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¿Por qué la juventud es tema y problema?

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Presentación del tema: "¿Por qué la juventud es tema y problema?"— Transcripción de la presentación:

0 La juventud en Iberoamérica Tendencias y urgencias
ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE JUVENTUD La juventud en Iberoamérica Tendencias y urgencias Martín Hopenhayn Oficial a Cargo, División de Desarrollo Social, CEPAL XII Curso “Reformas Económicas y Gestión Pública Estratégica” Santiago de Chile, Noviembre 2004

1 ¿Por qué la juventud es tema y problema?
Fallas en la moratoria juvenil porque el tránsito a la adultez no garantiza procesos plenos de integración social. La consiguiente brecha de expectativas genera en los jóvenes comportamientos definidos como disruptivos o enrarecidos: deserción escolar, apatía política y existencial, postergación de la procreación, desempleo agudo y crónico, crisis normativa o conductas de riesgo pasan a ser parte del lenguaje que la sociedad usa para referirse a la juventud. La prolongación del proceso educativo, las percepciones de incertidumbre económica y laboral, así como las mayores aspiraciones de los jóvenes, retardan el paso a la vida adulta, disociando aún más el tiempo del inicio de la juventud respecto del inicio de la vida productiva y reproductiva.

2 Heterogeneidad de la juventud
Las características de la juventud varían según sub-grupo etario, sexo, localización geográfica, adscripción étnica y estrato socio-económico. Esto justifica los cortes utilizados en los indicadores de la mayor parte de los capítulos del documento. Pese a la heterogeneidad, la juventud en general es una etapa definida por las actividades que realizan (estudio vs. trabajo), el grado de independencia y autonomía (económica y afectiva), el rol que ocupan en la estructura familiar (hijo, jefe de hogar o cónyuge), y la construcción de identidad propia. No hay consenso respecto del tramo erario de los jóvenes.

3 Factores de tensión Los jóvenes viven hoy con mayor dramatismo que el resto de la población una serie de tensiones o paradojas: Más acceso a educación y menos acceso a empleo. Más acceso a información y menos acceso a poder. Más expectativas de autonomía y menos opciones para materializarla. Mejor provistos de salud pero menos reconocidos en su morbimortalidad específica. Más prolíferos en sensibilidades pero más segmentados en comunicación. Más aptos para el cambio productivo pero más excluidos del mismo. Entre receptores de políticas y protagonistas del cambio. Multiplicación del consumo simbólico y restricción del consumo material. Más volcados hacia el presente y más exigidos por el futuro.

4 Sentido y esquema del documento
Brindar un diagnóstico pormenorizado, en base a información estadística, que permita dar cuenta de una amplia gama de cambios que viven los jóvenes en distintos ámbitos. Mostrar la evolución de un nutrido conjunto de indicadores comparando la situación juvenil a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado con la que experimentan a comienzos de la década actual. Esta comparación permite distinguir las tendencias, resaltar los cambios más significativos, formular proyecciones hacia el futuro y apoyar las políticas con previsión de escenarios. Se parte de un enfoque multidisciplinario en que se evalúa la situación de la juventud desde la perspectiva de su dinámica demográfica, organización familiar, condición social, acceso a la salud y la educación, inserción laboral, consumos y sensibilidades culturales, formas de participación y áreas prioritarias en las políticas de juventud. Como corolario, se propone una batería de indicadores que permitirán monitorear a futuro la situación de los jóvenes y evaluar las intervenciones de política pública en la materia.

5 I.Tendencias Sociodemográficas
Transición demográfica: En general, Iberoamérica se encuentra actualmente en la segunda fase de transición demográfica, donde baja el ritmo expansivo de jóvenes y su proporción dentro de la población total, dado el descenso de la fecundidad y el aumento de la expectativa de la vida. Estamos prontos a ingresar en una tercera etapa en que se producen descensos de la cantidad de jóvenes, y se refuerza la caída en el porcentaje de jóvenes, que a mediados de este siglo XXI llegarían a niveles del orden del 25%, e incluso menores al 20% en España. Estos cambios demográficos afectan las condiciones socioeconómicas de los jóvenes, su vida familiar, sus oportunidades de integración social, su rol en el conjunto de la sociedad, así como las prioridades de las políticas orientadas hacia los jóvenes. Iberoamérica, Latinoamérica, España y Portugal: estimaciones y proyecciones del porcentaje que representa la población joven (10 a 29 años), Fuente: CELADE, estimaciones y proyecciones de población vigentes; United Nations, 2001a.

