PRESENTA

CARTA ABIERTA AL PUEBLO DE MÉXICO AL GOBIERNO FEDERAL A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ¡LOS MAESTROS ESTAMOS INDIGNADOS! ¡EL PAÍS ENTERO DEBERÍA ESTAR INDIGNADO !

¡Porque un país que no respeta a sus maestros es un país destinado al caos, a la incultura, a la manipulación, a la dependencia, a ser fácil presa de políticos y empresarios corruptos y prepotentes, a caer en manos de la violencia, a ser un país sin futuro! ¡Porque un país que no respeta a sus Maestros, es como una casa en la que no se respeta a los Padres!

I ¿Que somos un país atrasado en materia educativa? Nadie lo duda, pero el atraso se define dependiendo el lugar en el que se está. ¿Somos un país con una educación deficiente, porque no aprobamos exámenes impuestos desde el extranjero, que sólo persiguen mantenernos como un país dependiente, maquilador, de mano de obra barata siempre a disposición de las potencias extranjeras, y que nos mantienen como el burro que persigue una zanahoria que nunca podrá alcanzar, engañándonos en una falsa competencia con las naciones desarrolladas?

¿O somos un país con una educación deficiente porque mientras los países desarrollados destinan un porcentaje importante del PIB a la educación, en México sólo se destina el 6.7 %?

¿Somos una nación en el subdesarrollo educativo porque quien nos examina es el país más poderoso del mundo gracias, entre otras cosas, a que desde allá se decide la política agraria mexicana con el TLC y a que se lleva lo mejor de nuestra producción agrícola? ¿O bien somos un país atrasado en materia educativa porque nuestros niños están mal alimentados gracias a que nuestros gobernantes, fieles seguidores y beneficiarios de las políticas impuestas desde el exterior, han hecho aumentar la pobreza extrema, la malnutrición, incluso las muertes por hambre?

¿Los resultados de la prueba “ENLACE” nos exponen como país culturalmente atrasado; o bien la imposición gubernamental y empresarial de reformas educativas como la RIEB, la RIES, etc., nos arrebatan nuestra historia en aras de una falsa “modernidad” que siempre será despreciada por el Tío Sam, que niega nuestras culturas ancestrales ? ¿La educación en las escuelas públicas deberá ocuparse más en elevar la puntuación de una prueba científicamente mal hecha, o en encontrar solución a la deserción escolar de cientos de miles de niños y jóvenes que la política económica del Gobierno Federal ha lanzado a la economía informal y a las filas del analfabetismo?

¿Será la baja puntuación en esos exámenes lo que nos deja ver frente a las naciones del mundo como atrasados educativamente, o será el abandono social y material en el que tiene sumidas a las escuelas públicas el Gobierno Federal? ¿Nuestro atraso educativo respecto a las naciones desarrolladas tecnológicamente, tendrá que ver con reprobar los tan mencionados exámenes, o bien con la falta de acceso a los verdaderos avances tecnológicos en las escuelas públicas, a pesar de los promocionales del Gobierno Federal y la “caridad” de la Iniciativa Privada?

¿La desaparición de las escuelas, decretada por los Gobiernos Federales en un país con millones de analfabetas, no tendrá que ver con nuestro atraso educativo como nación?

¿No influirá en el rendimiento escolar y en las aspiraciones educativas de nuestros alumnos, el hecho de que los que diseñan estos exámenes son los mismos que a diario bombardean con sus falsos valores, a través de los medios de comunicación masiva, a niños y jóvenes, reduciendo sus aspiraciones a parecerse al último superhéroe o a anoréxicas cantantes o artistas?

¿Son esos exámenes lo que nos define como país deficiente en materia educativa, o son los bajos salarios de los profesores, la inseguridad en el empleo de miles de ellos o la desaparición de las escuelas formadoras de maestros? El fracaso en esos exámenes ¿no se deberá a que quienes los elaboran reducen al maestro de escuela pública a ser el último eslabón de un sistema educativo del que debía ser actor principal, porque fue socialmente formado para eso y porque convive diariamente con las necesidades y aspiraciones de la comunidad de la que forma parte?

II Ante estas interrogantes queremos revelar ante el pueblo de México la realidad del atraso en las escuelas públicas de nuestro país.

1.- Quien nos califica como país atrasado es quien nos quiere mantener en el atraso. Estados Unidos ha venido explotando nuestros recursos y manteniendo nuestra mano de obra barata, y quiere asegurarse de que esto no cambie controlando la educación: qué le conviene al imperio que sepamos y qué le conviene que ignoremos.

Si un alumno estudiara el ciclo completo en la escuela pública, incluyendo educación superior, en México se gastaría 19 mil 200 dólares. En Estados Unidos, esto se gasta en un solo año de educación universitaria por alumno. ¿Con este gasto educativo podemos competir con los demás países de la OCDE? 2.- Los maestros no decidimos que en nuestro país se destine sólo el 6.7 % del PIB a educación. Lo deciden los empresarios y los funcionarios del Gobierno Federal en turno, cuyos hijos jamás han conocido las carencias que a diario se viven en las escuelas públicas. En 2006, México invirtió, por alumno, mil 650 dólares en primaria y 1500 en secundaria; otros países de la OCDE, 5 mil 450 y 6 mil 600 respectivamente.

3.- Nadie ignora que la malnutrición es causa determinante en los problemas de aprendizaje entre los niños en edad escolar. Mas los maestros no decidimos la política económica que ha sumido a más del 50 % de la población en la pobreza, ni determinamos que la cantidad de becas escolares se limiten ante un creciente número de niños que tienen que competir por ver quién es más pobre; tampoco decidimos que los desayunos escolares no se extiendan a todos los niveles de la educación básica; así como no fue decisión nuestra privatizar las Cooperativas Escolares, haciéndolas más un negocio de comida chatarra, que un lugar donde los niños complementen su alimentación y aprendan lo que es una educación y una economía solidaria.

4.- En México de cada 100 niños que ingresan a la primaria, terminan una carrera universitaria solo 13, la inmensa mayoría se va quedando en el camino por diversas causas que no son atribuibles a los maestros, porque no hemos sido los maestros los que obligamos a los padres a sacar de las escuelas a sus hijos para que aporten económicamente a las familias; tampoco somos parte de un gobierno que es incapaz de ofrecer alternativas a niños y jóvenes empujándolos a la violencia y la drogadicción.