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Vínculo temprano Objetivos:

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Presentación del tema: "Vínculo temprano Objetivos:"— Transcripción de la presentación:

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2 Vínculo temprano Objetivos:
concepto de vínculo: algunos puntos fundamentales fantasías tempranas sobre la propia maternidad y paternidad fantasías sobre el embarazo y el tener hijos; factores facilitadores y obstáculos el parto, el inicios de la relación madre-bebé cerebro y psiquismo del recién nacido preocupación maternal primaria, capacidad de rêverie mirarse en el rostro de la madre omnipotencia y desamparo; concepción de la ausencia la rêverie obstaculizada: madre-pared, madre proyectiva dependencia absoluta, dependencia relativa el rol del padre en el vínculo temprano

3 Concepto de vínculo: elementos fundamentales
un vínculo resulta de la combinación de dos o más sujetos, ligados entre sí. Es un hecho nuevo, no se puede explicar por una suma: no se reduce a ella dinámica del vínculo: combinación entre unión y separación. Ambas tendencias están siempre en juego, en todos los casos y en forma continuada la pulsionalidad, por la búsqueda incesante de satisfacción, y el paso del tiempo, percibido por el sentido de realidad, imponen una dinámica de cambio y evolución psíquicas permanentes cuando en un vínculo hay capacidad de elaboración y creatividad, que le dan la flexibilidad para poder cambiar, la tendencia es al enriquecimiento esto se refleja en la creación de nuevas formas de combinación, es decir, en la modificación de sus características, que permite albergar las necesidades que imponen los cambios Cuando, contrariamente, predomina la repetición, se observa rigidez en la forma de relacionarse. El vínculo no se puede adaptar a nuevas necesidades, hay conflictividad y empobrecimiento paulatino todo vínculo combina ambas tendencias, la repetición y el cambio: alguna de ellas suele predominar

4 Embarazo y maternidad: bases neurobiológicas
oxitocina: es una neurohormona hipotálamica. Se relaciona con la conducta maternal y paternal; también con el contacto físico y el orgasmo, tanto en hombres como en mujeres. Se desconoce aún el mecanismo biológico a nivel molecular se libera en grandes cantidades con la dilatación del cuello uterino y la vagina durante el parto, facilitándolo. También se libera con la succión del pezón por parte del bebé; algunas mujeres experimentan orgasmos durante la lactancia prolactina: estimula la formación de receptores en las glándulas, necesarios para la respuesta al estímulo hormonal de producción de leche. Comienza a secretarse al desprenderse la placenta si las mamadas son más asiduas durante las primeras 72 horas, se forma un número mayor de receptores hormonales. Esto justifica la realización de entre 8 y 12 mamadas en ese lapso, luego del cual, la cantidad de receptores se estabiliza la secreción de oxitocina es influenciada por las emociones, que favorecen o dificultan la lactancia. Alcanza con que una madre escuche llorar a un bebe (el suyo u otro), para que sus glándulas mamarias comiencen a secretar leche las emociones negativas también influyen en la lactancia. Pueden llegar a inhibir la secreción en forma pasajera o, en casos extremos, definitiva: la lactancia se interrumpe bruscamente y debe sustituirse por otra forma de alimentación

5 Fantasear con tener bebés
la maternalidad se gesta desde la infancia, desde la primera relación con la madre. Luego, en la etapa genital infantil, las niñas quieren “que papá les dé bebés, cuando sean grandes”, como le dio a mamá juegos con muñecas, a la maestra, etc.: evidencian procesos de identificaciones femeninas por las que transitan, tanto niñas como niños juegos infantiles: expresan conflictos, deseos, temores, etc., con combinaciones de sentimientos amorosos y hostiles. Estos contenidos, en el nivel de maduración en que se hallen, se movilizarán al acercarse el momento de la maternidad la movilización de la conflictiva desencadena duelos: es necesario modificar el vínculo con los propios padres y con el lugar de hijos, para dar lugar al vínculo con un hijo propio. Hay una rotación de los lugares generacionales que exige elaborar el paso del tiempo el embarazo es una puesta a prueba para el psiquismo, porque implica cambios muy profundos. En la base están las huellas del propio vínculo temprano, y su evolución se pone a prueba la flexibilidad del Yo (su capacidad para cambiar, adaptándose a situaciones nuevas), así como las bases de la parte de la identidad femenina relacionada con la maternidad

