo y la vanagloria. Pone en evidencia las contradicciones de la incipiente sociedad burguesa cuyos valores no producen la mejora del ser humano.

3 Pensamiento de Rousseau.
Contra el individualismo: se opone a los ilustrados y a Locke que afirmaban que todo ser humano tiene unos derechos naturales: el derecho a la propiedad y el sentido únicamente utilitarista de la sociedad, pues el valor de la comunidad está en la protección de esos derechos individuales. La sociedad no tiene un valor en sí misma. Para Rousseau, por influencia de Platón, opina que la vida en sociedad permite que el hombre tenga deseos de protección y de libertad e, incluso, un egoísmo particular. Fuera de la comunidad el individuo no adquiere sentimientos morales porque estos se forman en la vida social. La sociedad es el factor moralizante más elemental, y no la suma de los intereses privados sino el origen de los mismos. Defenderá el valor de la comunidad frente al individualismo. El individualismo no es más natural que las necesidades sociales que llevan al hombre a unirse en comunidades. Para Rousseau, la sociedad de su tiempo se ha organizado en función de los valores individualistas que han llevado a la depravación moral y la desigualdad entre los hombres.

4 El pensamiento de Rousseau.
La idea de hombre: intenta explicar qué hay de natural y de artificial en el hombre. Disiente del ideal ilustrado, basado en Hobbes y Locke. El estado natural del hombre: para Rousseau este concepto no se corresponde con ninguna realidad histórica y si se dio en algún momento ya no se dan hombres “naturales” en lla actualidad. ¿Cómo se ha llegado al estado actual de la sociedad? Para Rousseau el hombre fundamentalmente es sentimientos, sobre todo el amor así mismo o instinto de supervivencia ( no egoísmo, que aparece en la vida en sociedad y que provoca el odio y el enfrentamiento) y la conmiseración hacia sus semejantes. El amor así mismo busca el bien propio sin buscar el mal ajeno. En este estado natural el ser humano carece de razón y lenguaje. Pero tiene conocimiento de su libertad (capacidad de decidir y elegir) y la posibilidad de adquirir habilidades para resolver las dificultades de la vida. En este estado de naturaleza el ser humano no conoce el vicio ni la virtud: no es moral. Domina la piedad sobre el sufrimiento ajeno. Este estado de naturaleza es un estado de paz: no hay nada por lo que enfrentarse ya que las únicas diferencias son las que provienen de la misma naturaleza: la edad, la salud, la fuerza o las cualidades del espíritu. En este estado de naturaleza las diferencias o desigualdades derivadas de la riqueza, el poder o el prestigio social no existen.

5 El pensamiento de Rousseau.
Del estado de naturaleza a la sociedad: lo plantea como una hipótesis de trabajo, no como una realidad histórica, para entender el estado actual de la sociedad y cómo se ha llegado a él. En el estado de naturaleza el hombre sólo está amenazado por la propia naturaleza, de la que para protegerse se asoció con otros hombres: la vida salvaje nómada y de pastoreo bajo el mandato de un patriarca. Es la Edad de Oro de la humanidad, en armonía con la naturaleza y sin guerras. Con la agricultura y el sedentarismo aparece la propiedad privada y con ella el conflicto de intereses entre los que son propietarios de tierra y los que no. La propiedad privada genera también la división del trabajo y con ello la desigualdad social y de poder de unos sobre otros. Surge también la avaricia, el egoísmo y la ambición. Se pierde el sentido de la piedad y conmiseración. Aparece el Estado como contrato entre ricos y pobres, como defensa de los intereses de los ricos y convenciendo estos a los pobres engañosamente para que acepten tal contrato. El estado da poder a los ricos y aniquila la libertad natural. Se extienden las sociedades y se anula la moral natural y se generaliza la desigualdad. Esto es el motivo de su ataque a la ciencia, el progreso, la civilización y la técnica. Se explica también la crítica al liberalismo, al iusnaturalismo: la defensa de los derechos individuales es falaz. Ha conducido a la injusticia y la desigualdad.

6 El pensamiento de Rousseau.
El contrato social: la crítica que realiza sobre la sociedad le hace preguntarse sobre las bases sobre las que debe asentarse una sociedad legítima. En su obra El contrato social busca los fundamentos de una sociedad más justa, con menos desigualdades y donde el ser humano pueda ser feliz. Se sitúa en la tradición contractualista de la legitimidad de las leyes, criticando como Hobbes, Locke y Spinoza el origen divino del poder del Estado. El funcionamiento colectivo sólo se fundamenta en un pacto entre los hombres. Diferencias con Hobbes y Locke: para estos autores el individuo cede parte de sus derechos al Estado para lograr la convivencia. Rousseau hablará de cuerpo social: asociación voluntaria de los individuos para superar las dificultades. Los ciudadanos no dependen unos de otros sino de ese cuerpo social. El pueblo constituido en comunidad es el único soberano. De esta manera surge el ciudadano, miembro de un cuerpo social y moral, que defiende el bien común por encima de los bienes particulares y egoístas ( ver pág. 242 párf. 3º). La libertad del ciudadano se transforma en libertad civil o social: voluntad general o expresión de esa libertad colectiva.

7 El pensamiento de Rousseau.
La voluntad general: no es la suma de las voluntades. Es la expresión de la voluntad de todos que se establece al constituirse la comunidad por la voluntad de los individuos. Es lo que los ciudadanos establecen como bien general. Aparece como un principio normativo y regulador de la vida en común. Prevalecerá el bien general sobre el particular. La obligatoriedad de esta voluntad general está en que es el pueblo el que se otorga la exigencia de obedecer a esa voluntad a través de la ley. De la misma manera, el pueblo, por medio de la voluntad general, es el único legitimado para establecer las leyes. En él reside la soberanía. Queda legitimada la soberanía popular, a la vez que se rechaza la democracia representativa. El soberano será el pueblo y el gobierno el ejecutor de las leyes que dicho pueblo se ha dado a sí mismo. El gobierno es un comisionado del pueblo. En esta sociedad el papel de la educación es fundamental. La educación estará basada en el desarrollo personal del niño y en educarle moralmente para ser un buen ciudadano.