6 I.Tendencias sociodemográficas -continuación-
Cambios en la fecundidad: En los últimos 15 años la fecundidad total y la juvenil han seguido cayendo, con la excepción de la fecundidad adolescente. Se prevé que la tendencia continúe en el futuro alcanzando el nivel de reemplazo en torno al año 2025. Para el conjunto de América Latina, mientras hacia 1987 las mujeres tenían 2.2 hijos nacidos vivos al cumplir los 30 años, hoy el promedio ha bajado a 1.7 hijos nacidos vivos a dicha edad. Las diferencias por países siguen siendo fuertes, con una fecundidad particularmente baja y tardía en la península ibérica: a la edad exacta 30 las españolas en promedio apenas llegan a 0.5 hijos por mujer, mientras que las portuguesas alcanzan en torno a un hijo por mujer. El descenso de la fecundidad juvenil es una oportunidad para que los jóvenes puedan destinar más tiempo a su formación, maduración o adquisición de experiencia en diferentes ámbitos vitales. Sin embargo, las mujeres latinoamericanas siguen iniciando su reproducción a edades relativamente tempranas, si bien reducen el promedio total de hijos en sus trayectorias reproductivas. Esto revela que ejercen derechos reproductivos pero no en las las fases iniciales de la vida reproductiva, lo que plantea prioridades para políticas de salud reproductiva; más aún considerando que tener hijos muy tempranamente es adverso para la trayectoria posterior de las mujeres.

7 I.Tendencias sociodemográficas -conclusión-
Fecundidad estratificada: Entre los grupos socioeconómicos superiores, menos del 5% de las muchachas ha sido madre a los 17 años, mientras que entre los grupos socioeconómicos desaventajados la incidencia alcanza entre un 20 y un 35% de las muchachas, dependiendo del país. Esto lleva a la reproducción de la pobreza, por cuanto una fracción importante de las muchachas pobres tiene su primer hijo a una edad en que debieran estar recién terminando la secundaria, truncando con ello su progresión educativa. América Latina: Distribución porcentual de las mujeres de 22 años por número de hijos tenidos según estrato socioeconómico, países y fechas seleccionadas

8 ¿Con quien viven los jóvenes?
II. Familia Autonomía postergada: Se ha prolongado la permanencia en la familia de origen, conocido como “síndrome de la autonomía postergada”. Esto explica el hecho que los jóvenes que han constituido su propia familia representan una proporción relativamente baja del total. Si bien se ha producido un inicio más temprano de las relaciones sexuales, se advierte una creciente postergación de la iniciación nupcial, reflejada en el aumento de la proporción de solteras al finalizar la juventud en todos los países iberoamericanos. ¿Con quien viven los jóvenes? (en porcentajes) Fuente: Encuestas Nacionales de Juventud.

9 II. Familia -conclusión-
Algunas diferencias de género: Alrededor de un cuarto de las jóvenes de 15 a 29 años se dedican a quehaceres domésticos (25.6%), en tanto en los hombres esa proporción no alcanza al 2%. Alrededor de un cuarto de los jóvenes han constituido sus propios hogares. Entre ellos, en tanto el 73% de los jefes hombres tienen familias nucleares, en el caso de las mujeres esa cifra alcanza a algo más de la mitad (52%). Además, entre las jefas aumentan los hogares extendidos y los sin núcleo conyugal, situaciones que se relacionan con las diversas estrategias para cubrir los gastos del hogar y la carga de trabajo doméstico. Ello se explicaría, en parte, porque las mujeres que son jefas de hogar viven sin pareja en tanto que la mayoría de los jefes jóvenes tiene cónyuge y viven en familias nucleares.

