EL GÉNERO NARRATIVO 1º ESO

Introducción Como ya hemos visto, los géneros literarios son esos grandes grupos en los que podemos clasificar, atendiendo a sus características, las diferentes obras de la literatura. Ditinguimos tres: lírico, narrativo y dramático.

El género narrativo En primer lugar, podemos definir el término “narrar” como referir una sucesión de hechos que se producen a lo largo de un tiempo determinado y que, por norma general, dan como resultado la variación o transformación de una situación inicial. Aunque, habitualmente, usemos el término para referirnos a literatura, en realidad se puede aplicar a cualquier tipo de narrativa, como puede ser la cinematográfica o el cómic. El género narrativo engloba, pues, aquellas obras que narran. En este género es fundamental la voz del narrador que es quien cuenta los hechos. En cuanto a la extensión de los textos comprendidos dentro de este grupo, es muy variada, pues va desde el microrrelato hasta la novela.

El género narrativo En primer lugar, podemos definir el término “narrar” como referir una sucesión de hechos que se producen a lo largo de un tiempo determinado y que, por norma general, dan como resultado la variación o transformación de una situación inicial. Aunque, habitualmente, usemos el término para referirnos a literatura, en realidad se puede aplicar a cualquier tipo de narrativa, como puede ser la cinematográfica o el cómic. El género narrativo engloba, pues, aquellas obras que narran. En este género es fundamental la voz del narrador que es quien cuenta los hechos. En cuanto a la extensión de los textos comprendidos dentro de este grupo, es muy variada, pues va desde el microrrelato hasta la novela.

Principales subgéneros narrativos Novela: obra literaria en prosa, normalmente extensa. Se caracteriza, fundamentalmente, por la libertad ya que es un subgénero que no conoce límites, pudiendo contener desde diálogos con clara intención dramática hasta fragmentos líricos o descriptivos. Sus tipos son muy numerosos: novela policial, novela de aventuras, novela histórica, etc. Diferenciamos, además, entre novela corta (menos de 150 páginas y novela extensa).

Principales subgéneros narrativos Cuento: relato breve de hechos ficticios con una trama sencilla y lineal. Podemos diferenciar dos tipos: el cuento popular (anónimo y de transmisión oral) y el cuento literario (con autor conocido). Fábula: relato muy breve con una evidente finalidad moral, usualmente escrito en verso, con cierto tono humorístico o irónico y que suele estar protagonizado por animales con características humanas. Suelen terminar con una moraleja. Leyenda: narración sobre lugares, hechos o personajes reales a los que se le añaden componentes mágicos. Mito: narración protagonizada por héroes o dioses. Microrrelato: el subgénero más moderno. Se caracteriza por la brevedad.

Elementos del texto narrativo Vamos a diferenciar los siguientes: Los acontecimientos El narrador Los personajes El tiempo El espacio La estructura El estilo

Los acontecimientos Toda historia está compuesta por una ACCIÓN NARRATIVA, es decir, un conjunto de acontecimientos que se desarrollan consecutivamente desde una ACCIÓN INICIAL hasta un DESENLACE. Estos acontecimientos integrarán la acción. Serán experimentados o presenciados por los personajes.

El narrador El narrador es “la voz” que desarrolla el relato. ¡OJO! El narrador es un elemento más de la ficción por lo que jamás debe identificarse o confundirse con el autor. Atendiendo a la voz que narra los hechos, el narrador podrá ser en Primera Persona, Segunda Persona o Tercera Persona.

Narrador en 1º Persona Es aquel que se integra en la acción, que forma parte de ella. Según su importancia para la narración podemos distinguir: Narrador protagonista: es la llamada “técnica autobiográfica”. La voz del protagonista narra su propia historia y la perspectiva, por tanto, se limita a aquello que el propio narrador / personaje observa. Esta técnica acerca al narrador al lector por lo que este se identifica más con la historia. Da apariencia al relato de suceso real.

