Semana Litúrgica Nacional Primera La Liturgia: Lugar de Encuentro con Cristo Vivo 7-14 de junio de 2009

Una de las conclusiones de la Asamblea Plenaria de noviembre de 2004, cuando los obispos de Chile reflexionaron sobre la situación de la liturgia en el país, fue la necesidad de formación litúrgica en todos los niveles: clero y fieles, seminarios y comunidades. Por eso, la Comisión Nacional de Liturgia (CONALI) tiene desde entonces como prioridad la implementación de diversas instancias de formación litúrgica, a través de actividades y servicios.

En ese contexto surgió la idea de proponer una Semana Litúrgica Nacional, que de modo parecido a la Semana de la Familia o al Mes de la Biblia, invitara a todas las diócesis a centrar su atención pastoral, catequética y celebrativa en la liturgia, “fuente y cumbre de la vida de la Iglesia” (SC 7).

La experiencia de otros países del continente que realizan Semanas Litúrgicas, muestra que éstas puede ser de mucha utilidad para la vida de las iglesias locales.

+ Cada tres años, simultáneamente en todo Chile, a nivel diocesano. En el año 2006, los obispos de Chile aprobaron la celebración de la Semana Litúrgica Nacional con las siguientes características: + Con un tema diferente cada vez que se celebre, común para todas las diócesis de Chile. Esto favorece un desarrollo común en la formación litúrgica nacional y facilita el intercambio de materiales y experiencias.

+ Además de la realización cada tres años, se pueden entregar cada año algunos subsidios para mejorar la formación litúrgica de las comunidades. Pueden ser utilizados en las Semanas Litúrgicas diocesanas, donde ya se celebren, o ser un estímulo para crearlas. + La fecha más adecuada para su celebración es a inicios de junio. Es una época posterior a las fiestas pascuales, pero cercana a ella, y sobre todo menos recargada de otras jornadas o actividades en la Iglesia chilena.

¿Cuáles serían los objetivos, destinatarios y responsables de las Semanas Litúrgicas Nacionales?

El objetivo fundamental de la Semana Litúrgica Nacional es el de promover, formar y animar la vivencia litúrgica de nuestras diócesis, contribuyendo así a mejorar esta dimensión clave de la vida de la Iglesia. Las áreas de trabajo y formación son:  el sentido y la espiritualidad de la liturgia;  la celebración litúrgica de los sacramentos y de los sacramentales;  los ministerios y los servicios litúrgicos;  el tiempo y el espacio litúrgicos;  y otros temas que los Obispos, las diócesis y otras instancias puedan aconsejar cada vez que se celebre la Semana Litúrgica. Objetivos

Se trata de una actividad diocesana, animada por el Obispo, primer liturgo de la Iglesia local. Están invitados a sumarse a ella, según sus propias posibilidades y caminos formativos, todas las instancias eclesiales de la Iglesia local, tal como sucede con la Semana de la Familia o el Mes de la Biblia: las parroquias, el presbiterio, los seminaristas, los religiosos y religiosas, los movimientos, los colegios y los fieles en general. Destinatarios

La preparación de la Semana Litúrgica Nacional está a cargo de la Comisión Nacional de Liturgia. Ella propone el tema, elabora y difunde los materiales necesarios, para que en todo Chile se celebre la Semana Litúrgica. Cada diócesis, por su parte, puede adaptar o acondicionar el tema y los materiales a su particular realidad y a los diversos ambientes pastorales, dada la diversidad de realidades y necesidades formativas de nuestro país. Responsables

Con estos antecedentes llegamos hoy a la celebración de la Primera Semana Litúrgica Nacional

Se realizará desde el domingo de la Santísima Trinidad (7 de junio)… …hasta el domingo de Corpus Christi (14 de junio) de 2009.

Con el lema: La Liturgia: Lugar de Encuentro con Cristo Vivo

Esperamos que la iniciativa sea bien acogida, no sólo en las diócesis que no han tenido aún Semanas Litúrgicas, sino también en las que ya han instaurado esta instancia formativa y son invitadas ahora a sumarse a la iniciativa común.

Creemos que vivir en toda la Iglesia de Chile, al mismo tiempo, unos días de reflexión y formación litúrgica, puede hacer mucho bien a los agentes pastorales y a las comunidades, para mejorar nuestro encuentro con Cristo en el lugar privilegiado de los sacramentos y las celebraciones de la fe.

Como los discípulos, reunidos en oración junto a la Virgen María después de la resurrección, queremos encontrarnos con el Señor vivo y recibir la fuerza de su Espíritu para alabar al Padre y anunciar el Evangelio.