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¿Son confiables los documentos bíblicos?

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Presentación del tema: "¿Son confiables los documentos bíblicos?"— Transcripción de la presentación:

1 ¿Son confiables los documentos bíblicos?

2 Más que un carpintero “Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él” (Mar. 6:2,3).

3 ¿Son confiables los documentos bíblicos?
El Nuevo Testamento es la principal fuente histórica que nos provee información acerca de Jesús. Sin embargo, muchos incrédulos han atacado la confiabilidad de los documentos bíblicos con una constante oleada de acusaciones y desinformación.

4 ¿Cómo recibimos el Nuevo Testamento?
Escritas por el puño y letra de los autores originales. No tenemos ninguna. Copias autógrafas Manuscritos Versiones primitivas Patrística Reina Valera (1960) La Biblia de las Américas (1986) Y otras… GRIEGO: Justino. Clemente. Orígenes. Hipólito. Eusebio. Y otros… LATÍN: Tertuliano. Jerónimo. Agustín. 24,000 copias de manuscritos que datan desde el año 130 D.C.

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6 Si una persona descarta la Biblia, y duda de su veracidad debido a la manera en que la hemos recibido, tendrá que rechazar toda la literatura antigua para ser consecuente.

7 La confiabilidad del Nuevo Testamento
Hay más evidencias que respaldan la confiabilidad del Nuevo Testamento que las existentes a favor de cualquier grupo de diez obras de la literatura clásica. Ilíada (Homero). Odisea (Homero). Tragedias (Esquilo). Tragedias (Sófocles). Los Nueve Libros de la Historia (Heródoto). Tragedias (Eurípides). La Guerra de las Galias (Julio Cesar). Eneida (Virgilio). Satiricón (Petronio). Perceval o el Cuento del Grial (Chretien de Troyes).

8 Pruebas de confiabilidad
Hay tres pruebas que se aplican a cualquier obra literaria o histórica para determinar si es exacta o fidedigna, y las tres se pueden aplicar al Nuevo Testamento sin problema alguno: La prueba bibliográfica. La prueba de las evidencias internas. La prueba de las evidencias externas.

9 La prueba bibliográfica
Al no tener los documentos originales (copias autógrafas), ¿qué tan confiables son las copias que tenemos en relación con el número de manuscritos y el intervalo de tiempo transcurrido entre el original y las copias existentes?

10 Comparación Apreciemos la autoridad del Nuevo Testamento, en comparación con el material textual procedente de otras fuentes antiguas: La historia escrita por Tucídides ( A.C.) se basa en 8 manuscritos que datan del 900 D.C. Es decir 1,300 años entre el original y la copia. Lo mismo sucede con los escritos de Heródoto. Aristóteles escribió su obra alrededor del 343 A.C. Sin embargo, la copia más antigua que tenemos de su obra data del 1,100 D.C. Es decir, 1,400 entre el original y la copia.

11 Comparación César compuso su Historia de las guerras gálicas entre el 58 y el 50 A.C. Hay nueve manuscritos, que datan de 1,000 años después del autógrafo original. Existen en cambio 24,000 copias de manuscritos del Nuevo Testamento que datan desde el año 130 D.C. De la Ilíada, por ejemplo, existen un poco más de 600, y es la obra que ocupa el segundo lugar en cuando a autoridad de manuscritos después del Nuevo Testamento.

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14 “Ningún erudito en literatura clásica estaría dispuesto a escuchar el argumento de que la autenticidad de Heródoto o Tucídides sea puesta en duda por el hecho de que los manuscritos más primitivos de sus obras que podemos leer fueron escritos 1,300 años después de escritas las obras originales” (F. F. Bruce, “Los documentos del Nuevo Testamento: ¿Son confiables?”).

15 “El intervalo entre las fechas de la composición original y la más primitiva evidencia existente es tan pequeño que , verdaderamente, es insignificante. De modo que, el último bastión para dudar en cualquier forma de que las Escrituras nos han llegado tal como fueron escritas, ha sido destruido. Tanto la autenticidad como la integridad general de los libros del Nuevo Testamento pueden considerarse como definitivamente establecidas” (Sir Frederic Kenyon, “La Biblia y la Arqueología”)

16 “Puesto que los eruditos aceptan como generalmente fidedignos los escritos de los antiguos clásicos, aunque sus manuscritos más antiguos fueron escritos muchísimo tiempo después que los originales, y el número de manuscritos existentes es en muchos casos mínimo, queda claro que la fidelidad del texto del Nuevo Testamento está igualmente confirmada” (J. Harold Greenlee, “Introducción a la crítica textual del Nuevo Testamento”).

17 La prueba de las evidencias internas
Los autores del Nuevo Testamento fueron testigos oculares de los eventos que rodearon a Cristo o estuvieron en contacto directo con varios testigos de la obra de Jesús.

