1.- Hace falta evangelizar ante la pérdida de la identidad juvenil propiciada por modelos consumistas y la falta de una espiritualidad encarnada. Se carece de procesos de crecimiento integral y de una enseñanza sobre la Doctrina Social de la Iglesia para ellos. La vida religiosa y sacerdotal aún no se percibe con tanto atractivo para los jóvenes y hay una resistencia por “vocacionalizar” la Parroquia, ocasionado por la falta de recursos económicos y de personas que quieran participar en esta acción vocacional de la Iglesia.

2.- Falta de integración por parte de los tres sectores del Pueblo de Dios: Laicos, Consagrados y Ministros Ordenados. Y sobre todo que estos últimos aprecien y pongan más atención a los otros dos sectores. Hay algunas dificultades para lograr una buena relación entre los párrocos y los Movimientos Laicales, destacando también una cierta autonomía por parte de estos últimos ante la realidad diocesana y parroquial.

3.- En las Pastorales Básicas, se carece de criterios de formación para los catequistas y no está definido un trabajo apostólico para ellos en las parroquias. Además, se percibe una actitud rutinaria que daña la exterioridad o ritualidad de la liturgia en la celebración de los sacramentos afectando a la santidad de las personas y sobre todo que no se proyecte en su dimensión social y caritativa que los lleve a un encuentro con Jesús.

4.- Es necesario continuar el Programa de Formación Permanente del Clero que se venía desarrollando y del cual falta hacer una evaluación del mismo. Se pudiera aprovechar para que el Presbiterio conozca más la Misión Continental y el Documento de Aparecida, ya que hay algunos sacerdotes que aún no lo conocen.

5.- Es necesario que se visualice y aproveche todo el campo de acción de la Pastoral Familiar, ya que se ve reducida al Equipo de Pláticas Pre- Matrimoniales y éstas no están unificadas en sus contenidos evangelizadores.

6.- No se han aprovechado en nuestra Arquidiócesis las técnicas de la Informática y no existe un deseo por conocerlas por medio de los cursos que ofrece el Departamento de Sistemas. Se perciben algunas resistencias al cambio que provocan el uso de estas técnicas al servicio de la Evangelización.

7.- Se carece de una formación católica por parte de las personas que se dedican a impartir la religión cristiana en los Colegios Católicos, dejando esta responsabilidad personal y voluntaria al Departamento de la Pastoral Educativa Diocesana.

8.- En cuanto a la Pastoral Penitenciaria hace falta promover más la formación de valores en la Familia, como medida de prevención a los delitos. Hace falta un trabajo en conjunto Iglesia-Estado para favorecer espacios en las parroquias en este trabajo preventivo. Así como favorecer la inserción a la sociedad de los liberados para que continúen su proceso de redención en la sociedad.