10 América Latina (19 países) Incidencias de
III. Pobreza Niveles generales de pobreza: Para un total de 18 países latinoamericanos, la pobreza alcanza al 41% de los jóvenes para 2002, equivalente a aproximadamente 58 millones (21.2 millones de pobres extremos). Esto refleja una disminución de dos puntos porcentuales en relación Por otro lado hay menor incidencia de la pobreza entre jóvenes que en la población total (salvo en Chile y Uruguay), pero disminuye a un ritmo más lento. Sin embargo, en términos absolutos en 2002 habrían 7.6 millones más jóvenes pobres que en 1990, y 800 mil pobres extremos más en el mismo lapso. En el caso español, del total de pobres severos existentes en dicho país en 1999, el 53% era menor de 25 años (niños y jóvenes). Para el conjunto de países de América Latina dicho grupo alcanza a alrededor del 60% de los pobres, si bien el método de medición difiere. América Latina (19 países) Incidencias de pobreza e indigencia, Fuente: CEPAL, sobre la base de procesamientos especiales de las encuestas de hogares.

11 III. Pobreza -continuación-
Pobreza según género: Las incidencias de pobreza e indigencia no presentan grandes diferencias entre mujeres y varones jóvenes. En promedio los jóvenes hombres latinoamericanos tienen 2.7 puntos porcentuales menos de pobreza y 1.3 de indigencia que sus pares femeninos. América Latina (18 países): Pobreza e indigencia entre los jóvenes de 15 a 29 años, según sexo. 2002 Fuente: CEPAL, sobre la base de procesamientos especiales de las encuestas de hogares.

12 III. Pobreza -conclusión-
Pobreza por corte rural-urbano: En relación con el corte rural-urbano, en el año 2002 la pobreza alcanzaba a uno de cada tres jóvenes urbanos latinoamericanos entre los trece países analizados, mientras dicha proporción es un 64% superior entre los jóvenes rurales. Por su parte, la indigencia juvenil de la ciudad es inferior a 10%, mientras supera el 27% entre los rurales. América Latina (13 países): Incidencia de pobreza e indigencia urbana y rural, 2002 Fuente: CEPAL, sobre la base de procesamientos especiales de las encuestas de hogares.

13 IV. SALUD Mortalidad juvenil:
La probabilidad de morir de los jóvenes latinoamericanos a fines de la década de los noventa revelaba una reducción notable en países como Bolivia, Colombia, Perú y algunos centroamericanos, respecto del comienzo de la década de los ochenta. Actualmente la tasa de mortalidad para los jóvenes latinoamericanos, calculada en 134 por cada 100 mil, es en promedio poco más de la mitad que la de los adultos de 25 a 44 años, que es el grupo de edad consecutivo con mayor actividad laboral. IBEROAMÉRICA ( 15 PAÍSES): TASAS GLOBALES DE MORTALIDAD POR GRUPO DE EDAD Y SEXO. (TASAS ESTIMADAS POR CADA 100,000 HABITANTES) Fuente: CEPAL, sobre la base de datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), "Estadísticas de Salud de las Américas. Edición 2003“.

14 IV. SALUD -continuación-
Morbi-mortalidad específica de los y las jóvenes: Causas de morbilidad o mortalidad juvenil que podrían caber en un marco de mayor control preventivo -como las lesiones por imprudencia, violencia accidental o intencional, las enfermedades de transmisión sexual, problemas derivados del embarazo precoz- no son consideradas como tema permanente de la política de salud hacia la juventud. Las causas externas constituyen sin lugar a dudas la primera causa de muerte, por importancia numérica y proyectiva, entre los jóvenes de ambos sexos en la región, aunque con mayor importancia relativa para los varones, ya que de 100 fallecimientos masculinos, 77 son atribuibles a causas violentas. En tanto, entre las mujeres, 38 de cada 100 defunciones son resultado de estas causas violentas, y 62 por causas mórbidas, si bien no se detecta un perfil único en la región en causas prevalecientes de mortalidad. La incidencia del VIH- SIDA en la mortalidad de los jóvenes (2.9 por cada 100 mil), aunque inferior a la de los adultos de 25 años a 44 años (16.9 por cada 100 mil), no deja de ser alarmante, pues son jóvenes que se inician a la vida sexual y reproductiva.

