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1ERA PARTE: “SENOR, SI QUIERES…”

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Presentación del tema: "1ERA PARTE: “SENOR, SI QUIERES…”"— Transcripción de la presentación:

1 1ERA PARTE: “SENOR, SI QUIERES…”
LOS MILAGROS DE JESUS! 1ERA PARTE: “SENOR, SI QUIERES…”

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3 Marcos 1:40-44 40 Un hombre que tenía lepra se le acercó, y de rodillas le suplicó:    —Si quieres, puedes limpiarme. 41 Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole:    —Sí quiero. ¡Queda limpio!

4 Marcos 1:40-44 42 Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.43 Jesús lo despidió en seguida con una fuerte advertencia: 44 —Mira, no se lo digas a nadie; sólo ve, preséntate al sacerdote y lleva por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio.

5 LEPROSO

6 PRIMERO PREGUNTEMONOS…?
Como te lo imaginas físicamente? Como crees que fuese su estado de ánimo… Como se sentía? Como era tratado por la gente del pueblo? Qué tal de su familia? Como vivía y que hacia? Tenía amigos o enemigos? Se olvido Dios del hombre? Se olvido el hombre de Dios? Una vez que hemos meditado en estas preguntas, podemos tener una imagen entre lo que leemos y lo que sabemos. Hemos leído que era un hombre leproso. Sabemos por lo que enseña la Biblia en el libro de Levíticos que las personas con lepra, eran marginadas fuera de la cuidad y lejos del contacto con la gente (Lev. 13). De esta manera evitaban que la enfermedad se propagara aun más y se convirtiera en una epidemia. La costumbre religiosa con el tiempo causo que la gente fuera dura de corazón con el necesitado (Isaías 3:14, Amos 8:4-7). Así que este hombre leproso del relato bíblico, era uno más de los muchísimos enfermos, pobres y maltratados de la sociedad de duro corazón. Los religiosos de ese tiempo se preocupaban mas por mantener su costumbre religiosa que por practicar la misericordia, aun cuando esta es más demandada por Dios mismo (Oseas 6:6). Que sabemos entonces hasta ahora? Bueno que la sociedad en la que estaba este hombre leproso era una sociedad no solo religiosa-hipócrita, sino también una que por la opresión de los poderes políticos (tanto de imperios pasados, como del romano presente) se había volteado a su propia necesidad, olvidando la realidad que le rodeaba (Jer. 5:20-30, 6:13). Por lo tanto este hombre despreciado por la sociedad estaba apartado. El relato de Mateos nos dice que Jesús era seguido por “grandes multitudes” y entre esta multitud el hombre se acerco a Jesús. Nos dice la historia y costumbre judía que cuando un leproso se acercaba a la cuidad, la gente gritaba “leeeprosooo!” para anunciar el peligro que se acercaba. Todos salían corriendo, todos se apartaban, cuidaban que este no tocara nada, los religiosos hacían su camino a la pureza del templo y las autoridades militares invasoras trataban de deshacerse de la persona enferma para que hubiera un caos público.

