Césare Brandi 1906- 1988 Legitimidad de la intervención: El “PRINCIPIO DE LA MÍNIMA INTERVENCIÓN” es fundamental en la práctica de la restauración. La idea de que la única intervención válida es aquella que es absolutamente necesaria para la supervivencia de la obra.

Establece un criterio claro para decidir si se debe llevar a cabo o no un proceso de intervención: Si la obra no lo requiere, no se interviene. Sin embargo, Brandi la justifica en la medida en que permite la conservación de la obra de arte como IMAGEN. Dado que la imagen depende del buen estado de conservación de la materia que la compone, es de suponerse que una intervención que aparentemente sólo asegura la supervivencia de la materia, por ejemplo a través de una consolidación, esto aseguraría la supervivencia de la imagen y por tanto es válida.

La determinación de la necesidad de intervenir en la materia generalmente se basa en estudios científicos de su estado de conservación y por lo tanto puede reclamarse como objetiva. Pero se vuelve más relativa la determinación de las necesidades de conservación sólo de la imagen. Por ejemplo: eliminación de barniz oxidado en una pintura. Por un lado el barniz oscurecido impide la apreciación de la imagen, y por lo tanto es necesaria su eliminación. Por otro lado ese barniz oscurecido contenga cualidades estéticas que no deben perderse y por lo tanto la limpieza sería superflua e injustificable.

Por otra parte, existen casos en que la intervención para salvar la materia conllera cierto grado de “deterioro” para la imagen. Por ejemplo: Un laminado doble sobre un grabado. Si el papel se encuentra demasiado deteriorado que la mejor manera de asegurar su conservación es por medio de un laminado doble. Aunque este proceso produzca el cubrimiento de un ligero velo blanquecino. Si se siguen los postulados de Brandi, sí es recomendable del laminado, porque para Brandi la imagen es lo más importante de la obra.

También hay intervenciones que pueden considerarse “necesarias” para la conservación de la imagen que implican un deterioro para la materia. Por ejemplo: el blanqueo de papel en obras gráficas es un procedimiento que todavía se utiliza en Europa. En el caso de un grabado en que una mancha oscura interfiere en la apreciación a menudo se aplica un agente blanqueador, a pesar de que la mayoría de dichos agentes son sumamente dañinos para el papel. Este proceso se justifica como necesario para la conservación de la instancia estética de la obra; sin embargo la lógica justificación resulta poco válida.

Porque: Porque el blanqueo puede asegurar la nitidez de la imagen, pero si provoca la desintegración futura del papel, en realidad conlleva a la pérdida eventual de la imagen en un futuro. Por lo tanto, se debe justificar la necesidad imperativa de cualquier intervención y no llevar a cabo procesos por capricho o por intereses ajenos a los de la misma obra.

Importancia de la intervención Cualquier acción a emprender para restituir aquello que queda de la imagen originaria de los elementos que han sobrevivido o para asegurar la conservación de las materialidades que componen la imagen, será condicionada por la realización de la investigación. La primera dirección de la investigación será relativa a determinar las condiciones necesarias para el disfrute de la obra como hecho histórico.

En segundo lugar la investigación deberá llevarse hacia el estado de conciencia de los materiales. Y después a las condiciones ambientales en lo que respecta a su conservación. Brandi afirma que este tipo de investigaciones como metodologías filológicas ( reconstrucción histórica y social de cualquier tipo de obra basada en la interpretación de la información que se transmite) y científica, es la única que podrá clarificar la autenticidad de la imagen que ha llegado a nuestro tiempo y del estado de consistencia de la materia que la sostenía.

Antes de intervenir una obra se deben conocer a fondo sus propiedades estéticas y su significado histórico para determinar “las condiciones necesarias para el goce de la obra de arte como imagen y como hecho histórico. Por ejemplo: el estudio iconográfico e histórico de una pintura de un fraile con halo, podría llevar a la conclusión de que dicho halo fue pintado por un artista o restaurador hace cuarenta años. Por lo que el cuadro original era sólo un retrato, no la imagen de un santo.

En este caso se podría determinar la necesidad de eliminar el repinte para recuperar así el mensaje original estético e histórico de la obra. La investigación científica, relacionada con su materia en cuanto a su constitución física. Esta segunda investigación es importante, porque no sólo se tendrán que contrarrestar las alteraciones graves que ha sufrido la materia de una obra, sino también para prevenir futuras alteraciones.

Esto sólo se puede lograr si se conocen bien las características del material que la integra. El conocimiento del estado de conservación de la materia constitutiva y la determinación de las condiciones óptimas para la conservación de la obra son más objetivos porque se basan en observaciones prácticas y deducciones científicas. Es importante recordar que los resultados de cada investigación son específicos para cada obra por lo que no se puede generalizar a partir de una sola investigación.

Intervención museográfica Brandi la demoniza como “la primera intervención” que es la que fija la presentación de la obra. Es decir, antes de preocuparse por la conservación de la materia, el restaurador debe determinar (a partir de las investigaciones previas) cómo se va a exponer la obra, de manera que se pueda apreciar adecuadamente. Esta primera intervención es en realidad una medida que comúnmente se considera museográfica, pero Brandi incluye a la museografía en el ámbito de la restauración preventiva

Se refiere al entorno físico en que se presenta la obra. Las medidas para asegurar la apreciación de la obra incluyen no sólo la elección del espacio arquitectónico en que se expondrá, sino también la iluminación y la adición o eliminación de marcos y pedestales. Para Brandi, este tipo de medidas no constituyen un simple “arreglo” de importancia secundaria, sino que “constituyen en primer lugar la declaración de la especialidad de la obra y su reconocimiento.

Mínima Intervención: La mínima intervención se fundamenta en que éstas deben respetar sus instancias estéticas, históricas y materiales las que han perdurado a través del tiempo por medio de la obra. Reversibilidad de materiales y técnicas Si se llega a la decisión de intervenir, ésta debe realizarse con materiales reversibles para que así con el descubrimiento de nuevas técnicas y materiales lo realizado se pueda retirar sin dañar el original.

Diferenciación del Original Si fuera necesario intervenir, es importante diferenciar la intervención que el restaurador realiza con la obra original sino se puede caer un falso histórico. No realizar un Falso Histórico El falso histórico se realiza una vez que se intenta completar o restaurar sin investigaciones previas y con criterios subjetivos basados por gustos o interpretaciones.