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Ética Social y Filosofía Política

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Presentación del tema: "Ética Social y Filosofía Política"— Transcripción de la presentación:

1 Ética Social y Filosofía Política
Colegio Alcántara de La Florida Departamento de Filosofía y Psicología Ética Social y Filosofía Política Profesor: Rodrigo Bermúdez Ahumada XXVIII

2 Ética social Hasta el momento hemos reflexionado acerca de la moral (o en el terreno de la ética) desde la perspectiva del individuo: hemos concebido y estudiado los principios morales, teorías éticas, valores y normas como elementos presentes en la fundamentación de los actos que cada uno realiza (en caso de que, efectivamente lo haga). Pero por otra parte el comportamiento moral supone un vivir entre pares: el mundo moral es, básicamente, la sociedad humana. Muestra de esta situación es el hecho de que los grandes problemas morales no se den en la reflexión de cada sujeto en particular, sino en las relaciones entre ellos. La reflexión en torno a los supuestos morales que rigen estas relaciones se denomina Ética social.

3 A la base de esta ética está el supuesto de que el ser humano es social por naturaleza: nos realizamos como humanos en la medida que interactuamos con otros. En una de sus definiciones de "hombre", Aristóteles nos habla de un Zoón politikón, "Animal político (o social)". A lo largo de toda la historia, muchos pensadores se han interesado por abordar filosóficamente temas como el Estado, la justicia, el derecho y el bien común, entre otros. Cabe señalar, para concluir, que la ética individual y la ética social no son excluyentes: se complementan e interrelacionan.

4 La socialización Es evidente que nuestra supuesta naturaleza social no se desarrolla espontáneamente; es necesario que la sociedad misma nos integre, paulatinamente. Este proceso es llevado a cabo a través de las instituciones sociales: la familia, la escuela, la iglesia, los medios de comunicación, el Estado, tienen esta función socializadora. En la medida que las personas se desenvuelven en ellas (cuando miramos las noticias por televisión, recibimos un consejo de nuestros padres o vamos al colegio) les es transmitido un conjunto de supuestos y valores: podemos afirmar, por tanto, que la función de las instituciones es moralizadora. La sociedad misma se reproduce y perdura en el tiempo a través de sus instituciones.

5 Pero como en el caso de la moral individual, no existe una sola respuesta. No podemos hablar en realidad de "una" sociedad, puesto que es un objeto sumamente complejo; cada Estado, familia o institución religiosa tiene su sistema de valores, que puede ser similar o compatible al de otras instituciones, pero no siempre lo es: un cambio de régimen político, por ejemplo, puede significar un cambio radical en los objetivos y contenidos de la educación. Desde la ética y la filosofía política se intenta dar diversas respuestas a la cuestión sobre la vida en sociedad y los principios que fundamenten las normas que debiéramos seguir. Revisaremos las ideas de algunos filósofos de diversas épocas sobre la idea del Estado.

6 Platón Para Platón, la ética y la política son primordiales y constituyen la preocupación última de la filosofía: la búsqueda de un fundamento sólido para el conocimiento está en función de la necesidad, mucho más importante, de encontrar un fundamento sólido para guiar la acción común. Como sabemos, la clave para la acción moral reside en el conocimiento: un estado ordenado y justo será aquel que sea gobernado por quienes posean el conocimiento de los fundamentos del orden y la justicia.

7 Platón En el Estado ideal, como lo expone en su obra La República, la sociedad se constituye en tres clases, correspondientes a las tres partes en que Platón dividía el alma. 1. Los reyes-filósofos, que gobiernan porque tanto por naturaleza como por su educación tienen la capacidad de hacerlo, y su virtud característica es la sabiduría (corresponden al alma racional). 2. Los guardianes o soldados del Estado, cuya virtud característica ha de ser el valor y la fortaleza, y son quienes, bajo la dirección sabia de los gobernantes-filósofos han de mantener las leyes del Estado (corresponden al alma irascible). 3. Los artesanos o trabajadores, cuya virtud característica ha de ser la templanza (corresponden al alma concupiscible).

8 Platón En el Estado ideal no hay diferencia entre hombres y mujeres. El lugar que cada individuo ocupa dependerá de sus capacidades intelectuales: de los mejores artesanos saldrán los guardianes luego de una dura educación; de la misma manera, los guardianes más avanzados pasarán por una educación rígida para convertirse en gobernantes: existe, por tanto un elitismo intelectual. Los reyes-filósofos tendrían el poder de determinar los contenidos de la educación, así como de censurar cualquier manifestación cultural, pues saben qué es adecuado o nocivo para los ciudadanos. Para mejorar las condiciones biológicas de la población (sobre todo en el caso de los guardianes), Platón promueve la eugenesia: selección y reproducción de los individuos más aptos.

