Impacto ambiental Las parcelas denudadas de las matas de coca mediante medios mecánicos como la quema o el corte, o medios químicos como el rociado de herbicidas tales como el producto Rodeo (de la compañía Monsanto), son abandonadas y son sometidas a problemas agudos de erosión durante la temporada de lluvias. Además, los EE.UU. se han visto involucrados en la aplicación del hongo Fusarium oxyporum para exterminar la coca; el hongo acarrea peligros serios tanto a humanos como a otras especies de plantas. En el 2000, el Congreso de los Estados Unidos aprobó el uso de Fusarium como un agente de control biológico para destruir cultivos de coca en Colombia (y otro tipo de hongo para destruir cultivos de amapola en Afganistán), pero estos planes fueron cancelados por el entonces presidente Bill Clinton, quien se preocupó porque el uso unilateral de agentes biológicos podría ser percibido por el resto del mundo como guerra biológica. Las naciones andinas desde entonces prohibieron su uso en toda la región (El uso de agentes biológicos para destruir cultivos es ilegal de acuerdo con la convención de armas químicas de 1975).
El 25 de junio de 2003, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, Colombia, ordenó la suspensión de fumigaciones de glifosato hasta tanto el gobierno cumpliera con el plan de gestión ambiental para el programa de erradicación. También ordenó que se realizaran estudios para proteger al salud pública y el ambiente. El Concejo de Estado de Colombia, la máxima autoridad administrativa del país, más adelante invalidó la decisión de la corte de suspender las fumigaciones. En noviembre de 2005 Ecuador protestó las fumigaciones llevadas cabo por Colombia y EU en la frontera colombo-ecuatoriana y demandó que éstas se hicieran a más de 10 km de distancia de la misma para minimizar el impacto ambiental en el Ecuador. Colombia respondió diciendo que varios estudios científicos demostraban que el glifosato no tenía ningún impacto negativo para el ambiente a lo que Ecuador respondió solicitando que fueran las Naciones Unidas las que llevaran a cabo un estudio del impacto ambiental de la aplicación específica del glifosato en las fumigaciones. De diciembre del 2005 a diciembre del 2006, Colombia suspendió temporalmente las fumigaciones en la franja de los 10 km exigida por Ecuador, para después reiniciarla, argumentando que allí se habían sembrado más de hectáreas de coca. Ecuador protestó contra ésta medida y ha clamado porque se vuelvan a suspender dichas operaciones
Erradicación de marihuana
Estados Unidos plantea y financia El cultivo de plantas que son materia prima para la producción de drogas narcotizantes, es una actividad que genera problemáticas sociales, políticas y económicas de inmensas proporciones. Colombia ha sido un país discriminado por su producción a gran escala de cocaína, de amapola y marihuana en menor escala, por los antecedentes que dejó el narcotráfico, y por miles de "mulas" que son capturadas cada año en diversos aeropuertos del mundo. En los países europeos, lejos de un conocimiento de las necesidades reales de nuestra población, de la terrible encrucijada que tejen los cultivos ilícitos y la violencia, comienza a darse un fenómeno generalizado de rechazo a las personas de nacionalidad colombiana. Mientras tanto, la políticas egoístas, perjudiciales y altamente destructivas. Antecedentes Durante toda la década de los ochentas los grandes capos se beneficiaban de un mercado estructurado y perfectamente organizado: cultivos extensos, laboratorios sofisticados de procesamiento, importación de insumos precursores, y exportación del producto final a través de redes apropiadas de distribución (Mejía, 1999). Pero durante los años siguientes, con la neutralización de estas mafias se produjo la "atomización" del narcotráfico. Las guerrillas de la selva se anotaron diversos éxitos a su favor en el proceso de cocainización de la economía colonizadora: de un lado, al ascender a un cierto grado de poder ejecutivo regional, pudieron captar simpatías del colono al arbitrar las relaciones de éste con el narcotraficante, y, de otro, fundaron el impuesto de gramaje como fuente financiera, impuesto que ahora se extiende a los precursores y en especial al dinero o capital de compra de la pasta o base (Mejía, 1990). Actualmente existen dos frentes de acción (Defensoría del Pueblo, 2000):
A comienzo de la década de los setentas, las producciones agrícolas del país comenzaron a sufrir los efectos de nuevas políticas internacionales que permitían estabilizar los precios internos en países industrializados ricos, pero no en los países del Tercer Mundo. Se impone entonces la política del desarrollo empresarial de la agricultura en términos de revolución verde, que excluía poco a poco al campesinado libre. Las políticas posteriores de globalización, de apertura al mercado libre mundial, y de sometimiento a las mercancías, ofertas y tecnología de las transnacionales que dominan el campo de los agroquímicos, las semillas y los alimentos, terminaron anulando el potencial competitivo del campesino (Mejía, 1999). Por otra parte, los primeros traficantes de coca provenían de Medellín e inicialmente participaban en el contrabando de cigarrillos, whisky y relojería. Al comienzo obtenían la cocaína del Ecuador, pero posteriormente adoptaron las técnicas de procesamiento y promovieron los cultivos en regiones selváticas del Caquetá para evitar la compra de la hoja. La amapola aparece en el Valle del Cauca a finales de la década de los ochenta y se extiende a varios departamentos gracias al financiamiento del narcotráfico. La marihuana, provenía de grandes siembras en la Sierra Nevada de Santa Marta; había tenido su bonanza hacia 1977, pero inmediatamente se inicia el desplome de los precios porque Estados Unidos comienza a ser autosuficiente (Defensoría del Pueblo, 2000). Actualmente este país es primer productor mundial, y la droga es producida además en Canadá y varias naciones europeas.