7 ACTITUD HUMANA (V.2) HOMBRE ACTITUD DIVINA (V.3) JESUS
A la luz de esto, podemos imaginarnos que la multitud de gente que seguía a Jesús debió haberse desaparecido mientras este se acercaba o tal vez se quedaron “pasmados” del susto y a la expectativa de ver que hacia este hombre sabio (Jesús) ante tal situación de impureza. Los 3 Evangelios (Sinópticos: Mateo, Marcos, Lucas) nos relatan que Jesús ni corrió, ni se aparto disimuladamente ante la amenazadora presencia de lepra. Al contrario, parece que tal hombre leproso se apresuro para caer ante los pies del Maestro, quizás pensando: “si no me apresuro, alguien gritara mi presencia, se apartaran de aquí dejando polvo, me sacaran con el desprecio de siempre y perderé la oportunidad divina con ese famoso maestro para ser sano”. Su actitud fue como la describió el salmista: “Esté tu mano pronta para socorrerme” (Salmo 119:173). El leproso dice que suplico: “Señor, si quieres puedes limpiarme” y con esto le mostro a Jesús que lo reconoció como alguien mayor y puso su voluntad en la voluntad de Dios. Esa expresión de “…si quieres puedes limpiarme…” no es solo lo que esté enfermo leproso esperaba sino lo que toda la gente de Jerusalén esperaba también, aun todos esos “limpios” que corrían cuando el leproso se aproximaba. Dios había prometido limpieza de pecados, justicia en la tierra y sanidad corporal como espiritual (Jer. 33:1-26). Jesús no tenía nada que temer ni fue sorprendido sin saber qué hacer. Porque digo esto? Bueno porque Dios acoge al necesitado y sabe que este vendrá a EL (Isa. 66:2, Salmo 10:14). El siguiente versículo nos prueba que si supo qué hacer, pues extendió su mano de misericordia hacia al enfermo. Porque hizo Jesús esto? Porque esta era su tarea como el Mesías esperado (Isa. 61:1-3 y comparar con Luc. 4:14-21). Además, el hecho que Jesús extiende su mano, es muestra que Dios no puede tener miedo a ninguna enfermedad, sino que sus manos sanan (Job 5:18). Al extender su mano Jesús, dice que el expreso el deseo suyo hacia el hombre necesitado, Jesús expreso con esas palabras lo que Dios tiene planeado para el hombre y que se lo ha dicho por toda la historia (Jer. 29:11). Planes de bienestar!. Dios quiere un pueblo bendecido y cuando Jesús extendió su mano sobre el leproso, el estaba cumpliendo lo que dice el salmo “Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente.” (Salmo 145:15-17). Dios SI quiere, la pregunta es queremos nosotros? Lo que sucede a continuación es lo que las personas vieron y contaron. Lo que sucedió después es la obra ocular para el testigo. Si tomamos en cuenta los versículos de referencia pasados, entonces podemos deducir que Jesús al extender su mano ya estaba haciendo el milagro. Sin embargo, el relato nos dice que las personas atestiguaron que después que Jesús exclamo la bendición, “al instante” el hombre fue sanado. He allí la verdadera sanidad milagrosa que atestigua sobre un mensaje y su mensajero. Cuando estos milagros suceden de esta manera, estos son con el propósito de aprobar el mensaje del “mensajero”, en este caso el mensaje de salvación de Jesucristo. Esta sanidad no se había visto desde hace un largo tiempo, ya que las grandes obras de Dios habían cesado por hace mas de 400 años. Pero al ver de nuevo, una sanidad que no requiere de días de proceso como lo indicada la ley (Lev. 13), entonces las personas se maravillaron y dijeron: “Wow! Al instante…”. Jesús despide al hombre con una fuerte advertencia. Le dijo que no hablara con nadie sobre lo ocurrido, sino que fuera directo al sacerdote a ofrecer su ofrenda. Porque dijo esto Jesús? Acaso tenía miedo Jesús? O quizás, quiso evitar algo innecesario en ese momento? En realidad, el Evangelio de Marcos nos da una pista del porque de esta advertencia. Marcos 1:45 dice que el hombre no cumplió la advertencia y como resultado Jesús ya no podía entrar en ninguna pueblo abiertamente, lo cual hizo que su fama se extendiera y tanto los religiosos como las autoridades civiles no querían que el pueblo fuera a dejar ni las leyes esclavizan tés ni el honor y respeto al cesar, ósea el rey. Con esa advertencia, Jesús le indica que solo vaya, se presente al sacerdote y lleve su ofrenda por su purificación que ordeno Moisés. Jesús como todo un conocedor de la Ley dada a Moisés, sabía que toda persona que se conocía públicamente como enferma (en este caso lepra) debía presentarse al sacerdote con la ofrenda correspondiente (Lev. 14). El hombre debía hacer esto porque la ofrenda servía como evidencia a los sacerdotes levitas y al pueblo que la sanidad del enfermo era una sanidad real y no un engaño o truco de Jesús. Ellos verificaban la piel del hombre y como agradecimiento y purificación (porque la lepra era consideraba consecuencia de algún pecado) a Dios presentaban una ofrenda. Dado que la orden fue así y como vimos antes, Jesús no pudo pasar más por allí abiertamente, porque el hombre conto lo sucedido, entonces podemos deducir que el milagro fue aprobado tanto por los sacerdotes como por el pueblo que en su mayoría seguía a Jesús. El hombre sanado supo al parecer en los más profundo de su corazón que el Dios que sus antepasados adoraron (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David y los profetas) iba cumplir su propósito en el (Salmo 138:7-8). Por los tanto, este hombre ahora sanado supo que una vez que Dios hace un milagro, Dios merece exaltación y honra entre las gentes (Salmo 9:9-11, 73:28, 92:4) y por eso hablo sin reservas. JESUS

