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Presentación: “LOS CAMBIOS HISTÓRICOS DE LAS MUJERES CONTEMPORÁNEAS”

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Presentación del tema: "Presentación: “LOS CAMBIOS HISTÓRICOS DE LAS MUJERES CONTEMPORÁNEAS”"— Transcripción de la presentación:

1 Presentación: “LOS CAMBIOS HISTÓRICOS DE LAS MUJERES CONTEMPORÁNEAS”

2 SOY MUJER Soy mujer. Y un entrañable calor me abriga cuando el mundo me golpea. Es el calor de las otras mujeres, de aquellas que no conocí, pero que forjaron un suelo común, de aquellas que amé aunque no me amaron, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, piel suave y tierno corazón guerrero. Alejandra Pizarnik

3 ACONTECIMIENTOS HISTÓRICOS QUE HAN TRANSFORMADO LA VIDA DE LAS MUJERES “La modernidad es, aún más, para las mujeres la conquista de una posición de sujeto, de individuo de pleno derecho y ciudadana, la conquista de una autonomía económica, jurídica y simbólica en relación con los padres y los maridos. Francoise Thébaud

4 El período de la modernidad comprendido entre los siglos XIX y XX, es el trayecto histórico en el que se producen los cambios económicos, políticos, sociales y culturales que marcan un viraje en la vida de las mujeres. Los acontecimientos que mayormente han influido en la transformación de las mujeres son: LA MODERNIDAD 1. El ingreso al trabajo asalariado 2. La promulgación de la igualdad de derechos 3. El descubrimiento de los anticonceptivos, que produjo la separación de la sexualidad y la reproducción.

5 1. EL INGRESO AL TRABAJO ASALARIADO ¿Salir de La Casa e Ingresar al Trabajo? Al trabajo asalariado se le atribuye un gran poder emancipador, pues toda la historia de las mujeres muestra con claridad, que ningún otro fenómeno del mundo moderno ha producido efectos tan revolucionarios, pues no sólo las libera de la dependencia económica del hombre, sino que, posteriormente marcará una ruptura con la tutela del padre que determinaba hasta la elección del cónyuge de la hija. La mujer trabajadora, fue un producto de la revolución industrial, ya que las nuevas exigencias del mercado planteaban la necesidad de abandonar el hogar y la empresa familiar, en los que se realizaba un trabajo a menudo no remunerado, para insertarse a la producción industrial. El trabajo femenino se convierte en el instrumento para reducir los salarios, pues las mujeres se asociaban a la fuerza de trabajo barata.

6 El trabajo de las mujeres. La historia del trabajo femenino enfatiza la importancia del traslado del trabajo femenino del hogar a la industria manufacturera, pero es evidente su excesiva simplicidad, pues durante el período preindustrial no sólo las solteras sino también las casadas formaban parte activa de la fuerza laboral y muchas mujeres ya trabajaban regularmente fuera de sus casas. Pero si bien los historiadores se han centrado en destacar la influencia de la industria textil sobre el trabajo de las mujeres, éste sector no fue el principal empleador de mujeres a lo largo del siglo XIX, pues ellas continuaron trabajando en mayor número en áreas “tradicionales” de la economía.

7 El discurso sobre la mujer que imperaba en el siglo XIX, planteaba una resistencia a considerarla como trabajadora. Se concebía la división sexual del trabajo como una división “natural” entre las ocupaciones de los hombres y las mujeres que establecía una reconocida oposición para ellas entre lo público y lo privado; el hogar y el trabajo, entre la maternidad y el trabajo asalariado, entre feminidad y productividad. La mentalidad establecía una oposición entre la domesticidad y la productividad, y pese a que la necesidad se imponía sobre los ideales, éstos si operaban sobre las mujeres, produciendo que ellas aceptaran como “natural” e inevitable el hecho de que siempre tendrían que ser empleadas de segunda clase, cuyos cuerpos, capacidades productivas y responsabilidades sociales las hacían incapaces del tipo de trabajo que les proporcionaría reconocimiento económico y social como trabajadoras de pleno derecho. Concepción del trabajo femenino.