9 Aristóteles El Hombre es por naturaleza sociable, desea invenciblemente la vida social, más allá de la necesidad de auxilio mutuo. Lo que mueve a los hombres a la unión es el placer de vivir, y este amor a la vida es una de las perfecciones de la humanidad.

10 Aristóteles Cuando la base de los poderes políticos está constituida por la igualdad entre los ciudadanos, que son semejantes, todos tienen el derecho de ejercer la autoridad sucesivamente, y consideran esta alternativa como legítima. De este modo conceden a otro el derecho de resolver acerca de sus intereses, como ellos han decidido anteriormente de los de aquel. Pero, más tarde, las ventajas que proporciona el poder y la administración de los intereses generales inspiran a todos los hombres el deseo de perpetuarse en el ejercicio del cargo.

11 Aristóteles La constitución determina la organización regular de todos los aspectos del Estado. Existen diferentes constituciones, correspondientes a distintas clases de Estado. Las constituciones que tienen en cuenta el interés personal de los gobernantes están viciadas en su base. En cambio, aquellas hechas en vista del interés general son puras, pues practican rigurosamente la justicia.

12 Constituciones puras v/s constituciones corruptas
Aristóteles Constituciones puras v/s constituciones corruptas Cuando existe un solo gobernante, si la constitución es pura, se denomina reinado; si es corrupta hablamos de tiranía. Si el gobierno es ejercido por una minoría, en una constitución pura se trata de una aristocracia; en una corrupta, de una oligarquía. Cuando la gran mayoría ejerce el poder en vista del interés general (constitución pura) el Estado es una república; si no, es una demagogia.

13 La virtud y felicidad de los individuos es el fin de la ciudad.
Aristóteles La asociación política no tiene como fin último la alianza ofensiva y defensiva entre los individuos ni las relaciones mutuas ni los servicios que puedan prestarse recíprocamente, pues estas relaciones pueden darse entre individuos aislados. Si bien ellas son indispensables para que exista la ciudad (pólis), esta consiste en la asociación del bienestar y la virtud para el bien común, con el fin de alcanzar una existencia completa, que se baste a sí misma. La virtud y felicidad de los individuos es el fin de la ciudad.

14 Karl Marx El Estado brota constantemente del proceso de vida de determinados individuos, tal como son y actúan materialmente. La actividad mental, las ideas y representaciones de la conciencia emanan directamente de su comportamiento material. Los hombres son reales y actuantes, tal y como se hayan condicionados por un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y el intercambio que a él corresponde.

15 Karl Marx Las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia subjetividad. No es la conciencia la que determina la vida; es la vida la que determina la conciencia.

16 Karl Marx Los individuos buscan su interés particular, que no corresponde al interés general: éste aparece como algo ajeno e independiente de ellos mismos. El estado es la forma por la cual el interés común es impuesto a los intereses particulares. Como el orden social aparece al hombre como algo natural, no voluntario, y por tanto algo no dominable y ajeno a su voluntad, a la cual incluso dirige.

17 John Stuart Mill La mejor forma de gobierno es la que inviste de la soberanía a la masa reunida de la comunidad, teniendo cada ciudadano no sólo voz en el ejercicio del poder. sino, de tiempo en tiempo, intervención real por el desempeño de alguna función local o general. Desde el momento en que algunos, no importa quienes, son excluidos de esa participación, sus intereses quedan privados de la garantía concedida a los otros, y a la vez están en condiciones más desfavorables para aplicar sus facultades a mejorar su estado y el estado de la comunidad, siendo esto precisamente de lo que depende la prosperidad general.

18 John Stuart Mill El único gobierno que satisface por completo todas las exigencias del estado social es aquel en el cual tiene participación, aún en las más humildes de las funciones públicas, es útil; que, por tanto, debe procurarse que la participación en todo sea tan grande como permita el grado de cultura de la comunidad; y que, finalmente, no puede exigirse menos que la admisión de todos a una parte de la soberanía. Pero puesto que en toda comunidad que exceda los límites de una pequeña población nadie puede participar personalmente sino de una porción muy pequeña de los asuntos públicos el tipo ideal de un gobierno perfecto es el gobierno representativo.

19 Todo por hoy


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