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Tema 4 Evangelizadores con Espíritu

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Presentación del tema: "Tema 4 Evangelizadores con Espíritu"— Transcripción de la presentación:

1 Tema 4 Evangelizadores con Espíritu

2 1. ORACIÓN INICIAL. Padre, Hijo y Espíritu Santo, fuente de vida y santidad, nos llamas a la fe y confianza. Renueva en tu Iglesia la gracia de Pentecostés y la Buena Nueva de Jesucristo para que Él sea proclamado con sabiduría, valor y fuerza.

3 1. ORACIÓN INICIAL. A través de la palabra y el Sacramento abre nuestro corazón a tu Gracia. Envía tu Santo Espíritu para que seas conocido y amado por todos. En tu amorosa misericordia reúne a la familia humana a la unidad de tu Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica.

4 1. ORACIÓN INICIAL. Santa María Virgen, intercede por nosotros, para que vivamos para proclamar a Jesucristo, el Camino, la Verdad y la Vida. Amén

5 2. EXPERIENCIA DE VIDA.

6 3. ILUMINACIÓN DOCTRINAL (Evangelii gaudium nn. 259-288).

7 Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo. En Pentecostés, el Espíritu hace salir de sí mismos a los Apóstoles y los transforma en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno comienza a entender en su propia lengua.

8 I. Motivaciones para un renovado impulso misionero.
Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que oran y trabajan. Desde el punto de vista de la evangelización, no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón.

9 El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva.
La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más. Pero ¿qué amor es ese que no siente la necesidad de hablar del ser amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? No se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo.

10 El gusto espiritual de ser pueblo.
Para ser evangelizadores de alma también hace falta desarrollar el gusto espiritual de estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que eso es fuente de un gozo superior. La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu. Algunas personas no se entregan a la misión, pues creen que nada puede cambiar y entonces para ellos es inútil esforzarse. Con esa actitud se vuelve imposible ser misioneros. Tal actitud es precisamente una excusa maligna para quedarse encerrados en la comodidad, la flojera, la tristeza insatisfecha, el vacío egoísta.

11 Si pensamos que las cosas no van a cambiar, recordemos que Jesucristo ha triunfado sobre el pecado y la muerte y está lleno de poder. Jesucristo verdaderamente vive. Para mantener vivo el ardor misionero hace falta una decidida confianza en el Espíritu Santo, porque Él «viene en ayuda de nuestra debilidad» (Rm 8,26). La fuerza misionera de la intercesión. Hay una forma de oración que nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás: es la intercesión.

12 II. María, la Madre de la evangelización.
Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a los discípulos para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización.

13 El regalo de Jesús a su pueblo.
En la cruz, cuando Cristo sufría en su carne el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo. En ese crucial instante, antes de dar por consumada la obra que el Padre le había encargado, Jesús le dijo a María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego le dijo al amigo amado: «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19,26- 27). Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María.

14 A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial. Ella es la mujer de fe, que vive y camina en la fe, y «su excepcional peregrinación de la fe representa un punto de referencia constante para la Iglesia». Ella se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad.

15 Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia
Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.

16 4. DINÁMICA - COMPROMISO.

17 5. ORACIÓN FINAL.

18 Parroquia de pabellón de Guadalupe misiones parroquiales 2014


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