Todo queda en silencio; entonces, de una manera que resulta casi inquietante, los sinsajos repiten mi canción. Me quedo sentada un momento, viendo cómo mis lágrimas caen sobre su cara. Suena el cañonazo de Rue, y yo me inclino sobre ella y le doy un beso en la sien. Despacio, como si no quisiera despertarla, dejo su cabeza en el suelo y le suelto la mano. Seguro que quieren que me vaya para poder recoger los cadáveres, y ya no hay ninguna razón para que me quede. Pongo boca abajo el cadáver del chico del Distrito 1, le quito la mochila y le arranco la flecha que le ha quitado la vida. Después corto las correas de la mochila de Rue porque sé que ella habría querido que me la llevase, pero no le saco la lanza del estómago. Las armas que estén dentro de los cadáveres se transportan con ellos al aerodeslizador; no necesito una lanza, así que, cuanto antes desaparezca del estadio, mejor.

Narrador en 1º Persona Narrador testigo: personaje que habla en primera persona dentro del relato, contando la historia del protagonista. Su importancia puede ir desde la de mero testigo imparcial hasta la de personaje secundario vital para el desarrollo de la acción. Suele alternar entre la primera persona (cuando habla de sí mismo) hasta la tercera (cuando habla del protagonista). TÉCNICA DEL MANUSCRITO ENCONTRADO. Tipo especial de este narrador. Se crea la ficción de que el narrador sólo cuenta algo que escuchó o leyó previamente.

Al visitar a mi amigo Sherlock Holmes un día de otoño del año pasado, lo encontré enzarzado en animada conversación con un caballero de edad provecta, rechoncho, de faz rubicunda y cabellos de un color rojo intenso. Excusándome por mi intrusión, me disponía a retirarme, pero Holmes me empujó bruscamente hacia dentro y cerró la puerta detrás de mí. –No podía haber venido en mejor momento, mi querido Watson –me dijo cordialmente. –Temía que estuviera trabajando. –Así es. Y mucho, por cierto. –Entonces puedo esperar en la habitación de al lado. –Nada de eso. Este caballero, señor Wilson –dijo a su interlocutor, presentándome–, ha sido mi compañero y ayudante en muchos de mis casos más brillantes, y no me cabe duda de que también en el suyo me será de suma utilidad.

Sirve para aumentar la subjetividad. Narrador en 2º Persona El personaje desdobla su personalidad y habla consigo mismo, como si lo hiciera con otra persona. Si se mantiene durante la mayor parte de la narración, es como si el personaje se estuviese contando a sí mismo su propia historia. Lo normal es, no obstante, que surja en momentos puntuales de estrés emocional o psicológico. Sirve para aumentar la subjetividad.

Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato. Tú releerás. Se necesita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferiblemente si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recámara cómoda, asoleada, apropiado estudio. Sólo falta tu nombre. Sólo falta que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero, antiguo becario de la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma. Aura, Carlos Fuentes

Narrador en 3ª Persona Dentro de los narradores en tercera persona, distinguiremos dos tipos: Narrador omnisciente y narrador objetivo. También hablaremos de narrador focalizado. El narrador omnisciente es aquel que lo conoce todo a cerca de los personajes (pensamientos, sentimientos, motivaciones, etc.). A veces, incluso avisa al lector de anécdotas que ocurrirán más adelante en el relato. En ocasiones, juzga y valora la historia, con lo que orienta al lector en la interpretación de los hechos y de los personajes.

Pero el rey, inmóvil, montado en Crinblanca, contemplaba la agonía de Minas Tirith, como si la angustia o el terror lo hubieran paralizado. Parecía encogido, acobardado de pronto por la edad. Hasta Merry se sentía abrumado por el peso insoportable del horror y la duda. El corazón le latía lentamente. El tiempo parecía haberse detenido en la incertidumbre. ¡Habían llegado demasiado tarde! ¡Demasiado tarde era peor que nunca! Acaso Théoden estuviera apunto de ceder, de dejar caer la vieja cabeza, dar media vuelta, y huir furtivamente a esconderse en las colinas. Pero en ese mismo instante hubo un resplandor, como si un rayo hubiese salido de las entrañas mismas de la tierra, bajo la ciudad. Durante un segundo vieron la forma incandescente, enceguecedora y lejana en blanco y negro, y la torre mas alta resplandeció como una aguja rutilante; y un momento después, cuando volvió a cerrarse la oscuridad, un trueno ensordecedor y prolongado llegó desde los campos. Como al conjuro de aquel ruido atronador, la figura encorvada del rey se enderezó súbitamente. Y otra vez se le vio en la montura alto y orgulloso; e irguiéndose sobre los estribos gritó, con una voz mas fuerte y clara que la que oyera jamás ningún mortal: ¡De pie, de pie, Jinetes de Théoden! El señor de los anillos, J.R. R. Tolkien

