Irene Agudo Maestro 1º Bachillerato A Filosofía y Ciudadanía ¿Qué nos diferencía de los chimpancés? Irene Agudo Maestro 1º Bachillerato A Filosofía y Ciudadanía

INTRODUCCIÓN “Tengo la sospecha que si el hombre no estuviera implicado en la evolución biológica, no habría habido ningún problema en aceptarla.” (Isaac Asimov) El humanismo metafísico clasifica al chimpancé más cerca del gusano de tierra que del hombre, con el pretexto de que ni el uno ni el otro poseen nada de lo que es propio del hombre. En relación al ser humano existen dos tendencias, la creacionista y el evolucionismo. La defensa de la inmutabilidad de las especies se debe a la incómoda sensación de que, si se admite la posibilidad del cambio, el hombre ya no podría considerarse como un caso único y se convertiría en «un animal más». Como Copérnico destronó a la Tierra como centro del Universo, Darwin destronó al Hombre como elemento especial en la creación. En Septiembre de 2005 se secuenció el genoma del chimpancé (Pan troglodytes). Comparado con el humano ambos genomas son idénticos en el 96 % de la secuencia genética. Este 4% que nos separa es el responsable de nuestro andar bípedo, el mayor tamaño cerebral y el lenguaje, tres características consideradas por muchos como las "más humanas".

ORIGEN E HISTORIA En la Biblia, la creación del Hombre se diferencia de la del resto de los seres: “Y dijo Dios: ‘Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza’ (Génesis, 1,26) Aristóteles agrupó a diferentes tipos de especies y confeccionó una “escala de la vida”, desde la planta más simple hasta los animales más complejos, con el hombre en la posición más elevada. En la época medieval al simio se le identificaba con el diablo. En el S.XVII se admite que el chimpancé y el orangután se parecían más al hombre que al resto de los monos. Se les pasó a denominar simios “antropoides” (parecidos al hombre). En 1758 el naturalista suizo Carolus sitúa en el mismo grupo a distintas especies de monos y simios, incluyendo al hombre. Los denomina “primates” del latín primero, por estar el hombre. En 1859, Darwin publica su libro “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural”, evitando toda mención al ser humano. En 1856, en el valle de Neander, se descubre al hombre de Neardental, mostrando las primeras evidencias de la evolución del ser humano. En 1871, Darwin extendió su teoría al hombre, en su libro “El origen del Hombre”.

CREACIONISTAS .vs. EVOLUCIONISTAS Los creacionistas abordan el problema del hombre-mono de dos maneras: Defender firmemente la Biblia. Justificación Racional. Los evolucionistas mantienen que el hombre desciende del mono. Declaran que la Biblia está redactada por inspiración divina y que en ella se afirma que el hombre fue creado por Dios a su imagen a partir del polvo de la Tierra hace seis mil años, y que no hay más que hablar. Intentan encontrar alguna justificación racional para su postura y lógicamente argumentada. Las diferencias entre el hombre y los demás animales son tan fundamentales que es impensable que puedan ser salvadas, y que es inconcebible que un animal se desarrolle hasta llegar a ser un hombre mediante la exclusiva actuación de las leyes de la naturaleza; que es necesaria una intervención sobrenatural. Según la teoría de la evolución, todas las especies están emparentadas en su origen y es posible reconstruir las líneas de descendencia, gracias al estudio de los huesos fosilizados..

CAMINO DE LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE ¿Qué es descender del mono? Según la teoría evolucionista, el hombre y los simios tienen algún antepasado común que no ha sobrevivido hasta hoy en día, pero que era una especie de simio primitivo. Si nos remontamos más en el tiempo, los diferentes antepasados del hombre tenían un aspecto inequívocamente simiesco; al menos para el lego en zoología. Esto no significa que el hombre, desde este antepasado común, siguiera un camino y los monos otro. Este es un error muy común en la teoría de la evolución Todo lo contrario, este proceso es un continuo camino de cambios evolutivos. En realidad el hombre está más cerca del chimpancé que de ningún otro simio.

COMPARACIÓN DEL ADN Desde que en 2001 se finalizó la secuenciación del genoma humano hemos ido de sorpresa en sorpresa. Reducido número de genes y pocas diferencias entre organismos. El chimpancé, cuyo genoma se secuenció completamente en 2005, puede compararse con el nuestro de forma literal en un 96% de su extensión, y de ella, el 99% de sus genes son idénticos a los nuestros. Desde que nuestros dos linajes se separaron, hace ahora unos 6 millones de años, nuestros genomas únicamente se diferencian en unos 200 – 300 genes. Las extensas diferencias entre especies no se deben tanto al número de genes que difieren entre ellas como a la acción de unos pocos genes que organizan el desarrollo del individuo. Por ejemplo se ha identificado que “región acelerada humana1” (HAR1) forma parte de un gen implicado en el desarrollo del cerebro. El gen relacionado con el lenguaje, el FOXP2. Este gen en los humanos contiene dos cambios clave en la secuencia, que han operado en el curso de la selección.