8 ACTITUD HUMANA HOMBRE

9 Reconocer la voluntad de Dios
Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él… y suplico: ‘Señor, si quieres, puedes limpiarme’…” Acercarse a Jesús Humillarse ante Jesús Reconocer la voluntad de Dios ACTITUD HUMANA (V.2) HOMBRE:

10 ACTITUD HUMANA (V.40) ACERCARSE A JESUS:
“Muchas veces nuestra fe descansa en nuestros recursos humanos y olvidamos que la naturaleza de la fe es una que sobrepasa lo que podemos pensar humanamente. Cuando decidimos usar la fe orientada a acercarnos a Dios (quien fue el que la deposito en primer lugar), entonces la fe encuentra la oportunidad de descansar confiada”. ACERCARSE A JESÚS: Que el que quiere recibir algo de Dios debe con todo su corazón acercarse a Él. Al parecer el leproso con pocas fuerzas físicas se acerco a Jesús usando las fuerzas de la fe que descansaban por años. Las fuerzas de nosotros los seres humanos descansan muchas veces en lo mucho que podemos hacer y en esta creencia olvidamos que hay una fuerza que por muy pequeña que parezca es muy grande en su esencia. Esa fuerza es la fuerza de la “fe”. Muchas veces nuestra fe descansa en nuestros recursos humanos y olvidamos que la naturaleza de la fe es una que sobrepasa lo que podemos pensar humanamente. Cuando decidimos usar la fe orientada a acercarnos a Dios (quien fue el que la deposito en primer lugar), entonces la fe encuentra la oportunidad de descansar confiada. Es por esto que el leproso luego de acercarse en fe a Jesús, descanso humillado delante de él, pues reconoció que después de buscar o esperan en otros lugares, la verdadera dirección estaba en descansar su fe en las palabras de verdad de Jesucristo el Mesías. Por eso debemos de acercarnos confiadamente a Jesús con ese depósito de fe que Dios nos ha dado.

11 ACTITUD HUMANA (V.40) 2. HUMILLARSE ANTE JESUS:
“si quieres depositar tu fe acercándote a Jesús, debes por lo tanto confiar que es en El, donde podrás encontrar esperanza, amor, descanso, alegría, verdad, paz y todo aquello que tanto has anhelado en la vida. Si te humillas delante de Jesús, estarás descansando en El, estarás depositando todo lo que tú no puedes en Sus manos y al hacer esto tu humillación será como dormir confiadamente después de un largo día de trabajo.” HUMILLARSE ANTE JESUS: Como lo acabo de apuntar, si quieres depositar tu fe acercándote a Jesús, debes por lo tanto confiar que es en El donde podrás encontrar esperanza, amor, descanso, alegría, verdad, paz y todo aquello que tanto has anhelado en la vida. Si te humillas delante de Jesús, estarás descansando en El, estarás depositando todo lo que tú no puedes en Sus manos y al hacer esto tu humillación será como dormir confiadamente después de un largo día de trabajo. La persona que se humilla delante de Jesús, no es la que se menosprecia a sí misma, no es la que se golpe diciendo: “? Mi culpa! Mi culpa!...”, ni tampoco es la que se insulta de la manera más despreciable. NO! No es esa la humillación que la Biblia ensena. Más bien la humillación que la Biblia ensena es el reconocimiento de algo, es reconocer que algo está sobre nosotros, es darse cuenta que no depende de mí sino de algo más. La humillación que Dios espera de nosotros es la que simplemente demuestra confianza en Dios y por esta actitud tu ser siente descanso y consuelo. Dios no se siente más grande porque alguien tan pequeño como nosotros se tire al suelo, llore desesperadamente o grite de dolor por su ayuda. Esto no hace que el Eterno sea más glorioso, pues El ya es quien es sin necesidad alguna de NADA!. Al contrario a mi parecer esto más bien hecho por pura satisfacción personal (en vez de ser un reconocimiento verdadero de la verdad que Dios es nuestro auxilio) demuestra soberbia y altivez de corazón. Por otro lado, nuestra humildad delante de Dios demuestra reconocimiento de nuestras limitaciones y por ende delante de Dios esta acción nos hace grandes (Salmos 138:6, Isaías 57:15).