Narrador en 3ª Persona Narrador objetivo (cámara de vídeo): adopta una postura neutra y sólo cuenta los aspectos externos, como si usara una cámara de vídeo. Refleja la conducta de los personajes, sus palabras, pero no puede juzgar, pues no posee un saber absoluto. Es un narrador limitado. Desconoce los pensamientos, sentimientos, motivaciones, etc. de los personajes. Lo único que puede saber es aquello que éstos muestran con sus declaraciones o su modo de actuar. La profundidad psicológica de los personajes se expresará a través de sus diálogos. Al igual que el omnisciente, no interviene en la acción porque no es un personaje. Es externo a la historia.

El hombre aquel que hablaba se quedó callado un rato, mirando hacia afuera. Hasta ellos llegaba el sonido del río pasando sus crecidas aguas por las ramas de los camichines, el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de los niños jugando en el pequeño espacio iluminado por la luz que salía de la tienda. Los comejenes entraban y rebotaban contra la lámpara de petróleo, cayendo al suelo con las alas chamuscadas. Y afuera seguía avanzando la noche. ¡Oye, Camilo, mándanos otras dos cervezas más! -volvió a decir el hombre. Después añadió: Otra cosa, señor. Nunca verá usted un cielo azul en Luvina. Allí todo el horizonte está desteñido... Luvina, Juan Rulfo

Narrador en 3ª Persona Focalización del narrador: la focalización consiste en restringir el campo de conocimiento del lector. Hay varios tipos, pero sólo hablaremos de la focalización interna. Este tipo de focalización consiste en que el “foco” del narrador coincide con un solo personaje. Es decir, aunque el narrador pueda ser, o parecer, omnisciente, sólo conocerá, o mostrará conocimiento sobre los pensamientos, sentimientos, motivaciones, etc. del personaje sobre el cual focaliza.

Personajes Cada una de las personas y seres conscientes (reales o ficticios) que intervienen en la acción y viven los acontecimientos narrados. Necesitan ser caracterizados, es decir, el lector debe saber cómo son. Para ello existen dos tipos de caracterización: directa e indirecta. Caracterización directa: el propio narrador dice, a través de diferentes retratos, cómo es el personaje. El aspecto externo de Momo ciertamente era un tanto desusado y acaso podía asustar algo a la gente que da mucha importancia al aseo y al orden. Era pequeña y bastante flaca, de modo que ni con la mejor voluntad se podía decir si tenía ocho años sólo o ya tenía doce. Tenía el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y con todo el aspecto de no haberse enfrentado jamás a un peine o a unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos...

Personajes La caracterización indirecta es en la que el lector debe deducir el carácter del personaje (bueno, generoso, etc.) a partir de sus comportamientos, formas de hablar, etc.

Personajes Para empezar, podemos clasificar a los personajes siguiendo varios criterios: Según su génesis y desarrollo distinguiremos entre personajes estáticos o planos y personajes dinámicos o redondos. Según su importancia para el desarrollo de la acción diferenciamos entre personajes principales, secundarios y terciarios. A partir de su profundidad psicológica vamos a hablar de personajes estereotipos, tipo y personajes individuales. Por su naturaleza distinguiremos entre personajes ficticios, históricos, simbólicos y autobiográficos.

Personajes. Según su desarrollo Personajes estáticos o planos: son aquellos que no evolucionan, sino que desempeñan el mismo papel desde el principio hasta el final de la historia. Personajes de los cuentos populares. Personajes dinámicos o redondos: evolucionan, influidos por los acontecimientos, y van cambiando sus actitudes y valores (incluso pueden cambiar físicamente). Al final de la historia han sufrido cambios porque los acontecimientos los han hecho cambiar.