¿QUÉ NOS HACE DIFERENTES? Gracias a la evolución y a las mutaciones del ADN, existen varias características que nos diferencian de nuestros parientes simiescos. Una mayor cefalización. El cerebro humano es cuatro veces mayor que el del chimpancé. Retención de la tasa fetal de crecimiento neuronal durante la primera infancia. El cerebro de los grandes simios (orangutanes, gorilas y chimpancés) crecen rápidamente antes del parto, pero después del nacimiento su tasa de crecimiento se hace lenta. Los humanos en cambio, tenemos un crecimiento del cerebro aún hasta los dos años de edad. El pulgar oponible, agarra fuertemente, y agarra con precisión. Como mencionábamos al comienzo de este ensayo, la capacidad de oponer el pulgar es una característica de los primates. Sin embargo, la oposición es más efectiva en la mano humana, por la gran longitud del pulgar humano.

¿QUÉ NOS HACE DIFERENTES? Caminamos erectos. Nuestra forma de desplazamiento bípeda cambió la forma de nuestros huesos pélvicos y nuestras piernas. La pelvis humana es totalmente más corta, amplia y profunda que la de los otros primates y mamíferos en general. Perdida relativa de pelaje. Nosotros somos “El mono desnudo”. Dado que el pelaje es usado como aislante que permite mantener caliente el cuerpo. La reducción de pelo, la adición de grasa subcutánea, y los cambios en las glándulas sudoríparas podrían estar relacionadas con una termorregulación más eficiente que capacite a los humanos a mantener altos niveles de actividad por periodos más largos de tiempo sin sobrecalentarse. Los humanos tienen la facultad de crear una gran cantidad de palabras, conceptos y cosas, mediante operaciones recursivas y combinatorias. A esta capacidad se la denomina computación generativa. Los humanos pueden mezclar distintos ámbitos de conocimientos y generar leyes, relaciones sociales y técnicas nuevas, denominando esta facultad: combinación promiscua de ideas. Distinción humana es el pensamiento abstracto, que trasciende el mundo sensible.

¿QUÉ NOS HACE DIFERENTES? Rasgo exclusivo humano son los símbolos mentales para uno mismo o para otros, por medio de palabras o imágenes, que codifican experiencias sensoriales, que pueden ser reales o imaginadas, formando un sistema de comunicación complejo. Pero ante todo: la capacidad del habla. Un chimpancé no sabe hablar, Y sin el lenguaje, el chimpancé no es más que un animal; un animal inteligente, pero nada más que un animal. El lenguaje humano está basado en la capacidad humana de controlar los rápidos y delicados movimientos de la garganta, la boca, la lengua y los labios, que están bajo el control de una porción del cerebro llamada «circunvolución de Broca». La parte del cerebro del chimpancé equivalente a la circunvolución de Broca no es suficientemente grande o suficientemente compleja como para posibilitar la aparición de un lenguaje en el sentido humano. El lenguaje es la forma de comunicación más exquisita y eficaz que existe, pero no es la única: existen los gestos. LOS CHIMPANCÉS SON CAPACES DE APRENDER EL LENGUAJE DE SIGNOS.

BATERÍA DE PREGUNTAS ¿Puede un mono, un chimpancé en particular, que guarda grandes semejanzas con el Hombre y es el mono actual más inteligente, transformarse en Hombre? ¿Sería posible enseñar a un chimpancé a caminar, a hablar, a pensar y a trabajar como un Hombre? ¿Por qué ha evolucionado el ser humano y no el chimpancé? ¿Existe la mano de Dios detrás de este hecho? ¿Por qué no nos asusta ver a un chimpancé encerrado en una jaula, y si lo haríamos si fuera un ser humano? Si no hubiéramos evolucionado, ¿Cómo sería el mundo hoy? Si existe el alma, ¿es exclusiva de los humanos?

OPINIÓN PERSONAL Parece mentira como por tan poco las cosas pueden llegar a ser tan diferentes. En este trabajo he aprendido muchas cosas sobre el ser humano, y mucho que debemos valorar, por insignificante que lo consideremos hoy en día. Gracias a ser como somos, o mejor dicho lo que somos, podemos comunicarnos con la gente, y vivir, en cooperación, o al menos intentarlo, porque muchos otros seres vivos, muy diferentes, o como el caso del chimpancé, casi iguales, no pueden llegar a conseguir esto. Informándome en este campo he descubierto que hemos conseguido mucho, respecto a convivencia y desarrollo cerebral, pero que también nos queda por aprender y mejorar, porque en esta vida nada ni nadie es perfecto, y menos los humanos, destinados a equivocarse constantemente. Me alegro de haber elegido este tema, pues he podido pararme a pensar muchas cosas y sobretodo a meditar sobre nuestro pasado. Para concluir, si es verdad que físicamente somos totalmente distintos a los chimpancés y que gracias a trescientos genes hemos llegado a grandes cosas que ellos aun no han conseguido, pero quedan millones de años por delante, y quien sabe lo que deparará el futuro.

FIN