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Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

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Presentación del tema: "Diego Rodríguez de Silva y Velázquez"— Transcripción de la presentación:

1 Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

2 Biografía Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1599 –1660), fue uno de los mayores exponentes de la pintura española, ya no sólo en su período barroco, sino a lo largo de toda su historia. De hecho, Velázquez está actualmente considerado como uno de los mayores pintores de la historia. A los once años comienza su aprendizaje con Francisco Herrera el Viejo, más tarde pasa a manos de Francisco Pacheco, pintor de estilo manierista. Más tarde de su reconocimiento como pintor, Velázquez decide casarse con la hija de su mentor. A los diecinueve años, Velázquez ya era un pintor independiente y casado, que se dedicaría, en los años siguientes (1618–1623) a elaborar encargos, desarrollando la técnica del claroscuro. Consiguió hacerse un sitio como pintor. En 1628, Rubens, visita Madrid y, de la mano de Velázquez, el Escorial. Este aconseja a Velázquez que visite Italia, que no se centre únicamente en el influjo español, y que indague en la pictórica renacentista, para poder dar un giro completo a su carrera.

3 Biografía (cont.) En 1631, en su regreso a España, recibe el encargo de retratar al príncipe Baltasar Carlos, que había nacido durante su estancia en el extranjero. Velázquez ocupará durante nueve años, el puesto de Ayudante de Cámara. Tras este nombramiento, se suceden una serie de desgracias en la corte y en las proximidades del monarca: caída del poder del valido del rey, el Conde-Duque de Olivares (que había sido protector suyo), la muerte de la reina Isabel en 1644, la muerte de su suegro y maestro Francisco Pacheco, el 27 de noviembre de ese mismo año, y la defunción del príncipe Baltasar Carlos, a los 17 años de edad. La Venus de Velázquez aporta al género una nueva variante: la diosa se encuentra de espaldas y muestra su rostro al espectador en un espejo. Velázquez regresó a España dos años después de su partida. Tras su regreso, Felipe IV lo nombra Aposentador Real, cargo que le quita gran cantidad de tiempo para desarrollar su labor pictórica. No obstante, es en la etapa final de su pintura cuando alcanza su máximo desarrollo. Habiéndole sido concedida la Orden de Santiago, a la cual él tanto aspiraba, en 1659, murió en Madrid el 6 de agosto de 1660, tras haber padecido una larga enfermedad.

4 Sus obras más famosas Entre su repertorio de obras, cabe destacar:
Las meninas. Las hilanderas. Las lanzas o La Rendición de Breda.

5 Las Meninas

6 Las Hilanderas

7 Las lanzas o La Rendición de Breda

8 Descripción de la obra 1. Contexto histórico
Para observar desde un punto de vista histórico esta obra de Velázquez hay que volver atrás en el tiempo, concretamente hasta el barroco. Los Países Bajos liderados por Guillermo de Orange, combatían contra los españoles para independizarse de los mismos. En 1590 esto se hizo realidad, con Mauricio de Nassau-Orange como estatúder de los Países Bajos, los holandeses tomaron la ciudad, pero solo pudieron mantenerla en su poder durante unos pocos años ( ). La tregua de los doce años mantuvo el país en calma entre 1609 y Cuando el rey de España Felipe IV subió al trono, la tregua expiró y la guerra comenzó de nuevo. La intención de Felipe IV era recuperar esa plaza tan importante desde la cual se podría maniobrar para otras conquistas.

9 2. Descripción del cuadro.
Velázquez desarrolla el tema sin vanagloria ni sangre. Los dos protagonistas están en el centro de la escena y parecen dialogar más, como amigos que como enemigos. Justino de Nassau aparece con las llaves de Breda en la mano y hace ademán de arrodillarse, lo cual es impedido por su contrincante que pone una mano sobre su hombro y le impide humillarse. En este sentido, es una ruptura con la tradicional representación del héroe militar, que solía representarse erguido sobre el derrotado, humillándolo. Igualmente se aleja del hieratismo que dominaban los cuadros de batallas. El pintor representa con realismo al general Spínola, al que conocía personalmente, pues habían viajado juntos a Italia en Un realismo semejante, y caracterización individual se aprecia en los rostros de los soldados, que están tratados como retratos.