6 Fantasear con tener bebés
fantasías inconcientes respecto del propio cuerpo: cómo concibe su interior, cuánto evolucionaron las fantasías infantiles, capacidad de adaptarse (o no) a los cambios del embarazo, al cambio de lugar generacional, etc. entre otros sentimientos, la idea de alojar un bebé en el vientre despierta la culpa, así como temores muy fuertes, o aún terroríficos, concientes e inconcientes, según se haya elaborado la hostilidad de la infancia. La intensidad de la angustia será proporcional a todo ello se manifestará a través síntomas, psíquicos y/u orgánicos, incluyendo la esterilidad psicógena. El embarazo y el parto transcurrirán mejor o peor según sea la relación con la futura maternidad, y las posibilidades del psiquismo para afrontar los cambios que todo ello exige D. Winnicott habló de la “preocupación maternal primaria”, una actitud que requiere de capacidades básicamente receptivas y creativas, que ofrezca la “contención” que el bebé necesita para ir organizando su experiencia de manera favorable no todas las madres pueden desarrollarla; la disponibilidad psíquica para responder a las necesidades emocionales de un bebé es variable, y muy influenciable por distintos factores

7 El parto y el inicio de la relación madre-bebé
para muchas mujeres, el parto es el momento más intenso de su vida. Puede vivenciarse como muy traumático, hasta un momento de máxima felicidad; como excepcionalmente doloroso, hasta no doler nada o muy poco puerperio: período inmediatamente posterior al parto, de cierta labilidad y riesgo emocional. Dura entre 6 y 8 semanas, mientras el organismo retoma su funcionamiento normal luego del parto hay un duelo normal, correspondiente a la despedida de la etapa que acaba de finalizar. Se llama baby-blues cuando es muy leve, o depresión post parto cuando es más intensa en la mayoría de los casos, el dar a luz transcurre sin mayores problemas, pero para el psiquismo es una puesta a prueba muy fuerte. Existe un riesgo de psicosis puerperal, una perturbación grave con pérdida del sentido de realidad se inicia la relación con el recién nacido: es una experiencia totalmente inédita. La que la relación debe ser construida, creada entre ambos. Satisface las fantasías previas solo en parte, e implica siempre una parte de frustración, ya que el bebé es ahora real, y ya no, un bebé imaginado actualmente se promueve el contacto madre-bebé desde la sala de parto, inclusive se piensa que es favorable la succión del pezón durante las dos primeras horas

8 Cerebro y psiquismo del recién nacido
en el momento del nacimiento del bebé, una parte de sus neuronas tiene su función ya definida otras neuronas aún no la tienen, la adquieren a través de la experiencia con el entorno. El bebé aprende desde el inicio de la vida extrauterina durante los primeros años, se forma el doble de las sinapsis necesarias: persistirán si se utilizan esas conexiones. se “usan” esas conexiones al repetir experiencias, y cuando se aplican conocimientos ya adquiridos. Se borrarán las sinapsis que no se usen toda experiencia conlleva un aprendizaje. Todo aprendizaje lleva a establecer nuevas sinapsis, que se estabilizan si las experiencias se repiten, o en los casos en que resultan especialmente significativas estos circuitos neuronales van fijando algo de dichas experiencias, y de ese modo se configuran los dinamismos básicos del psiquismo, así como los rasgos más profundos de la personalidad

9 La rêverie materna el recién nacido no tiene posibilidades de entender nada de lo que le sucede. Sus sensaciones se suceden unas a otras de manera caótica: tiene vivencias placenteras, displacenteras, dolorosas, y aún terroríficas cuando son displacenteras, angustiosas y/o terroríficas, las expresa con agitación y llanto. Es una manera de intentar expulsarlas para liberarse de ellas, proyectándolas hacia el exterior capacidad de rêverie (W. Bion): se trata de una ensoñación creativa, poética, sobre una base de receptividad, serenidad, confianza en los propios recursos, junto con tolerancia a la frustración y la incertidumbre una madre con capacidad de rêverie, puede sostener una actitud receptiva hacia lo que el bebé exterioriza, y devolvérselo transformado en contenidos tranquilizadores. O sea, ayudarlo a “digerir” eso de lo que intenta liberarse, psíquicamente indigesto para él de este modo el bebé podrá aprender mientras desarrolla un sentimiento creciente de confianza, que le permitirá ir ampliando una capacidad de espera con bajo nivel de angustia, soportable, o aún sin ella además de la confianza, puede desarrollar su capacidad de pensar. Para ello, es de capital importancia que la madre le hable: que vaya poniendo palabras en el vínculo entre ambos, mientras nombra las situaciones que se suceden en el devenir diario

