H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975 Serie meditativa 08 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu.

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2 H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975 Serie meditativa 08 cepam H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975 Serie meditativa 08 cepam

3 “Comencemos por decir que el líder de un grupo debe ser verdaderamente del grupo. Hablamos de un grupo vivo, con un alma colectiva y en el cual se dan verdaderas relaciones de persona a persona. Entra el líder en ese grupo y encuentra en él ideales, criterios, sentimientos, vida. Esa vida no está todavía clarificada; como en un cono volcánico de lava ardiente, bullen allí deseos manifestados y aparecen confusamente unos fines todavía por realizar. Capta del líder todo aquello que de manera implícita existe en esa vida colectiva y en esa alma colectiva, lo vuelve explícito y expresa con claridad lo que aparecía confuso. El grupo se siente así completamente interpretado.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 234) “Comencemos por decir que el líder de un grupo debe ser verdaderamente del grupo. Hablamos de un grupo vivo, con un alma colectiva y en el cual se dan verdaderas relaciones de persona a persona. Entra el líder en ese grupo y encuentra en él ideales, criterios, sentimientos, vida. Esa vida no está todavía clarificada; como en un cono volcánico de lava ardiente, bullen allí deseos manifestados y aparecen confusamente unos fines todavía por realizar. Capta del líder todo aquello que de manera implícita existe en esa vida colectiva y en esa alma colectiva, lo vuelve explícito y expresa con claridad lo que aparecía confuso. El grupo se siente así completamente interpretado.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 234)

4 “Tal es el verdadero líder que surge de dentro, que no les viene de fuera. Es la imagen del Buen Pastor, que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos se complacen en presentarnos. Es el propio Jesús lavando los pies a sus Apóstoles, mientras les dice: «El que de vosotros quiera ser el primero, que se considere el último». Esa es, y no otra, la dimensión de la verdadera humildad. De esa humildad que, si tiene excepcional importancia en Superior, también es importante para los demás miembros del grupo, a quienes exige un servicio mutuo en todo momento.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 235) “Tal es el verdadero líder que surge de dentro, que no les viene de fuera. Es la imagen del Buen Pastor, que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos se complacen en presentarnos. Es el propio Jesús lavando los pies a sus Apóstoles, mientras les dice: «El que de vosotros quiera ser el primero, que se considere el último». Esa es, y no otra, la dimensión de la verdadera humildad. De esa humildad que, si tiene excepcional importancia en Superior, también es importante para los demás miembros del grupo, a quienes exige un servicio mutuo en todo momento.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 235)

5 “¿Puede un orgulloso tener amigos, verdaderos amigos? Si de veras pretende dominar, ¿cómo va a eludir el que un auténtico desquite social lo relegue, lo deje solo, sin compañía, sin amistad? El orgulloso puede, efectivamente, dominar; pero que se despida en ese caso de la relación humana, del amor, de la comunión. Se ha creado una personalidad y una manera de concebir las relaciones humanas que condiciona la respuesta de quienes entran en relación con él. Cualquier actitud dominadora provoca una réplica pronta y viva, y es causa de animosidad. La humildad, por el contrario, es una piedra clave de arco en la construcción de la comunidad.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 236) “¿Puede un orgulloso tener amigos, verdaderos amigos? Si de veras pretende dominar, ¿cómo va a eludir el que un auténtico desquite social lo relegue, lo deje solo, sin compañía, sin amistad? El orgulloso puede, efectivamente, dominar; pero que se despida en ese caso de la relación humana, del amor, de la comunión. Se ha creado una personalidad y una manera de concebir las relaciones humanas que condiciona la respuesta de quienes entran en relación con él. Cualquier actitud dominadora provoca una réplica pronta y viva, y es causa de animosidad. La humildad, por el contrario, es una piedra clave de arco en la construcción de la comunidad.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 236)

6 “A nuestra condición peregrina de religiosos le resulta más importante aún la sencillez que la humildad. Siempre, claro está, que sepamos volver a situarla cual conviene en el contexto marista de hoy. Conservando, por supuesto, aquel aspecto de familia que constituye su mayor atractivo, y exhumando sus auténticos valores, sin caer por ello en determinados errores del pasado.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 236) “A nuestra condición peregrina de religiosos le resulta más importante aún la sencillez que la humildad. Siempre, claro está, que sepamos volver a situarla cual conviene en el contexto marista de hoy. Conservando, por supuesto, aquel aspecto de familia que constituye su mayor atractivo, y exhumando sus auténticos valores, sin caer por ello en determinados errores del pasado.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 236)

7 “¿Qué es, pues, la sencillez, desde el punto de vista ontológico? La ausencia de complejidad. Dios no es complejo y su sencillez debe ser el ideal de la nuestra. Su sencillez es la verdad, lo mismo que es amor.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 237) “¿Qué es, pues, la sencillez, desde el punto de vista ontológico? La ausencia de complejidad. Dios no es complejo y su sencillez debe ser el ideal de la nuestra. Su sencillez es la verdad, lo mismo que es amor.” (H. Basilio Rueda Guzmán, “El Espíritu del Instituto”, Circular del 25 de diciembre de 1975, Vol. XXVI, N° 3, p. 237)

8 Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida Deja que lo que has leído se hunda lentamente en tu espíritu. Ora al Señor por medio de María para que lo comprendas mejor y lo lleves a la vida