10 3. Ropajes Nassau se muestra con coletero (vestidura hecha de piel) y calzón de leopardo con adornos de oro, paloma de encaje (cuello grande y vuelto sobre la espalda) y sombrero chambergo negro en su muñón. Spínola lleva armadura pavonada con adornos de oro, valona de encaje, botas de piel y una banda de color carmín. En la mano izquierda enguantada lleva el sombrero también negro, más la bengala, símbolo de autoridad (un bastón de mando). Este cuadro fue destinado al Salón de Reinos del recinto del Buen Retiro de Madrid, destinado a narrar las batallas del monarca. Cuando se colocó allí, todavía Velázquez no lo había firmado aunque había dejado preparado un pequeño rincón abajo a la derecha del cuadro con una hoja en blanco, sin duda para poner allí la fecha y su firma. Nunca lo hizo, como ocurrió con otras muchas obras suyas.

11 4. El Estilo Velázquez, como buen pintor barroco, gusta de la composición abigarrada, el naturalismo en lo representado, las posturas sinuosas y los fuertes contrastes de color, luces y sombras. La curva está siempre presente como se puede ver en el caballo, los pliegues de vestidos , botas, foulards, cabellos, sombreros, etc. Las superficies brillan a veces como el caso de los cuartos traseros del caballo que parece estar recién cepillado, o la camisa blanquísima del holandés que habla con un compañero. Entre el primer plano (los combatientes y sus líderes) y el fondo (paisaje) encontramos un plano intermedio (tras la llave). Por si fuera poco, los soldados de este plano intermedio están bañados por un chorro de luz muy efectista. Para que nos sintamos en cierto modo partícipes del cuadro, Velázquez recurre a dos trucos : colocar personajes de espalda (como estamos nosotros) y otros que nos miran fijamente, lo que nos hace sentir dentro de la acción. El personaje situado en el borde derecho, joven y elegante es el propio Velázquez que se ha autorretratado con un gracioso bigote y una pose estudiada.

12 4. El Estilo (cont.) Como en muchos cuadros originales, aquí observamos arrepentimientos (el pintor rectifica lo que desea pintando encima). Para poder comprobarlo, vasta con mirar el sombrero del español de la primera lanza de la izquierda. Velázquez juega con la luz y hace que resalte lo que le interesa, rostros, manos, tejidos, contraponiéndola acusadamente con zonas de sombra y en ese contraste, se nota la viveza y fuerza de la escena. Para subrayar la lejanía , utiliza varios procedimientos: punto de vista alto (se observa mucho paisaje) y difuminado del paisaje del fondo (al igual que en la realidad, cuando se miran montañas lejanas, no se ven nítidas, sino con los contornos borrosos).

13 5. El tema A finales del siglo XVI y durante el inicio del XVII, España mantenía una guerra importante contra los Países Bajos. En esta guerra, ambos bandos querían tener en su poder la ciudad de Breda, ya que esta era una plaza importante para realizar desde ella otras conquistas. Felipe IV nombró como jefe supremo de la expedición a Breda al mejor estratega a su servicio conocido en aquella época, al aristócrata genovés Ambrosio de Spínola, que se puso al mando de hombres más un buen número de generales españoles, como el marqués de Leganés y don Carlos Coloma, famosos militares. La ciudad de Breda estaba defendida por Justino de Nassau. Lo principal era impedir que hasta el sitio llegaran refuerzos de víveres y municiones. Para ello se realizaron una serie de acciones secundarias; una de las que más éxito tuvo fue el anegar los terrenos inmediatos e impedir así el paso a la posible ayuda.

14 5. El tema (cont.) Las crónicas de la época cuentan que la defensa holandesa llegó a ser heroica, pero la guarnición tuvo que rendirse y levantar la bandera. Justino de Nassau capituló el día 2 de Julio de Fue una capitulación honrosa que el ejército español reconoció como tal, admirando en su enemigo la valentía de los asediados. Por estas razones permitió que la guarnición saliera formada en orden militar, con sus banderas al frente. Los generales españoles dieron la orden de que los vencidos fueran rigurosamente respetados y tratados con dignidad. También cuentan el momento en que el general español Spínola esperaba fuera de las fortificaciones al general holandés Nassau. La entrevista fue un acto de cortesía, el enemigo fue tratado con caballerosidad, sin humillación. Este es el momento histórico que eligió Velázquez para pintar su cuadro.


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