12 ACTITUD HUMANA (V.40) 3. RECONOCER LA VOLUNTA DE DIOS:
“Con la misma fe que tu reconoces que Dios lo puede hacer todo y que él puede hacerte un milagro, con esa misma fe debes llegar a reconocer la voluntad de Dios, sea cual sea su decisión sobre tu situación. Muchas veces el Señor hará los milagros en nuestras vidas, pero también muchas veces será diferente de lo que la mayoría de las veces esperamos” RECONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS: Al parecer esta actitud humana que estamos estudiando ahora es como una cadena de eventos bien organizada, pues nos revela como cada acción del leproso va orientada hacia un solo punto, reconocer la voluntad de Dios. Una vez que nos acercamos a Jesús con toda confianza y descansamos humillados ante su presencia, luego hacemos una demostración pública o personal (privada entre Dios y tú) de reconocer la voluntad soberana y perfecta de Dios. Cuando conectamos todos estos eslabones juntos obtenemos el resultado más esperado y correcto, una relación personal con Jesucristo. Esta demostración del leproso no tiene nada sobrenatural, pues cualquier ser humano con un corazón dispuesto, verdaderamente necesitado y cansado de las cosas que ofrece el mundo lo puede llegar a hacer. En este punto me gustaría hacer una observación: “Con la misma fe que tu reconoces que Dios lo puede hacer todo y que él puede hacerte un milagro, con esa misma fe debes llegar a reconocer la voluntad de Dios, sea cual sea su decisión sobre tu situación”. Muchas veces el Señor hará los milagros en nuestras vidas, pero también muchas veces será diferente de lo que la mayoría de las veces esperamos. La mayoría de las veces esperamos un gran milagro, pero a veces Dios querrá no hacer las cosas como tú las esperas. Más bien Dios, hará las cosas diferentes pero si confías en El sabrás que cualquier dirección que El tome es la correcta y es por esto, que te digo que con la misma fe que esperas el milagro que pides, con esa misma fe debes aprender a reconocer sus otras opciones en juego. Por ejemplo, tú dirás: “Quiero verde” y como verde es más difícil Dios lo hará porque para El nada es imposible. PERO, Dios tendrá en mente azul y ese azul no por ser diferente al verde que esperabas llegue a ser malo. Al contrario si como tú dices “para Dios nada es imposible” entonces ese azul es tan igual o mejor que el verde que esperabas y por lo tanto Dios hará posible tu oración. El punto es que la persona que reconoce la voluntad de Dios puede esperar confiadamente una respuesta que de cualquier manera será muy positiva de parte de Él.

13 ACTITUD DIVINA JESUS

14 Dios se mueve en misericordia Dios desea por nosotros
“Movido a compasión, Jesús extendió la mano y tocó al hombre, diciéndole: ‘Sí quiero. ¡Queda limpio!’…” Dios se mueve en misericordia Dios desea por nosotros Dios da una orden ACTITUD DIVINA (V.3) JESUS:

15 ACTITUD DE DIOS (V.41) DIOS SE MUEVE EN MISERICORDIA:
“Esta misericordia se ve más clara cuando Dios observa que lo adoramos de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Esta ultima descripción, es aquella que hacemos cuando nos postramos mas enfocados en lo que deseamos de Dios en vez de postrarnos más enfocados porque estamos delante de Dios. Cuando sabemos que Dios está allí por nosotros lo exaltamos por lo que es y no porque solamente quiero algo de Él.” DIOS SE MUEVE EN MISERICORDIA: Ya en esta parte del relato podemos ver la otra cara de la moneda. Como mencionamos anteriormente los leprosos eran discriminados, despreciados y apartados completamente de la sociedad. Sin embargo, en la actitud compasiva del Señor Jesús podemos ver una diferencia muy marcada. Cualquier religioso de ese tiempo, por muy santo que se mantuviera, por mucha oración que hiciera a Dios, por mucho que asegurara tener una relación con Dios-Padre, este poco se movería en misericordia para tan siquiera acercarse a un leproso y mostrarle afecto o compasión. Esto nos quiere decir mucho, ya que el hecho de ser un religioso y supuestamente tener una “relación” con Dios no nos asegura que seamos compasivos, pues como podemos ver en la historia muchas personas no fueron así. A diferencia del Señor Jesús, El si fue misericordioso con el necesitado, con enfermo o cualquier persona marginada en la sociedad. Jesús no tuvo medida en su acercamiento al humano y no lo sigue teniendo. El siempre está dispuesto a amar. El leproso se movió, actúa, se humillo y reconoció que estaba delante de Dios, por esto Jesús se mueve a misericordia porque mira que la humillación viene desde adentro hacia afuera. Esta misericordia se mueve cuando Dios ve que lo adoramos de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. Esta ultima descripción, es aquella que hacemos cuando nos postramos mas enfocados en lo que deseamos de Dios en vez de postrarnos más enfocados porque estamos delante de Dios. Cuando sabemos que Dios está allí por nosotros lo exaltamos por lo que es y no porque solamente quiero algo de Él. Jesús nos alcanza, nos toca!. Que quiere Dios sino es alcanzarnos y con esto tocar nuestras vidas de tal manera que seamos transformados increíblemente. Cuando Jesús extiende su mano, no tiene en cuenta la enfermedad tan contagiosa, ni mucho menos lo que dirán de Él. Jesús extiende su mano porque no puede negarse a sí mismo, pues El es la misericordia en persona y al hacer esto le demuestra a todos que el que a Él viene El lo recibe con misericordia y amor. En el momento cuando Dios nos alcanza El nos toca para transformarnos y es en ese toque transformador donde empieza una vida de bendición en abundancia.