8 El discurso no sólo desvalorizaba la actividad productiva de la mujer por fuera del hogar, sino que tampoco la actividad en la casa se consideraba un trabajo productivo. Sólo se enaltecía socialmente a la mujer por las funciones maternales y domésticas. El ideal femenino

9 La guerra junto con todo el sufrimiento y la soledad que implicó para las mujeres, también se constituyó en una experiencia de libertad y de responsabilidad sin precedentes, pues posibilitó una nueva valoración del trabajo femenino al servicio de la patria y significó también la apertura de nuevas oportunidades profesionales que antes estuvieron vedadas para las mujeres, pues la fuerza de la necesidad eliminó muchas de las barreras que establecían una separación entre los trabajos masculinos y los femeninos. Con la partida de los hombres a la guerra, las mujeres aprendieron a vivir solas y a hacerse cargo de sí mismas y del grupo familiar. Ellas toman conciencia de sus capacidades, del valor de la independencia económica y del valor de su trabajo, pues el trabajo que genera la guerra en la fábrica de armamento, es un trabajo bien pago, mucho mejor que los trabajos femeninos tradicionales. 1.2 LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: ¿La era de la mujer o el triunfo de la diferencia?

10 Durante las tres décadas siguientes a la segunda guerra mundial, en las familias occidentales, se produjo la introducción de los electrodomésticos y el proceso de industrialización de los alimentos, lo que aligera las tareas domésticas y libera tiempo a las mujeres para emplearlo en la producción de bienes y servicios. Se produce un cambio con respecto a loa valoración del trabajo femenino. Dos factores se conjugan para producir estos cambios: En primer lugar, una economía de consumo que promueve el trabajo femenino como fuente de ingresos para acceder a los objetos que a través de la publicidad prometen satisfacer los sueños de los consumidores. En segundo lugar, la sociedad de consumo al promover los valores del bienestar, del ocio, de la felicidad individual, ha descalificado la ideología sacrificial implícita en el modelo de la “perfecta ama de casa”. 1.3 La cultura del bienestar: La promoción del consumo derrumba el modelo del ama de casa.

11 La Revolución Francesa provoca un cambio decisivo en la historia de las mujeres, pues fue la ocasión de un cuestionamiento sin precedentes de las relaciones entre los sexos. Los antiguos principios de: sumisión, jerarquía y paternidad son sustituidos con la Revolución francesa por tres nuevos principios: libertad, igualdad y fraternidad. La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 promulgada en Francia, reconoce a todo individuo el derecho imprescriptible a “la libertad, la seguridad y la resistencia a la opresión”. 2. LA PROMULGACIÓN DE LA IGUALDAD DE DERECHOS. 2.1 De los derechos humanos a los derechos de las mujeres

12 La Revoluci ó n dio a las mujeres la idea de que no eran ni ñ as. Les reconoci ó una personalidad civil que el Antiguo R é gimen les negaba y las mujeres se convirtieron en seres humanos completos, capaces de gozar de sus derechos y de ejercerlos. ¿ C ó mo?, convirti é ndose en individuos ”. También reconoce “toda mujer, al igual que todo hombre, es libre en sus opiniones y en sus elecciones, y tiene asegurada la integridad de su persona y de sus bienes”. Este discurso igualitario adquiere su expresi ó n en nuevas leyes que modifican la posici ó n de las mujeres frente al derecho.

13 Inspirada fielmente en el modelo de la Declaraci ó n de los derechos del hombre y del Ciudadano, Olympe de Gouges, publica en 1789 La Declaraci ó n de la mujer y de la ciudadana. Al feminizar expl í cita, casi obsesivamente, la Declaraci ó n de 1789, desenmascara las exclusiones impl í citas y denuncia con toda claridad que el universalismo de los derechos es una supercher í a y que, con la ficci ó n de hablar en nombre de la humanidad entera, habla tan s ó lo del sexo masculino. Dos a ñ os m á s tarde, es condenaba a morir en la guillotina y pagar á con su vida su compromiso pol í tico a favor de las mujeres.

14 Los antifeministas del siglo siguiente no dejar á n de tener raz ó n cuando sostengan que la Revoluci ó n al desestabilizar el matrimonio y el orden dom é stico, abri ó la caja de Pandora de las reivindicaciones pol í ticas de las mujeres. Quien puede elegir su marido y divorciarse, puede pretender, sin duda, en la multitud, elegir su gobernante. Pero muchos de los que defend í an abiertamente la promulgaci ó n del sufragio universal, y pensaban que hasta el m á s humilde campesino deber í a participar de las bondades de la democracia, retroced í an en é rgicamente ante la idea de que las mujeres accedieran al derecho al voto. La lucha por el voto femenino.