15 IV. SALUD -continuación-
Heterogeneidad en salud juvenil: Aspectos socioeconómicos y culturales configuran un panorama de alta heterogeneidad en el estado de salud y en la exposición a riesgos de los jóvenes. La segmentación de mercados, la segregación territorial y las desigualdades sociales exacerban tal diferenciación. Problemas psicológicos, de frustración, incomunicación y agresividad contenidas se manifiestan indirectamente en las denominadas causas externas de muerte, como la tasa de accidentes, homicidios y suicidios. Así, el incremento de la violencia originada en las frustraciones y la marginalidad que imponen las sociedades altamente desiguales y con enormes brechas entre expectativas y logros, se da en forma exacerbada entre algunos segmentos de la población juvenil.

16 IV. SALUD -conclusión- Sexualidad juvenil:
Las Encuestas Nacionales de Juventud señalan que la sexualidad de los jóvenes es un campo heterogéneo de prácticas, marcado por un inicio al parecer más precoz (especialmente en los hombres) de las relaciones sexuales, de un uso relativamente extendido de métodos anticonceptivos (especialmente el condón), pero también de mayores situaciones de riesgo. Esto no es privativo de los países iberoamericanos. Iberoamérica, países seleccionados: porcentaje de mujeres que usó anticonceptivos modernos en su primera relación sexual Fuente: Encuestas FFS de España (p. 87) y Portugal (p. 71); para los países latinoamericanos: Centro Paraguayo de Estudios de Población (CEPEP), USAID y CDC (1999), Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil: 1998; ENSMI-98. Informe final, página 72, cuadro 7.13 a: En España corresponde al grupo de 18 y 19 años, en Portugal al de 20 a 24 años y en los países latinoamericanos al grupo años.

17 V. Educación Avances por niveles educacionales:
Los países de Iberoamérica han avanzado en matrícula educacional al punto que la gran mayoría de ellos ha logrado cobertura universal en la educación primaria y ha nivelado el logro entre varones y mujeres, a la vez que se ha reducido sustancialmente el analfabetismo juvenil. En la educación media las tasas son muy variables, desde 85% en Cuba y Chile hasta 37% en Guatemala, según datos de la UNESCO para los años Esta tasa bruta alcanzaba el 116% en España y el 114% en Portugal, el mismo año y para el mismo ciclo educativo. En la última década la cobertura de la educación terciaria se extendió de 4.4% de los jóvenes de 25 a 29 años a un 6.5% en América Latina, lo que muestra un aumento importante pero una cobertura todavía muy baja.

18 V. Educación -continuación-
América Latina : Evolución de la población con cobertura de enseñanza primaria por tramos etarios , (porcentajes) América Latina: Evolución de las tasas de analfabetismo funcional por tramos de edades , (porcentajes) América Latina : Cobertura de educación secundaria, (porcentajes) América Latina: Evolución de la cobertura de educación terciaria para jóvenes de 25 a 29 años , Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

19 V. Educación -continuación-
Avances por niveles educacionales: Las brechas entre calidad y logros en educación según niveles socioeconómicos y localización espacial indican una fuerte segmentación en perjuicio de los jóvenes más pobres y los jóvenes rurales. América Latina :Cobertura de Educación secundaria para los jóvenes de 25 a 29 años por quintiles, año 2002 (porcentajes) América Latina: Coberturas de educación secundaria por zonas, rural y urbana, año 2002 (porcentajes) Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

20 V. Educación -continuación-
Situación educativa según género: Entre los y las jóvenes de 15 a 29 años se observan mejores logros de las mujeres que de hombres en niveles primario y secundario, tendencia que no se manifiesta en los de mayor edad. Esto indica un claro mejoramiento de la inserción educacional de las mujeres cuyos logros se ubiquen entre 5 y 12 años de educación efectiva. Respecto de la educación superior, las desigualdades de acceso por sexo a favor de los hombres tienden a disminuir radicalmente. América Latina: Cobertura educacional primaria y secundaria por sexo, de jóvenes de 15 a 29 años, año 2002 (porcentajes) Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

