Sócrates (469-399) «Sólo sé que nada sé»

Lo estudiaremos desde cuatro puntos de vista 1. contexto histórico 2. método socrático 3. problemas epistemológicos 4. moral socrática

Contexto histórico El siglo de oro de Pericles Victoria griega sobre los Persas (478) Exaltación de Atenas Surgimiento de la Democracia La sofística Hegemonía ateniense Inicio de la Guerra del Peloponeso

Datos mínimos sobre su vida Ciudadano común y corriente («clase media» diríamos hoy) Hijo de un escultor y una partera Soldado (como cualquier ciudadano libre) Jamás escribió nada Enviado a juicio por ciudadanos respetables de Atenas bajo las acusaciones de (i) no creer en los dioses que cree la ciudad, (ii) introducir nuevos dioses y (iii) corromper a la juventud, es encontrado culpable y condenado a muerte bebiendo cicuta.

Algunas aclaraciones y elementos complementarios (i) El «conócete a ti mismo», más su «slogan» era el lema grabado en el Oráculo de Delfos, santuario del dios Apolo y culto principal de Atenas. El dios hablaba a través de la pitonisa cuando ésta caía en trance. Un buen día profirió: «Sócrates es el más sabio de todos los hombres». Este momento puede ser llamado, con justicia, la «vocación» socrática; pues, a partir de ese momento dedica si vida a refutar al Oráculo. En ese sentido debemos entender el enigmático «arremete contra él».

Algunas aclaraciones y elementos complementarios (ii) Si bien nada escribió, sabemos de él por tres fuentes: Platón (filósofo, nunca se sabe exactamente cuánto hay de él y cuánto de Sócrates) Jenofonte (general de ejército, testimonio más fiel de la persona) Aristófanes (comediante, si le quitamos lo que el humorista siempre agrega o caricaturiza, tendremos una visión bien aproximada)

algunas palabras acerca de las acusaciones «No creer en los dioses oficiales» (impiedad), quizá por su contacto con los filósofos de la naturaleza. Pero es difícil de aceptar. «Introducir nuevos dioses». Él hablaba de un «genio o voz interior» que lo hacía abstenerse de actuar o hablar (su «daimon»). «Corromper a la juventud». Efectivamente, muchos se sus seguidores eran jóvenes adinerados y les enseñaba, en el fondo, a apartarse de la opinión común o «voz de las masas», a buscar en su interior: «Una vida sin examen no vale la pena ser vivida». El Bien y la Justicia deben ser hallados por cada cual pero, por ello mismo, son comunes a todos.

Método socrático: la mayéutica Gustaba decir que hacía lo mismo que su madre (la palabra «mayéutica» señala «trabajo de parto»), pero que lo hacía con hombres y no con mujeres y con sus almas y no con sus cuerpos. ¿Qué pretendía dar a luz? LA VERDAD, a la que sólo se puede llegar mediante el diálogo (literalmente, «discurso de a dos»), la conversación VIVOS, oralmente. Esa es la razón profunda de por qué nunca escribió.

Método socrático: la ironía Notar que, a veces, esa «verdad» consiste en llegar al acuerdo de que no la hemos alcanzado o de que simplemente no hay respuesta. El general, a fin de cuentas, no sabe lo que es la valentía; el político, a fin de cuentas, no sabe lo que es la justicia; el pintor, a fin de cuentas, no sabe lo que es la belleza. Sócrates eleva al interlocutor como «sabio», haciéndole preguntas en apariencia fáciles que, a poco andar, lo harán caer en confusión y contradicción (para delicia de los que, en corro, admiraban la conversación).

Moral socrática La virtud («areté») ES conocimiento, y ese conocimiento ES el Bien. ¿Otro modo de decirlo? El mal es sólo ignorancia. Y es por eso que el bien del alma puede conseguirse a través del diálogo. Sócrates hace las veces de partero, pero es UNO el que pare la verdad, el engendra ese conocimiento que lo hará bueno. Un individuo que actúa de esa forma, acabará por hacer el bien a la ciudad y se llegará al ideal máximo: una polis virtuosa.

Problemas epistemológicos La meta única: búsqueda de la verdad común Partir de la humildad: en realidad no sabemos. De algún modo, el texto nos permite vislumbrar los tres grados de ignorancia que se desprenden de la actividad socrática: La ignorancia pura y simple La ignorancia del que cree saber pero en realidad no sabe (jactancia) La ignorancia del que «sabe que no sabe» (humildad, conciencia del límite)

Algunas consecuencias El más alto conocimiento es, al mismo tiempo, el más alto valor. Es en ese sentido que hay que entender la afirmación «El motivo de estos diálogos es el de llevar a sus interlocutores a una inteligencia universal, a unos valores infinitos». Lo «universal» y lo «infinito» hacen mención aquí a la definición. En palabras de Aristóteles, Sócrates buscaba el qué, la esencia de las cosas más profundas e importantes para la vida en sociedad: Justicia, Belleza, Bien, Valentía, Salud, Amistad.

muerte de sócrates No hay testimonio alguno de alguien que, pudiendo haberlo evitado, haya aceptado un dictamen injusto sólo porque lo mandaban las leyes de ciudad: «Es preferible padecer una injusticia que cometerla». El valor y la serenidad con que bebió la cicuta le abrieron las puertas de la inmortalidad.