Personajes. Según su importancia Principales: los que ocupan la mayor parte del relato. Conducen la acción. Son los que permiten que la historia se desencadene, avance, retroceda o se estanque. Los más importantes. Sin ellos no habría historia. Dentro de este grupo está el PROTAGONISTA (personaje en torno al cual gira la acción, suele identificarse con “el bueno”) y, para algunos estudiosos, el ANTAGONISTA (personaje opuesto al protagonista, suele identificarse con “el malo”.). Secundarios: no están involucrados directamente en la historia, sino que tienen una participación menor. También intervienen en los hechos, pero no tanto ni tan seguido como los personajes principales. A pesar de esto, no podemos decir que no sean relevantes para la acción, puesto que siempre hay una razón para que estén ahí. Terciarios: están de pasada. Pueden intervenir una sola vez o formar parte del marco de la acción (por ejemplo, los ejércitos griego y romano en La Ilíada de Homero).

Personajes. Según su profundidad psicológica Estereotipos: encarnan un modelo de conducta previamente establecido (héroe, enamorado, etc.) Tipo: encarnan a un colectivo social que el público conoce (mendigo, soldado, etc.) Personajes individuales: poseen su propia psicología que los convierte en personajes únicos, que los diferencia de los demás personajes del relato.

Personajes. Según su naturaleza Ficticios: personajes que no han existido en la vida real. Es el caso de la mayoría de los personajes que intervienen en los textos narrativos. Históricos: personajes que han existido en la vida real. Simbólicos: significan algo, independientemente de su propia existencia como personaje, y encarnan una cualidad o valor que, en ocasiones, se percibe incluso en el propio nombre del personaje. Autobiográficos: el protagonista es también el narrador del relato (por ejemplo, El lazarillo de Tormes).

El tiempo Expresa el orden y la duración de los hechos de la narración. Vamos a diferenciar dos tipos: tiempo externo o histórico y tiempo interno o narrativo. Tiempo externo: se refiere al momento o época en que se desarrolla la acción. Determina, en cierto modo, la forma de ser de los personajes (no se comportará igual un personaje del siglo XVIII que uno del XIX). Tiempo interno: es el tiempo que abarcan los acontecimientos que transcurren en la acción. Según su duración nos encontraremos con dos tipos de ritmo. Por un lado, el ritmo lento, que se produce cuando la acción dura horas o días. Por otro, el ritmo rápido, que es aquel que se da cuando la acción dura años o, incluso, generaciones.

El tiempo El tiempo de las obras suele transcurrir de forma lineal o natural. Sin embargo, en alguna ocasión dicho orden se altera. A esto se le llama “anacronía”. Dos son las formas básicas que asume la anacronía. Analepsis (retrospección o flash back): se introducen acontecimientos que , según el orden lineal de la historia, deberían haber aparecido antes. Se dice que la narración comienza in media res (“en medio de la cosa”) cuando empieza en la mitad de la historia y, por tanto, deberá ser contada valiéndose de numerosas analépsis. Prolepsis (anticipación o flash-forward): se anticipan acontecimientos que, según el orden lineal de la historia, debieran contarse más tarde (Crónica de una muerte anunciada, Gabriel García Márquez).

El espacio Es el soporte de la acción, el marco o lugar donde suceden los acontecimientos y se sitúan los personajes. El espacio puede ser un mero escenario o contribuir al desarrollo de la acción. Vamos a distinguir diferentes espacios. Por un lado, diferenciaremos entre espacios reales o ficticios. Por otro, tendremos espacios abiertos (exteriores) o cerrados (interiores).

Estructura La estructura clásica del texto narrativo es aquella que comienza con un PLANTEAMIENTO o INTRODUCCIÓN, que continúa con el NUDO y termina con el DESENLACE. Sin embargo, esta no es la única estructura posible. Para empezar, los elementos de la estructura pueden alterar su orden. De ese modo, tenemos obras que comienza por el desenlace (“in extrema res”) o relatos “in media res” que, como sabemos, quiere decir que empiezan en mitad de la historia. Otras estructuras serían la estructura circular (todos los acontecimientos que suceden conducen a la situación inicial), ensartada (una serie de sucesos que se repiten a lo largo de la historia), paralela (durante el relato, dos historias diferentes transcurren a la vez, paralelamente), muñecas rusas (una historia dentro de otra), etc.

Estilo Se refiere al modo de narrar la historia, organización, vocabulario, registro, etc. También puede referirse al modo en el que se recogen las declaraciones de los personajes: estilo directo (“¡Ven conmigo!”) o estilo indirecto (“Me dijo que fuera con él”).