21 V. Educación -conclusión-
Los grandes desafíos educativos: Son muchos los desafíos que se le plantean a la educación, sobre todo si le compete formar jóvenes para el empleo productivo, la ciudadanía activa y la participación en la sociedad del conocimiento: Superar problemas de excesiva repetición y deserción escolares que traban la progresión en los logros; Superar problemas de desigualdad en oportunidades y logros educacionales, lo que reproduce desigualdades entre una generación y la siguiente; Superar problemas de calidad reflejados en bajos niveles de aprendizajes efectivos, lo que limita las trayectorias laborales y vitales de los jóvenes y restringe el capital humano de la sociedad; Colmar vacíos respecto a la formación para la sociedad del conocimiento y las democracias contemporáneas; Enfrentar las inadecuaciones en el rol de la educación como preparación para nuevos desafíos en el mundo del trabajo.

22 VI. Empleo Situación general del empleo juvenil:
Durante el período reciente, la situación laboral de los jóvenes latinoamericanos se ha deteriorado nuevamente. Esto se refleja en el aumento del desempleo, la concentración creciente del empleo juvenil en los sectores de baja productividad y la caída de los ingresos laborales medios. Este empeoramiento obedeció a tendencias generales en los mercados de trabajo de la región, los que sufrieron un nuevo deterioro de las condiciones de empleo e ingresos, sobre todo a partir de fines de los años noventa. Si bien algunas brechas entre jóvenes y adultos se redujeron, como en el caso de la tasa de desempleo, esto ocurrió en el contexto de elevados y crecientes niveles absolutos. Los jóvenes se beneficiaron de la expansión del empleo en el sector terciario, lo que abrió importantes oportunidades, especialmente para las mujeres. Pero los afectó negativamente la contracción relativa del empleo en la industria manufacturera, donde previamente tenían una participación importante.

23 VI. Empleo -continuación-
Tasa de participación por grupos de edad y sexo: La tasa de participación de los hombres jóvenes latinoamericanos supera aquella de sus pares españoles (72,3% vs. 68,4%), mientras en el caso de las mujeres la situación sigue siendo inversa (54,4% vs. 57,9%), con lo cual la tasa de actividad de los jóvenes latinoamericanos en su conjunto se mantiene por debajo del nivel de sus pares españoles (58,7% vs. 63,3%). La caída de la tasa de participación de los hombres jóvenes se observa en los tres grupos etarios (15 a 19, 20 a 24 y 25 a 29 años), siendo más marcada en los grupos más jóvenes. Esta caída refleja, más que todo, la mayor permanencia de los jóvenes en el sistema educativo. Sin embargo, todavía persiste una elevada participación laboral de los jóvenes entre 15 y 19 años.

24 VI. Empleo -continuación-
AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): TASA DE PARTICIPACIÓN POR GRUPOS ETARIOS Y SEXO, TOTAL NACIONAL, c c.2002 (Promedios simples) AMÉRICA LATINA (18 PAÍSES): TASA DE PARTICIPACIÓN DE JÓVENES POR SUBGRUPOS ETARIOS Y SEXO, TOTAL NACIONAL, c c.2002 (Promedios Simples)  Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

25 VI. Empleo -continuación-
Diferencias por género: Con todo, las mujeres jóvenes siguen registrando condiciones de inserción más desfavorables que sus coetarios masculinos, como lo indican, sobre todo, la mayor tasa de desempleo, la mayor proporción de empleo en sectores de baja productividad y los ingresos más bajos, aún con los mismos niveles de educación. La brecha entre ingresos masculinos y femeninos crece con el aumento de la edad, ya que, en promedio, el ingreso de las mujeres alcanza en el 2002 el 87% del ingreso promedio en el grupo de 15 a 19 años, el 81% para el grupo de 20 a 24 años y el 76% para el grupo de 25 a 29 años. Por lo tanto, nuevamente se observa cómo la mayor experiencia, en el caso de las mujeres, no se premia en la misma magnitud que en el caso de los hombres.

