DISCIPLINA, PERMISIVIDAD Y AUTORITARISMO Escuela para Padres Colegio San Ignacio

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DEFINICIÓN DE PERMISIVIDAD. El padre da a su hijo exactamente lo que desea, sin fijar los límites necesarios para establecer un sistema educativo que permita su formación integral adecuada. Es imposible educar sin intervenir.

DEFINICIÓN DE AUTORITARISMO Es intentar que el niño haga todo lo que el padre quiere, anulándole su personalidad. El autoritarismo sólo persigue la obediencia por la obediencia.

DEFINICIÓN DE DISCIPLINA Es el acto de educar la conducta de nuestro hijo, de forma que actúe de una manera responsable y apropiada conforme a las normas que se establecen, en la medida de lo posible, en consenso con el niño, para alcanzar su autocontrol.

Sin amabilidad y sin firmeza. Amable, pero firme. ESTILOS DE AUTORIDAD: Poco amable y firme. Amable, pero no firme. Sin amabilidad y sin firmeza. Amable, pero firme.

CARACTERÍSTICAS DE UNA DISCIPLINA APROPIADA Tiene reglas específicas, claras y concretas. Las reglas también ayudan a los niños a tener presente y recordar lo que se espera de ellos.

Consistente: Es actuar siempre de la misma manera, respetando permanentemente lo que se acordó, independientemente de nuestro estado de ánimo.

Es inmediata. Una vez que el padre se dé cuenta de la falta cometida, debe tratar a la brevedad de llevar a cabo el proceso correctivo. También abarca lo positivo.

Es segura. Sin ambivalencia hacia las normas, de parte de los padres o alguno de ellos. Debemos creer de verdad en los acuerdos tomados dejando de lado las amenazas.

Tiene una intensidad apropiada Es justa. Siempre debe buscar el bien de nuestro hijo. Tiene una intensidad apropiada La reacción es proporcional a la falta cometida. Debemos tener en cuenta la sensibilidad de nuestro hijo.

Es positiva. Busca incrementar la autoestima, apreciar y revalorizar a nuestro hijo. El niño menospreciado jamás será disciplinado. Lo conveniente es tratar de enseñar el buen comportamiento de manera que la relación con nuestro hijo se mantenga y se fortalezca.

Es de fácil aplicación. La disciplina, para ser eficaz, debe también ser relativamente fácil de aplicar y debe poder aplicarse prácticamente en cualquier lugar o situación.

Es eficaz. Si pensamos que la disciplina significa enseñanza, estas estrategias disciplinarias que utilizo deben promover un cambio positivo en nuestro hijo.

Es asertiva. La comunicación durante la disciplina no debe deteriorar la relación con nuestro hijo.

RECOMENDACIONES Tener objetivos claros. Que sean pocos, formulados y compartidos por la pareja. Requiere tiempo de comentar, evaluar y decidir, incluso a veces es necesario papel y lápiz para precisarlos y recordarlos siempre. En ocasiones se deben revisar cuando se sospecha que se han olvidado o quedado desfasados por la edad del niño o por ciertas circunstancias.

Enseñar con claridad actitudes concretas Enseñar con claridad actitudes concretas. No basta decir al niño: "sé bueno", "pórtate bien" o "come bien“; estas instrucciones son muy generales y no les dice nada.

Dar tiempo de aprendizaje Dar tiempo de aprendizaje. Las primeras veces que el niño pone en práctica las reglas, necesita atención y apoyo mediante ayudas verbales y físicas. Son cosas nuevas para él y requiere un tiempo y una práctica guiada.

Valorar siempre sus intentos y sus esfuerzos por mejorar, resaltando lo que hace bien y pasando por alto lo que hace mal. Pensemos que lo que le sale mal no es por fastidiarnos, sino porque está en proceso de aprendizaje.

Dar ejemplo. Sin coherencia entre las palabras y los hechos, jamás conseguiremos nada de los hijos.

Confiar en nuestro hijo. La autoridad positiva supone que el niño tenga confianza en los padres y viceversa. Que exista confianza mutua.

Actuar y huir de los discursos Actuar y huir de los discursos. Una vez que el niño tiene claro cual debe ser su actuación, es contraproducente invertir el tiempo en discursos para convencerlo. Los sermones tienen un valor de efectividad igual a 0.

Reconocer los errores propios Reconocer los errores propios. Da seguridad y tranquilidad al niño y le anima a tomar decisiones aunque se pueda equivocar, porque los errores no son fracasos, sino equivocaciones que nos dicen lo que debemos evitar. Los errores enseñan cuando hay espíritu de superación en la familia.