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Lectio divina del Salmo dominical

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Presentación del tema: "Lectio divina del Salmo dominical"— Transcripción de la presentación:

1 Lectio divina del Salmo dominical
San Pelayo, niño mártir Pelayo nació en la pequeña localidad de Albeos (Galicia) el año 911. Cuando tenía 13 años fue llevado como rehén a Córdoba en lugar de su tío Hermogio, Obispo de Tuy, que había caído prisionero en la batalla de Valdejunquera. Tras sufrir un penoso cautiverio y las deshonestas proposiciones del califa Abderramán III, se mantuvo firme en la castidad y en la fe cristiana ,y fue torturado y martirizado el 26 de junio del año 925. Eclo 51, 1-3a. 8-12: Me auxiliaste con tu gran misericordia. Sal 33: El Señor me libró de todas mis ansias. 2 Cor 4, 7-11: Llevamos en el cuerpo la muere de Jesús. Jn 12, 24-26: Si el grano de trigo muere, da mucho fruto.

2 El Señor me libró de todas mis ansias.

3 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

4 El Señor me libró de todas mis ansias.

5 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

6 El Señor me libró de todas mis ansias.

7 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

8 El Señor me libró de todas mis ansias.

9 Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio…
[1 De David. Cuando fingiéndose demente ante Abimélek, fue despachado por él y se marchó.] 2 Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen  y se alegren. 4 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. 5 Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. 6 Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. 7 Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. 8 El ángel del Señor acampa  en torno a sus fieles y los protege. 9 Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. 10 Todos sus santos, temed al Señor, porque nada les falta a los que le temen; 11 los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. 12 Venid, hijos, escuchadme:  os instruiré en el temor del Señor; 13 ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? 14 Guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; 15 apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. 16 Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; 17 pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. 18 Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; 19 el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. 20 Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; 21 él cuida de todos sus huesos, y ni uno sólo se quebrará. 22 La maldad da muerte al malvado, los que odian al justo serán castigados. 23 El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. Si quieres escuchar el original hebreo, pincha aquí

10 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

11 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos º: salmos Y 3º: salmos 72-88 Salmo 33: El Señor, salvación de los justos. Dentro del primer libro, el salmo 33 se encuentra en la introducción (salmos 33-36) de la Segunda Colección de David (salmos 33-71) de redacción más antigua que la Primera Colección.

12 Lectio ¿Qué dice el texto?
El salmo 33 (34) es un salmo alfabético de carácter sapiencial con elementos de acción de gracias. La enseñanza propuesta no es una doctrina teórica sino la formulación de una experiencia espiritual. Aunque el título del salmo hace referencia a 1Sm 21, 10-15, al tiempo del reinado de Saúl, la composición se puede situar en la época del exilio o tiempo posterior. Su estructura es la siguiente: Vv. 2-11: un “pobre del Señor” (un anawin) alaba y da gracias al Señor que lo ha salvado de una gran tribulación y angustia. A esta alabanza anima a los humildes, a los fieles. Quien alaba y teme al Señor nunca se verá defraudado, será salvado y protegido, no le faltará de nada. Vv : es una reflexión sapiencial sobre la retribución de un sabio anciano: “Venid, hijos, escuchadme…” Lo que enseña es el temor del Señor. Temer al Señor equivale a buscarlo y es sinónimo también de fidelidad. Este temor incluye la observancia de los mandamientos y es fuente de bendiciones y prosperidad. Quien lo guarda experimentará la cercanía de Dios, quien lo rechaza su propia maldad recaerá sobre él. v. 23: es un añadido litúrgico. No parecía bien terminar el salmo con una amenaza. San Juan aplica el versículo 21 de este salmo a Cristo muerto en la cruz (Jn 19, 36), reconociendo la protección del Padre sobre el cuerpo ya muerto de su Hijo. Esta protección no es tardía, antes bien prueba que la protección de Dios supera la muerte.

13 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto
Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. El Señor me libró de todas mis ansias. Es el eco de la certeza que hemos proclamado en la 1ª lectura: “me auxiliaste con tu misericordia” ¿Cómo podemos cantar esto? ¡Celebramos la memoria de un mártir! Alguien que fue torturado y degollado por su fe en Cristo… Sí, humanamente hablando, es incomprensible. Murió, pero desde la fe sabemos que el Padre lo acogió y lo asoció al Misterio Pascual de Cristo. ¡Plenitud de vida para siempre! Urna que contiene los restos de San Pelayo, custodiado en el monasterio de las Benedictinas de San Pelayo de Oviedo

14 Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Dios recibió el humilde grano de trigo de la corta vida del niño Pelayo y lo hizo fructificar de tal modo que, más de 1000 años después de su testimonio hasta la sangre por Cristo, seguimos ensalzando la grandeza del Señor que premia y guarda la vida de quien le sirve. Talla de San Pelayo, Benedictinas San Pelayo de Antealtares

15 Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha y lo libra de sus angustias.
El niño Pelayo se sintió acosado, apurado, rodeado por sus enemigos, fue objeto de las más indecorosas propuestas por parte del emir Abderramán III, pero él se mantuvo firme gracias a una poderosa y extraordinaria fortaleza que provenía de Dios y auxiliaba y custodiaba el tesoro de la fe contenido en la humilde y sencilla vasija de su ser. Martirio de san Pelayo, Retablo de Olivares de Duero

16 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?
Señor, Padre nuestro, que prometiste a los limpios de corazón la recompensa de ver tu rostro, concédenos tu gracia y tu fuerza para que, a ejemplo de san Pelayo, mártir, guardemos el corazón limpio de todo pecado y seamos en el mundo fuente de alegría, de amor y de paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (Oración de la Solemnidad)

17 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…
“Debo hablar sobre la pasión y gloria de los mártires. Puesto que ellos sufrieron el martirio llenándose de gloria, nos están dando una lección de paciencia. Todo esto nos llena de admiración, lo alabamos y lo amamos. Mártires bienaventurados, ¿de dónde os vino? Sé que tenéis corazones humanos, pero ¿de dónde os han llegado estos sentimientos divinos? Yo digo que de Dios. ¿Hay alguien que diga que todo eso es fruto vuestro? Respondedle: Mi alma se gloriará en el Señor. Vuelva el mártir la espalda al ingrato e infiel adulador, dé la cara al benignísimo dador y atribuya a Dios su misma pasión; pero no como si este ofrecimiento a Dios fuese obra suya, antes bien diga: Mi alma se gloriará en el Señor; escúchenlo los humildes y alégrense. Y si le preguntas: «¿Qué significan estas palabras: Mi alma se gloriará en el Señor? ¿Es glorificado entonces en ti?» Él responderá: «¿No estará sometida a Dios mi alma? De él procede mi paciencia. ¿Cómo es entonces mía? Abrí mi corazón y la recibí con agrado. Procede de él y es mía.” (San Agustín, Sermón 284, 1. 3)

18 Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra?
Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Bendigo al Señor en todo momento.


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