10 Mirarse en el rostro de la madre
Winnicott observó que el bebé mira, muy atentamente, los cambios que se producen en el rostro de la madre cuando ésta lo mira de ese modo, el bebé mira algo de él en esos cambios, “se mira” reflejado en el rostro de la madre, en su sonrisa, en el brillo de los ojos, etc. las emociones de la madre y esta actitud tan particular, permiten que el bebé se “mire” en su rostro. Sobre todo, algo muy bueno para él, es que pueda mirarse reflejado en el placer y la alegría de la madre cuando su bebé la mira en un rostro rígido, ansioso, o con una expresión desconectada o ausente, el bebé no podrá mirarse en su reflejo. Si no hay reacción visible (porque la madre no le ofrece respuesta a su anhelo), es un objeto para mirar y no para mirarse en él el bebé, entonces, solo mirará algo de ella. Y no tendrá la impresión sensorial de haber sido visto por ella. Puede llegar a sentir una falta de reconocimiento de su existencia si este modelo de vínculo se instala, el bebé tendrá un obstáculo interno para desarrollar capacidades creativas en las relaciones con ella y con el entorno una situación extrema, es la de una mamá que necesite, ella misma, un rostro en el que poder mirarse, que le permita entender qué le pasa, saber quien es, para organizar su experiencia, si la siente caótica

11 Omnipotencia y desamparo
el desamparo del bebé tiene una doble vertiente: por un lado, es biológico, dada su inmadurez orgánica. Por otro lado, se relaciona con la necesidad imperiosa de depender para sobrevivir, durante un tiempo prolongado, que lo expone a necesitar de un vínculo el bebé tiene el sentimiento de que la madre especialmente, lo puede todo, todo eso que él no puede. Es decir, ella es omnipotente: esto es la contracara de su fragilidad y dependencia el bebé se identifica con esa omnipotencia y cree poderlo todo, es decir, poder realizar todos sus deseos y satisfacer todas sus necesidades para su buen desarrollo es favorable que, por lo menos durante un tiempo, pueda mantener ese sentimiento, y madurar de a poco paulatinamente, el desarrollo del sentido de realidad lo ayuda a comprender y construir sus propios límites. Sin embargo, la omipotencia suele persistir, por lo menos en parte, a veces toda la vida la superación de la omnipotencia inicial es parte del desarrollo y maduración del Yo, avanza junto con la individuación y la ganancia de autonomía.

12 La concepción de la ausencia
todo bebé juega, a partir de los pocos meses de edad y hasta cerca de los dos años, al juego de aparecer y desaparecer. Ríe jubilosamente cuando los adultos juegan con él, lo repiten hasta el cansancio con los juguetes y objetos que tiran una y otra vez, disfrutando que alguien se los alcance para comenzar nuevamente a través del juego, elaboran este aspecto de la relación con la madre: esta aparece y desaparece. En los comienzos, sienten un abandono cuando desaparece, y la viven como mala. Pero luego reaparece, comprueban que la desaparición no era permanente, que no los abandonó esto les plantea un problema de difícil comprensión: no era evidente, hasta ese momento, que fuese buena y a la vez, a veces no estuviera (porque entonces, era mala!) la concepción de la ausencia, que significa poder entender que no esté momentáneamente, el significado que está pero en otro lado, que va a volver y que la relación no sufre por ello, requiere construcción de un pensamiento de gran complejidad algunas personas no lo logran nunca completamente, otras viven con gran ansiedad el no poder controlar a los objetos que ama y/o necesita. Esto refleja que la ausencia sigue siendo vivida como algo muy amenazante, como le puede suceder a un niño pequeño

13 La rêverie obstaculizada
el estado mental que permite desarrollar la rêverie, requiere de poder hacer a un lado los propios conflictos y necesidades sin mayor dificultad. Que la entrega involucrada sea vivida como algo “natural”, con desarrollo espontáneo de empatía empatía: una forma de identificación, es “ponerse en el lugar del otro” sin perder el contacto consigo mismo. Pone en juego la propia receptividad para entender a otro, combinando, a la vez, contacto y distancia emocional adecuados la madre puede no alcanzar siempre ese estado emocional, o bien alcanzarlo solo a veces. Los conflictos personales sin resolver pueden absorberla y ser un obstáculo del que no pueda liberarse, como para poder conectarse ampliamente con el bebé según la intensidad de estos conflictos (angustia derivada de ellos, hostilidad, inestabilidad anímica, etc.) puede funcionar como una madre normal (es decir, imperfecta), o como una “mamá pared”, sin capacidad receptiva en estos casos, el encuentro con su psiquismo ocupado o aún inundado, hace que lo que expulsa el niño, “rebote” en ella, que no lo puede contener ni transformar lo mismo que para una madre con capacidad de rêverie es un estímulo para su desempeño, para su “trabajo” de madre, y fuente de placer y gratificación, para otra madre puede ser conflictivo, una fuente de angustia, dolor y frustración