15 De 1831 a 1834 en Francia, las mujeres adelantaron una campa ñ a a favor del divorcio, pero la lentitud de la reforma probaba la necesidad de reconocer el derecho del voto a las mujeres para que pudieran hacer o í r sus intereses. Hacia finales del siglo, las mujeres alcanzan la convicci ó n de que s ó lo el desarrollo de su propio movimiento las llevar í a a conquistar sus derechos. De esta manera el derecho al sufragio se convierte en el eje m á s importante de la lucha feminista durante el cambio de siglo. Noruega fue la primera naci ó n europea que consagr ó la igualdad pol í tica. Aqu í el movimiento hab í a comenzado en 1830 y en 1910 se establece el sufragio universal y las mujeres gozan de todos sus derechos c í vicos.

16 Como resultado de las luchas feministas y el acceso de las mujeres al profesorado, las mujeres pueden alcanzar la ense ñ anza superior en las universidades creadas por fundaciones privadas. En 1848, en Nueva Inglaterra se abre la primera facultad de medicina para mujeres y de 1865 a 1885 se crean los grandes colegios universitarios femeninos. Es importante observar que para ejercer una aut é ntica profesi ó n, las mujeres tuvieron que pelear oficio por oficio, ante los tribunales y los legisladores a fin de vencer la resistencia masculina, pues en general, la mujer deb í a solicitar el acuerdo del marido para ejercer una profesi ó n. S ó lo hasta fines del siglo XIX, todas las profesiones se hacen accesibles a las mujeres.

17 Las feministas son objeto de burlas y s á tiras. El miedo frente a las mujeres que recib í an alguna educaci ó n es exorcizado con la s á tira. Imagen humor í stica en la que las mujeres aparecen poderosas y fuertes contrastando con la debilidad del hombre. El miedo a la mujer educada.

18 A las mujeres en cuyo trabajo pod í a percibirse el genio se las declaraba anormales o, en el mejor de los casos, asexuadas, ya que los atributos de la feminidad se opon í an diametralmente a los del genio. En la medida en que una mujer aspiraba a la grandeza art í stica, se supon í a que traicionaba su destino dom é stico. Los hombres creaban obras de arte originales, mientras que las mujeres se recreaban a s í mismas en los hijos. Litograf í a sobre George Sand

19 Junto con el esplendor material, la sociedad norteamericana promueve tambi é n un modelo de vida y un modelo de mujer, que tiende cada vez m á s a reducir el tama ñ o de la familia. En 1917 en Estados Unidos, la enfermera Margaret Sanger, abri ó el primer dispensario norteamericano de control de la natalidad como una reacci ó n ante la muerte de su madre, que muere al dar a luz a su und é cimo hijo. Ella promovi ó el m é todo del control femenino del diafragma, lo que constituy ó un importante progreso en el campo del control de la anticoncepci ó n. El doctor Gregory Pincus, un famoso bioqu í mico, que era especialmente sensible al argumento de los peligros de la superpoblaci ó n mundial, decide llevar a cabo las investigaciones para conseguir un anticonceptivo oral. En 1955 logra la elaboraci ó n de un producto inhibidor de la ovulaci ó n y en 1960, ya estaba a la venta en Estados Unidos, el primer anticonceptivo oral. 3.EL DESCUBRIMIENTO DE LOS ANTICONCEPTIVOS: La posibilidad de separar la sexualidad y la reproducci ó n.

20 Al desligar a la mujer de la obligaci ó n de engendrar, estall ó en pedazos la ecuaci ó n milenaria “ mujer=madre ”, que se cre í a eterna porque estaba arraigada en lo m á s profundo de la naturaleza biol ó gica. Lo que parec í a ser un derecho exclusivamente femenino y una etapa decisiva hacia la igualdad de sexos, fue, en realidad, el inicio de una nueva era que sobrepasaba de lejos, la problem á tica femenina. La Venus del Espejo. Conocida como diosa del amor sensual.


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