MONUMENTO CONMEMORATIVO EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DEL 11-M Y DE TODAS LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO noviembre 2005

En julio de 2004, el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Fomento firmaron un convenio de colaboración para erigir un monumento homenaje a las víctimas de los atentados del 11-M y a todas las víctimas del terrorismo. El monumento representará la solidaridad, el dolor y el recuerdo de todos los madrileños. Convocado un concurso internacional de ideas, el proyecto ganador correspondió al estudio FAM, formado por cinco jóvenes arquitectos. El monumento se levantará sobre la rotonda situada frente al edificio circular de la Estación de Atocha y junto a la embocadura de la calle Alfonso XII, en el marco del Plan Especial Eje Recoletos-Prado.

La nueva rotonda se sitúa en el mismo emplazamiento que la actual pero difiere en sus dimensiones. Toda la rotonda sirve de apoyo para el nuevo monumento. La superficie de la nueva rotonda está ajustada a las exigencias que pide el monumento en su forma y dimensión. Las obras han comenzado a primeros de noviembre con el desvío de servicios, rotura de la losa y adecuación de la isleta, por parte de Metro.

El monumento estará formado por dos partes íntimamente relacionadas: Un espacio en el interior de la estación iluminado por la luz cenital procedente de la cúpula, desde donde se podrán leer los mensajes inscritos en la misma. Una cúpula irregular de vidrio transparente en la que se inscribirán algunos de los mensajes escritos por los ciudadanos en recuerdo de las víctimas.

De día, la luz del sol ilumina el espacio interior. De noche, un haz de luz se proyecta desde abajo iluminando la cúpula.

Alcanzará una altura de 11 metros y un diámetro irregular de 8,5 metros, y se situará ligeramente descentrada con respecto a la superficie de la isleta. La base de la cúpula estará rodeada de piedra volcánica negra.

Será un proyecto singular y de gran complejidad técnica con un presupuesto de tres millones de euros. Se utilizarán bloques de cristal sólido altamente transparentes y una geometría no regular como expresión de la fuerza del instante. El vidrio será totalmente incoloro y permitirá la visión del vacío desde la sala interior de la estación. Un espacio oscuro donde la luz se cuela por la perforación hecha al forjado para permitir iluminar el interior, revestido por cerámicas vidriadas de color azul. La sala estará aislada acústicamente para permitir el silencio y el respeto que se merece el monumento.

Al espacio interior se accede por un frente de vidrio curvado termoformado. Un recorrido que nos sumerge en el vacío azulado del silencio.

La luz se convierte en la protagonista de un espacio amable y discreto. La sala bajo rasante es el espacio de la representación del monumento.

Un lugar para la memoria en la ciudad de Madrid.