14 La rêverie obstaculizada - la madre proyectiva
una madre puede no haber podido elaborar sus principales conflictos, ni tener suficientemente organizado su psiquismo, puede no haber madurado en su disposición hacia la maternidad puede necesitar que sus angustias y urgencias emocionales sean atendidas por otro, incluyendo las proyecciones de su mundo interno, tal como normalmente necesitan los bebés esto sucede cuando no ha podido desarrollar un sentimiento de identidad asociado a uno de confianza básica, ni un sentido de realidad firme que permita diferenciar lo interno de lo externo, ni soporta sus propios contenidos psíquicos por el dolor que le causan. Sobre todo, no consigue elaborarlos, o muy poco estos dos últimos casos son gravosos para el desarrollo del psiquismo del bebé, que no tiene los recursos necesarios para organizar sus experiencias. Se manifestarán en síntomas y dificultades diversas quedará comprometida la salud mental del bebé: las experiencias negativas, así como la falta de la estimulación adecuada en cada momento, traerán consecuencias significativas en el desarrollo, tanto cerebral como psíquico bases de la salud mental: se establecen en los primeros tiempos de vida

15 Maternidad y paternidad
lo mejor para los hijos, es que puedan disfrutar de un vínculo que sea a la vez de intimidad con los padres, pero en un marco simbólico. La conflictiva entre padres e hijos, se plantea siempre en ambos niveles el marco simbólico está dado en parte, por el hecho de que los hijos, son a la vez, nietos de los abuelos, y serán padres de los nietos de sus padres. Es decir, la pulsionalidad está “enmarcada” por múltiples vínculos simultáneos, aún si algunos demorarán en realizarse. Estos operan a la manera de la función paterna la modalidad tradicional propone una maternidad más inclinada a lo íntimo y una paternidad más simbólica, con menos intimidad. Pero esto es solo un modelo proximidad de la maternidad: es un desafío para la mujer y para el futuro padre. Pone a prueba a la pareja, que afrontará un cambio irreversible. Con el primer hijo, la pareja se transformará para devenir familia. Es un momento sumamente crítico, por todo lo que se juega en ese pasaje puede derivar en un fortalecimiento del vínculo de pareja, o bien en su deterioro o ruptura. Implica asumir identificaciones que con los padres que podían no haberse evidenciado antes, encubiertas por el proceso adolescente en los casos en que el padre tiene aún necesidad de reforzamiento narcisítico, cederle lugar a la díada y al hijo puede resultar anímicamente muy difícil, sino imposible en ciertos casos, el vínculo no puede integrar los cambios necesarios. El nacimiento del primer hijo, a veces, o de alguno de los siguientes, es ocasión de infidelidades, sobre todo por parte del padre

16 Los cambios en la pareja, el rol del padre
el primer hijo en especial, impone a los padres noveles el asumir roles familiares, de madre y padre. Esto da impulso a la elaboración de los conflictos edípicos, desde el nivel en que se hallen conflictos subyacentes, no suficientemente elaborados, pueden no haberse manifestado, sintomáticamente, entre la finalización de la adolescencia y el inicio de la vida familiar propia la llegada del primer hijo estimula una movilización de los mismos, que puede derivar en crecimiento psíquico o en crisis emocionales, con síntomas que revelen conflictos tempranos aún no elaborados en la primera etapa, madre y bebé forman una díada. La madre, en los mejores casos, está casi enteramente dedicada al niño y necesita que el padre cumpla con una función de sostén de ambos esto exige al padre una gran renuncia, respecto de la satisfacción de haber tenido a su mujer “toda para él”, antes del nacimiento del niño para poder compartirla con el hijo, debe poder aceptar ser en parte desplazado, a cambio del enriquecimiento de ser padre pero si lo edípico no fue suficientemente superado, hará eclosión en forma de rivalidad y celos con el bebé, además de conflictos de pareja

17 El rol del padre en las distintas etapas
la etapa de la díada dura solamente unos pocos meses, en la que el niño tiene una “dependencia absoluta” respecto de su madre mientras no dispone de recursos psíquicos propios para comprender las situaciones frustrantes, el dolor anímico lo angustia sin remedio genera en él una imagen de “madre mala”, del mismo modo que construye una imagen de “madre buena” cuando logra satisfacerse. Esto luego evoluciona en las etapas posteriores, hacia la configuración de una imagen de “objeto total” a medida que va desarrollando una noción de su Yo y de sus límites (integrando lo que no forma parte de él), ingresa en la etapa de “dependencia relativa” sobre la base de sentimientos de confianza y relativa seguridad, podrá desarrollar una cierta capacidad de espera y tolerancia a la frustración en esta etapa, es bueno que el padre pueda ejercer una función de separación (triangulación) entre la madre y el bebé, que tolera ser separado de ella en cierta medida y relacionarse más con otras personas esta función se cumple simplemente por su presencia, interesada en el bebé, y ofreciéndose a sustituir a la madre en lo que sea adecuado para los tres. El bebé apreciará especialmente el relacionarse con el padre, quien comenzará a ser un personaje de primera importancia en su vida la madre podrá tolerar, o no, compartir al hijo con el padre, renunciando en parte a la casi exclusividad de los primeros tiempos


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