26 VI. Empleo -continuación-
Diferencias en el empleo por estrato socio-económico AMÉRICA LATINA (17 PAÍSES): TASA DE DESEMPLEO ENTRE LOS JÓVENES DE 15 A 29 AÑOS DE EDAD SEGÚN QUINTILES DE INGRESO PERCÁPITA DEL HOGAR, TOTAL NACIONAL, c –c (Promedios simples)  Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los respectivos países.

27 VI. Empleo -conclusión-
Comparación del empleo juvenil y adulto: En América Latina la tasa de desempleo de los jóvenes más que duplica a aquella de los adultos (15,7% vs. 6,7% a inicios de la presente década) y la brecha entre jóvenes y adultos es parecida para hombres y mujeres. En el período reciente el desempleo aumentó para todos los grupos, pero más para los adultos, de manera que la brecha entre ellos y los jóvenes disminuyó levemente. Entre los jóvenes, la tasa de desempleo de las mujeres supera a aquella de los hombres en casi la mitad, sin que se observaran mayores cambios en el período reciente. Existe una gran brecha entre los ingresos de los jóvenes y los adultos, a causa de que éstos reciben un “premio a la experiencia”. Lógicamente, la brecha se reduce con el aumento de la edad (y la experiencia) de los jóvenes. Mientras los más jóvenes (15 a 19 años) en promedio ganan un tercio de los ingresos medios de los adultos, los jóvenes de 20 a 24 años ganan más de la mitad, y los jóvenes de 25 a 29 años más de las tres cuarta partes de los adultos. Durante el período reciente, estas brechas se han mantenido sorprendentemente estables, con una muy leve pérdida de los más jóvenes, y ganancias igualmente leves para los otros dos grupos de jóvenes.

28 VII. Consumos culturales y nuevas subjetividades
Comparación del empleo juvenil y adulto: Ver televisión, escuchar música, chatear en Internet, leer, ir al cine, bailar, hacer deportes y operar videojuegos son las prácticas de consumo cultural con mayor frecuencia en los usos del tiempo libre de la juventud. La centralidad del consumo de medios de los jóvenes está indicando que el hogar ha pasado a representar un espacio de intenso consumo simbólico y creciente convergencia de tecnologías de comunicación. Actividades que realiza durante el tiempo libre Base: jóvenes años Elaboración propia con base en encuestas de juventud de cada país.

29 VII. Consumos culturales y nuevas subjetividades -continuación-
Televisión: La información indica que los comportamientos frente al televisor varían significativamente según los grupos de edad, dado que los jóvenes, en contraste con los adultos, tienen mayor facilidad para “navegar” entre programas y entre canales. Hay aquí un ver mucho más fragmentado y menos centrado en el desarrollo lineal de un determinado contenido. La red, brechas de ingreso y de generaciones: En los estratos de mayores ingresos el acceso a la red se da principalmente a través de la propiedad del computador en el hogar, mientras en otros sectores se da principalmente a través de locales públicos (cybercafés). Esto marca una diferencia entre consumo privado y consumo en espacios públicos según corte socioeconómico. El acceso a la cultura virtual representa un consumo marcado por la brecha generacional. El vínculo de los jóvenes con las nuevas tecnologías de la comunicación marca una diferencia cognitiva y perceptiva respecto al mundo de los adultos, dado que en promedio la conectividad de los jóvenes es mucho mayor que la de la población de treinta y más años de edad.