16 ACTITUD DE DIOS (V.41) DIOS DESE POR NOSOTROS:
“Claramente podemos aprender que en esta expresión el Señor Jesús quiso expresar su deseo de sanar al enfermo con fe. Nos expresa como el Señor Jesús se deleita en nosotros, pues El nos ama. Además de esto podemos entender que la voluntad del Señor está dispuesta hacia nosotros. Claramente al Señor Jesús le gusta inclinarse a nosotros con ayuda. ” DIOS DESEA POR NOSOTROS: En esta observación nos vamos a basar en la palabra que Jesús usa para responder a la petición del leproso. Cuando el leproso se acerca a Jesús, este le dice que si El quiere lo sane, a lo que Jesús le responde con la palabra “sí, quiero”. Que significa esta palabra en su original? La palabra quiero en hebreo ( שָׁאֵל shaél) implica la idea de deleitarse en, preferir, tener la voluntad, desear y gustar. La palabra en griego ( θέλω dsélo) lleva la intención de escoger, preferir y desear. Claramente podemos aprender que en esta expresión el Señor Jesús quiso expresar su deseo de sanar al enfermo con fe. Nos expresa como el Señor Jesús se deleita en nosotros, pues El nos ama. Además de esto podemos entender que la voluntad del Señor está dispuesta hacia nosotros. Claramente al Señor Jesús le gusta inclinarse a nosotros con ayuda. No queda duda que en este relato bíblico podemos ver a un Jesús que escoge al necesitado antes que al orgulloso que piensa no necesitar nada de Dios. Sofonías 3:17 nos habla claramente de esta idea. Dios se deleita en nosotros. El desea amarnos, curarnos, salvarnos, darnos paz, cuidarnos, en resumen Dios desea por nosotros.

17 ACTITUD DE DIOS (V.41) DIOS DA UNA ORDEN:
“Ya que el Señor Jesús desea por nosotros, El mismo dará la orden para que las cosas sucedan como El perfectamente las tiene planeadas. Cuando Dios ordena, Dios pone las cosas en orden. En el Génesis Dios ordeno y el caos pasó a orden. Cuando el cuerpo está en desorden Jesús da la orden para poner las cosas en su lugar. “ DIOS DA UNA ORDEN: Ya que el Señor Jesús desea por nosotros, El mismo dará la orden para que las cosas sucedan como El perfectamente las tiene planeadas. Cuando Dios ordena, Dios pone las cosas en orden. En el Génesis Dios ordeno y el caos pasó a orden. Cuando el cuerpo está en desorden Jesús da la orden para poner las cosas en su lugar. Si nos sentimos solos y las cosas parecen ser un relajo perdido, solamente debemos llamar con fe y humillados a Jesús y allí El dará la orden para que las cosas se mejoren. Dios nos dará compañía con su amor y lo que nos rodea (familia, amigos, relaciones amorosas, etc.) se arreglara porque así fue la orden poderosa de Dios. La orden en esta historia bíblica fue “queda limpio!” y así fue. El cuerpo del leproso inmediatamente fue restaurado porque esa fue la orden. Nada puede negarse a la orden del Aquel que creó el cuerpo, pues El con su Palabra lo creo y con su Palabra lo vuelve a sanar. Así como Dios es amor y nos creo en ese amor, cuando nosotros hemos perdido la esencia de ese amor, solamente toma la orden de Jesús para que ese amor vuelva a nuestro ser. Si así como el leproso, nosotros pedimos a Dios con fe y reconocemos la voluntad de El entonces Dios dará cualquier orden que mejore nuestras vidas.

18 CONCLUCION: “Concluyamos pues diciendo que una buena actitud humana disfrutara los beneficios de una perfecta actitud divina.”


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