18 La prueba de las evidencias internas
Su proximidad (geográfica y cronológica) a los acontecimientos que se escribieron es un medio efectivo para certificar la exactitud de lo que testificaron, siendo competentes y sin tener algún interés que los descalificara a sí mismos. Lucas 1:1-3 Lucas 3:1 Juan 19:35 2 Pedro 1:16 1 Juan 1:3

19 La prueba de las evidencias internas
Los apóstoles acudieron al conocimiento común que había acerca de Jesús, aún al enfrentar a sus enemigos más implacables. Y devolviendo el reto, ante sus críticos más severos dijeron: “Vosotros también sabéis acerca de estas cosas…” Hechos 2:22 Hechos 4:16 Hechos 26:24-28

20 La prueba de las evidencias internas
Los escritores del Nuevo Testamento registran muchos incidentes embarazosos, que si fuesen deshonestos los hubiesen encubierto. Mateo 20:20-28 Mateo 26:56 Marcos 6:49-52 Marcos 16:9-11 Juan 18:15-18

21 “Los discípulos no podían exponerse a la presentación de datos inexactos, mucho menos a la manipulación maliciosa de los hechos, pues habrían sido descubiertos de inmediato por quienes se hubiesen sentido satisfechos de poder hacerlo. Pero sucedió todo lo contrario: uno de los puntos fuertes que surgen de la predicación inicial de los apóstoles, es la confianza con que apelan a los conocimientos que tenían aquellos que los escuchaban. No sólo dijeron: “Nosotros somos testigos de estas cosas”, si no que agregaron “como vosotros mismos sabéis” (Hech. 2:22)…

22 Si hubiese habido cualquier tendencia a apartarse de los hechos en cualquier sentido, la presencia de posibles testigos hostiles en el auditorio habría servido posteriormente de correctivo” (F. F. Bruce, “¿Son fidedignos los documentos del Nuevo Testamento?”).

23 “El ministerio de Jesucristo había dejado honda huella en la memoria de los habitantes de Jerusalén, y aun los incrédulos en cuanto a la misión mesiánica de Jesús reconocen que alguien poderoso en palabra y hechos había recorrido los caminos de Galilea y de Judea, y que extraños acontecimientos que nunca se habían explicado satisfactoriamente, acontecieron en Palestina. El testimonio de Jesucristo y de sus apóstoles no se llevó a cabo en algún rincón, sino a la vista de todo el pueblo, desde los grandes hasta los pequeños” (Ernesto Trenchard, “Los Hechos de los Apóstoles: Un Comentario”).

24 La prueba de las evidencias externas
¿Cuáles son las fuentes que existen, fuera de la literatura que se está analizando, que comprueban su exactitud, confiabilidad y autenticidad?

25 La prueba de las evidencias externas
Esta prueba pregunta si otros materiales históricos o arqueológicos confirman o niegan el testimonio interno provisto por los documentos mismos. Muchos autores de la antigüedad escribieron de Jesús y los cristianos como históricos. Entre ellos: Tácito, Josefo, Suetonio y Plinio el joven, sin contar las miles de citas patrísticas tanto en griego como en latín.

26 La prueba de las evidencias externas
Los oponentes de Cristo, que estaban vivos cuando El estaba en la tierra, indudablemente estaban alrededor cuando los libros del Nuevo Testamento fueron escritos. Su presencia habría impulsado a los escritores del Nuevo Testamento a dar cuidadosa atención a la veracidad de sus afirmaciones. Y podemos estar seguros que si hubiesen cometido un sólo error en sus relatos, los oponentes de Cristo los habrían expuesto rápidamente, pero no lo pudieron hacer.

27 La prueba de las evidencias externas
“La arqueología ha confirmado innumerables pasajes que habían sido rechazados por los críticos por considerarlos antihistóricos o contradictorios con los hechos conocidos” (Joseph Free, “La arqueología y la Historia bíblica”). Por ejemplo, Ramsey, un célebre arqueólogo, una vez sostuvo que los escritos de Lucas no eran históricamente sólidos. Su propia investigación subsecuente lo forzó a revertir su posición y concluir que “Lucas es un historiador de primera categoría”.

28 Un Ejemplo… Marcos escribe que Jesús sanó a un hombre ciego, mientras salía de Jericó (Mar. 10:46-52). Lucas, dice que ocurrió mientras que Jesús estaba llegando a Jericó (Luc. 18:35-43). Las excavaciones entre de Ernest Stellin, de la Sociedad de Alemania Oriental, mostró que había "Ciudades gemelas" de Jericó en los tiempos de Jesús, una vieja ciudad judía y una ciudad romana, separadas por alrededor de una milla. Aparentemente Marcos se refirió a una y Lucas a la otra, y el incidente ocurrió mientras Jesús viajaba entre ambas.

29 ¿Ver para Creer? “Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Jn. 20:26-29).

30 ¿Ver para Creer? “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn. 20:30-31).

31 Plan de Salvación Rom. 10:17, Oír la palabra de Dios.
Jn. 8:24, Creer en Cristo. Hech. 2:38, Arrepentimiento. Rom. 10:10, Confesar la fe en Cristo. Mar. 16:16, Bautismo para el perdón de los pecados. Col. 1:21-23, Perseverar en la fe. -- Hech. 8:22, Arrepentirse si ha caído, rogar el perdón. -- 1 Jn. 1:9, Confesar el pecado.

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