30 VII. Consumos culturales y nuevas subjetividades -continuación-
Nuevas formas de leer: La juventud lee menos libros, diarios y revistas que antes, pero no menos que otros segmentos etarios. Los adolescentes asisten con mayor frecuencia a bibliotecas, sobre todo por las responsabilidades escolares. Aún cuando los jóvenes pueden leer menos textos impresos que antes, sin embargo invierten cada vez más tiempo en lecturas con otros soportes, alterando radicalmente los modos de leer (del libro impreso al hipertexto virtual). Los datos indican que los jóvenes – mucho más que los adultos – orientan sus lecturas con fines de estudio, lo cual corresponde a un uso instrumental. Simultáneamente, hay menos jóvenes que leen el periódico para informarse sobre lo que pasa, mientras el uso por entretenimiento o por placer se distribuye de forma homogénea según las edades. Uso al que destinan la lectura, según edades (España) Fuente: MMS-94 en Informe de Juventud en España 2000.

31 VII. Consumos culturales y nuevas subjetividades -conclusión-
La música: La música constituye un consumo cultural cada vez más importante en la construcción de sensibilidades juveniles. También aporta a una mayor diversidad y segmentación de identidades, a medida que los géneros musicales que consumen los jóvenes se diversifican. Si el rock es un modo en que lo global se localiza, entre las preferencias de los jóvenes también hay géneros locales. Estos géneros han logrado conectarse con las lógicas mediáticas y comerciales, introduciéndose creativamente en las nuevas realidades y modos de consumo cultural. Preferencias musicales de los jóvenes* * Los géneros musicales están ordenados según el orden de preferencia en cada país.

32 VIII. Participación y ciudadanía
Tendencias predominantes de la participación juvenil: Menos crédito a organizaciones tradicionales de la política, más valoración de la participación como mecanismo para la autorrealización y obtención de logros. Las prácticas religiosas y deportivas son las que concentran los mayores niveles de asociatividad, segmentadas por diferencias socio-económicas y de género. Adquieren creciente importancia nuevas modalidades asociativas informales, sobre todo a partir de la década de los ‘80, donde la responsabilidad es del propio colectivo, sin la autoridad directa de adultos y con muy bajos niveles de institucionalización. Nuevos temas sensibilizan a los jóvenes como los derechos humanos, la paz, el feminismo, la ecología y las culturas de etnias o pueblos originarios, pero no se traducen en modos estables o duraderos de organización entre jóvenes. Los medios de comunicación y las TICs tienen incidencia creciente en la generación de nuevas pautas de asociatividad juvenil.

33 VIII. Participación y ciudadanía -continuación-
En cuanto a los derechos de juventud: El limbo juvenil: de los jóvenes como protagonistas del cambio político y social a los jóvenes como sujetos de derecho y objeto de políticas. Déficit de ciudadanía: crisis del mundo del trabajo, crisis de metarrelatos políticos, estigmatización de los jóvenes desde el discurso de la seguridad ciudadana. Especificaciones constitucionales se refieren principalmente a los adolescentes y jóvenes menores de 18 años, que priorizan la protección del ámbito familiar y la provisión de recursos que aseguren al adolescente y al menor derechos a la vida, la alimentación, la salud, la educación, la integridad física, entre otros. Sólo algunos países tienen leyes exclusivas para los jóvenes que difieran de las anteriores. En general los derechos de los jóvenes se subsumen en la legislación nacional. O bien son jurídicamente adultos o bien son menores. Proyecto de Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes: un primer impulso.

34 VIII. Participación y ciudadanía -conclusión-
Algunos desafíos de ciudadanía juvenil desde la gestión pública: Entre sujetos de la política y objetos de las políticas: un equilibrio difícil. Imprimirle a las políticas juveniles un fuerte sesgo pro-participación de los beneficiarios. Procurar la movilización de jóvenes en políticas públicas que apunten a apoyar a otros grupos. Involucrar a los jóvenes en acciones en torno a problemas de salud que los afectan más directamente, como son las campañas destinadas a prevenir el embarazo adolescente, el contagio de enfermedades de transmisión sexual, la adicción a estupefacientes y la violencia juvenil. Considerar los cambios culturales que viven los jóvenes: influencia de los medios de comunicación y de la industria cultural, aspiraciones a mayor autonomía por parte de la juventud, tensiones entre mayores expectativas y menores canales para satisfacerlas.

