Taller de Cuentos curso

Aprendemos imitando. Seguimos los pasos de los grandes. Y de su mano creamos.

No importa que no sepamos el verdadero significado de las palabras. Guiados por su sonoridad creamos esta historia que, aunque no lo parezca, tiene su significado.

“Montaña Azul” Kandisky Azul, montaña azul. Oscuro día Noche incendiada Tormento de caballos Asustados, levantaban juntas Sus patas delanteras. ¡Ñam! ¡Ñam!, hacía el fuego. Azul, montaña azul. Rodri

Erase una vez una niña que tenía dos amigos. Ellos resolvían misterios. Un día la niña vio en un libro una cosa muy rara. Era una leyenda sobre un rey-lobo egipcio. La niña se lo enseñó a sus amigos, y fueron a Egipto. Cuando vieron la pirámide se asombraron, ¡Era enorme! Cuando entraron en la pirámide vieron una puerta. La abrieron y vieron un ataúd abierto. -- ¡Ha escapado! –dijo uno de ellos. -- ¡No debe de andar lejos! –dijo otro. -El libro dice que la momia tiene que matar a otro lobo para apoderarse de su cuerpo. Entonces irá a un bosque que hay cerca de aquí. Cuando llegaron al bosque, vieron que el espíritu-lobo iba a atacar. Ataron una cuerda al cuello del lobo y le llevaron al ataúd, lo cerraron y le pusieron un candado. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Rodri Ataron una cuerda al cuello del lobo y le llevaron al ataúd, lo cerraron y le pusieron un candado. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Rodri

Palabras que llaman a palabras. Emociones y sentimientos que nos llevan lejos, muy lejos. Sin resistencia, nos dejamos arrastrar, y recorremos mundos reales o imaginarios.

Esta historia que os voy a contar me la relató, hace algunos años, mi abuela Federica. Mi abuela solía sentarme a sus pies mientras hacía un jersey para mi hermano pequeño.

“Un día, dijo mi abuela, fui al cementerio por la noche” (yo me pregunto que qué iba a hacer mi abuela en el cementerio de noche). Pero…sigamos con la historia: “De repente, me encontré a un vampiro y a un zombi que charlaban sentados sobre una tumba:

- ¡Muy valiente eres tú ahora!, pero el otro día bien que te vi escondiéndote debajo de una losa cuando apareció una vieja que resultó ser la abuela Federica! ¡Ja! - ¡Eso no es cierto! ¡Estás equivocado! Buscaba un pendiente que se me había perdido. Cuando esto escuchaba a mi abuela, se me ponían los pelos de punta y la piel de gallina. -Pues…, a mí las brujas me dan un poco de miedo – comentó el vampiro. -¡Anda, no seas miedica! ¡Las brujas no hacen nada! - contestó el zombi-.

- Creo, que ya no seguiré contando esta historia. ¡Oigo a las ollas caer de la encimera y a los tenedores y cuchillos en lucha campal! ¡Adiós, adiós, me voy corriendo! ¡¿…?!

Rodrigo Karen Álex Lara Autores e Ilustradores