Nombre: Saúl Carvajal Villanueva

Se entiende por inteligencia emocional las habilidades personales, entre las que se destaca el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Según la Inteligencia Emocional todos los seres humanos poseemos dos mentes, una racional y la otra emocional, donde las dos interactúan entre sí, para construir la vida mental.

Cuando se habla de inteligencia para conducir, se refiere a la “inteligencia de la situación de conducir”, o sea las decisiones y la destreza que se tenga en un momento dado en una situación de manejo. No se requiere gran inteligencia para guiar un vehículo, pero si se requiere de esta para poder formar juicios acertados sobre la marcha al aparecer cualquier dificultad y obstáculo, para adelantar o no, para apreciar distancias y velocidades, la capacidad para maniobrar según se necesite.

De una manera muy básica, podemos afirmar que ser emocionalmente inteligente pasa por AUTOCONTROLARSE, y el autocontrol al volante es clave como factor preventivo de siniestralidad y accidentabilidad. Si desarrollamos nuestra Inteligencia Emocional, no nos controlaran las emociones, sino que somos nosotros quienes las controlaremos. Con ello, la conducción se convertirá en una actividad serena y equilibrada, actuaremos con calma, e independientemente del comportamiento de otros conductores, nos permitirá seguir siendo responsables y emocionalmente autocontrolados.

En la conducción, es importante la conciencia en sí mismo, ya que la persona, sin importar la situación que este atravesando internamente, es consciente de las circunstancias que vive y sabe la manera de responder ante estas, no dejándose arrastras por las emociones negativa que pueda sentir. Aprenden a distinguir los sentimientos y controlar la impulsividad. Regulación emocional o capacidad para dirigir y manejar las emociones de una forma eficaz es la capacidad para evitar respuestas incontroladas en situaciones de ira, miedo o provocación.

AMBIENTALESAMBIENTALES PERSONALESPERSONALES RENDIMIENTO Estado de la vía Iluminación y temperatura Vehículo Influencia de personas “otros conductores” y “acompañantes” Psicológicos Actitudes Aptitudes Alimentación Sueño Actividad física Consumo de drogas Inteligencia emocional

La elección de valores es el elemento más importante en la formación del carácter, se define como el principio de nuestros actos moralmente controlados. El carácter se forma con los años, tiene que ver con la que se ha aprendido.

La empatía es la habilidad para comprender los pensamientos y sentimientos de otras personas. La empatía se da desde dos puntos de vista: afectiva y cognitiva. El punto de vista afectivo se refiere a la capacidad para sentir lo mismo o experimentar la misma reacción emocional que otra persona. El otro punto de vista se refiere a la capacidad para ponerse en lugar del otro y entender los pensamientos y sentimientos de otra persona.

La empatía en la conducción se puede observar en algo tan simple como facilitar un adelantamiento o esperar pacientemente a que un vehículo complete una maniobra ya es en sí mismo una muestra de comportamiento solidario. Algo tan habitual como ceder el paso significa reconocer que el derecho del otro conductor o peatón está por delante del nuestro. La empatía fomenta la tolerancia y el respeto en la carretera.

Las actitudes forman parte de la personalidad del individuo y por lo tanto del conductor. Las actitudes pueden ser definidas como tendencias psicológicas a reaccionar a ciertos estímulos, en una dirección predeterminada, con una fuerza predeterminada. Las actitudes específicas referentes a la conducción no son partes aisladas de la personalidad del conductor sino, más bien, una proyección de ésta.

Se define el término comportamiento así: son las acciones de las personas, un objeto u organismo, usualmente en relación a su entorno o mundo de estímulos. El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, público u oculto, voluntario o involuntario, según las circunstancias que lo afecten.

1.Si observamos la manera de conducir de una persona, podemos saber las intenciones que trae, la actitud con la que va a iniciar una conversación, el estado de ánimo, las prisas con las que va a hablar después. 2.Esto puede servirnos para saber con qué actitud afrontar un diálogo con determinadas personas. 3.El modo de conducir no sólo estriba en el ritmo al que se conduce, la distancia de seguridad, las pausas y descansos que se van haciendo; sino también, en si se van mirando atentamente los retrovisores y la señalización, si se frena repentinamente, si se insulta a otros conductores, si se conduce con sensación de incomodidad. 4.Nuestra forma de conducir expresa parte de nuestra identidad, de nuestros rasgos de personalidad.

Aprendizaje La conducta de un sujeto en una situación dada, como producto de sus repetidas experiencias en dicha situación. Sociedad Sistema organizado de relaciones que se establecen entre este conjunto de personas. Conducta El acto realizado como reacción ante el estímulo. Este acto incluye el pensamiento, movimientos físicos, expresión oral y facial, respuestas emocionales, entre otros. Personalidad Engloba las características de singularidad, individualidad, emociones, sentimientos y sensibilidad que otorgan identidad e imagen especiales Individuo Persona considerada independientemente de las demás

“Cualquier persona puede enojarse, esto es fácil. Pero enojarse con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento adecuado, por los motivos justos y de la forma más apropiada, no es nada fácil”. (Aristóteles)