35 IX. Políticas públicas Situación institucional:
Los avances en la institucionalidad pública de juventud son variables. En Iberoamérica existen ministerios, viceministerios, subsecretarías, institutos y direcciones de la juventud con diversos niveles de incidencia y jerarquía política. Las funciones desarrolladas son de diversa índole: rectoría, asesoría y supervisión así como de promoción de las actividades y servicios orientados a los jóvenes. Parte importante de la oferta programática orientada a los jóvenes tiene un carácter sectorial, y algunos países no cuentan con organismos oficiales a cargo de los sectores juveniles. A pesar de la heterogénea institucionalidad de juventud existente, se aprecia una amplia gama de oferta programática para la juventud, que se ha incrementado considerablemente desde el año Actualmente existen tanto programas globales de difusión y promoción de derechos, como sectoriales en empleo, educación y salud.

36 IX. Políticas públicas -continuación-
Problemas encontrados según reporta la encuesta a 16 gobiernos: Coexistencia de ofertas sectoriales y especiales para la juventud. Salvo contadas excepciones, los países carecen de programas específicos para jóvenes rurales, con enfoque de género o hacia grupos con discapacidad. Los programas enfrentan problemas de focalización y cobertura y, en especial, se carece de una adecuada evaluación de los mismos. Ofertas sectoriales que en algunos casos incluyen a los jóvenes y en otros los subsumen en la categoría de población en general. Desarticulación (en el diseño y/o implementación) entre las ofertas sectoriales, y entre éstas y las especiales. Frecuente redundancia temática y de focalización entre ofertas sectoriales y especiales. Ofertas especiales dirigidas a la juventud en tanto grupo vulnerable (PRADJAL , citado por Chillán, 2001b).

37 IX. Políticas públicas -conclusión-
IBEROAMÉRICA ( 17 PAÍSES): PRINCIPALES PROBLEMAS EN ORDEN DE IMPORTANCIA Fuente: Sobre la base de las respuestas de los países a la encuesta de CEPAL sobre Programas Nacionales hacia la Juventud, 2004.

38 X. Propuesta de indicadores para análisis y seguimiento de situación de los jóvenes y de políticas de juventud El sistema de indicadores propuesto se basa en el conjunto del documento. Los indicadores propuestos se han definido con objeto de medir los cambios registrados a lo largo del tiempo y hacer comparaciones al interior de cada país, entre países y en el conjunto de Iberoamérica. En cada área prioritaria se han seleccionado dimensiones que permiten un mejor monitoreo y una mejor focalización en el seguimiento de las políticas públicas. El criterio principal para la selección de los indicadores ha sido la disponibilidad actual de estadísticas oficiales y de información procesada. No obstante también se proponen indicadores que requieren la utilización de instrumentos de medición relativamente nuevos en los países, como son las encuestas de juventud. La propuesta selecciona algunos indicadores en cada área prioritaria; no pretende agotar todos los indicadores de juventud, ni abarca con la misma profundidad todas las áreas.

39 X. Propuesta de indicadores… -continuación-
Áreas prioritarias: Reconocimiento de Derechos e Igualdad ante la Ley Acceso Equitativo a los Recursos de la Sociedad e Igualdad de Oportunidades Acceso a una Calidad de Vida Estimada Adecuada Recursos para el Logro de la Autonomía y Emancipación Participación en los Procesos Democráticos y en el Ejercicio de Ciudadanía Estas áreas prioritarias están entrelazadas entre sí y cada una apunta a generar condiciones que permitan mejorar la situación de la juventud. De este modo, avanzar en alguna de ellas tiene efectos en las otras. De tal interrelación se infiere la necesidad de políticas sistémicas. Algunos indicadores pueden adscribirse a varias áreas a la vez, como es el caso de años de escolaridad, acceso al empleo o nivel de ingresos.

40 La juventud en Iberoamérica Tendencias y urgencias
ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE JUVENTUD La juventud en Iberoamérica Tendencias y urgencias Martín Hopenhayn Oficial a Cargo, División de Desarrollo Social, CEPAL XII Curso “Reformas Económicas y Gestión Pública Estratégica” Santiago de Chile, Noviembre 2004


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