OTOÑO 11A Esparce octubre, al blando movimiento 11B del sur, las hojas áureas y las rojas, 11B y, en la caída clara de las hojas, 11A se lleva al infinito el pensamiento. 11A ¡Qué noble paz en este alejamiento 11B de todo; oh prado bello, que deshojas 11B tus flores; oh agua, fría ya, que mojas 11A con tu cristal estremecido el viento! 11C ¿Encantamiento de oro!¡Cárcel pura, 11D en que el cuerpo, hecho alma, se enternece, 11E echado en el verdor de una colina! 11C En una decadencia de hermosura, 11D la vida se desnuda, y resplandece 11E la excelsitud de su verdad divina. Sonetos espirituales, Juan Ramón Jiménez

Localización El poema pertenece a su libro Sonetos espirituales de su primera etapa, la sensitiva, aunque es el último de dicha etapa y sirve de puente, casi, entre esta época y la segunda, la intelectual.

Métrica Los versos de Otoño son endecasílabos y conforman un soneto de rima consonante ABBA-ABBA-CDE-CDE.

Comentario El valor metafórico de la lengua juanramoniana con la estructura renacentista del soneto y bajo la apariencia de la poesía amorosa, desarrolla una reflexión sobre la poesía y su proceso de escritura. En una primera lectura puede percibirse una temática amorosa; sin embargo, observamos que, en un plano más profundo, se plantea el problema de la difícil coexistencia entre “el anhelar divino” y “la miseria de la carne umbrosa”. El lenguaje amoroso se revela como lenguaje metafórico. Así, el título del poema “Otoño” funciona a modo de tópico dándonos el tema del soneto: el otoño al fondo como norma de recogimiento y renuncia, el otoño, época en que caen las hojas y se desnudan los árboles

Recursos literarios . El tema del soneto: la poesía pura, la búsqueda de la pureza, está expresado en formas metafóricas y cargado de una numerosa adjetivación llena de elementos sensoriales: “blando movimiento”, “ caída clara”, “hojas áureas y rojas” (rojas porque son las hojas del otoño), “prado bello”, “agua fría”, “estremecido viento”, etc. Junto a esa adjetivación cromática: “rojo”, “de oro”, enlazadas por términos metafóricos, hemos de resaltar los sustantivos que encabezan cada una de las cuatro partes formales que componen el soneto; ellos están situados en el primer verso de cada parte y son el tema sobre el que el poeta va a hablar a continuación apoyándose en otros sustantivos y adjetivos, pero siempre del mismo modo, con un tono descriptivo y lento, utilizando para ello el asíndeton, recurso que, junto a la metáfora, predomina en todo el poema.