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La Biblia nos ofrece el ejemplo de dos personas extraordinarias

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Presentación del tema: "La Biblia nos ofrece el ejemplo de dos personas extraordinarias"— Transcripción de la presentación:

1 La Biblia nos ofrece el ejemplo de dos personas extraordinarias
FE COMO PROYECTO VITAL La Biblia nos ofrece el ejemplo de dos personas extraordinarias que muestran cómo se puede avanzar, con la ayuda de Dios, en el camino de la fe: Abraham al comienzo de la historia de la Revelación y, por consiguiente, de la fe, y María, en la plenitud de los tiempos. Abraham vino a ser el “padre de todos los creyentes” (Rm 4, 11). Abraham no ve: se dirige hacia una tierra que no conoce. Sigue a Dios, tal como Él quiere y adonde Él ha determinado. La fe le lleva también a una actitud de íntimo abandono en Dios. Abraham sigue con firmeza y perseverancia las indicaciones divinas, incluso cuando Dios le manda que sacrifique a Isaac.

2 FE COMO PROYECTO VITAL A la plenitud de la Revelación, que se alcanza en Cristo, corresponde una plenitud en la respuesta de la fe: se da en María, la Madre del Redentor. María acoge, con plena confianza, el anun- cio y la promesa que le trae el ángel Gabriel. Se abandona, como Abraham, en la omnipo- tencia divina. María vive constantemente disponible para realizar los planes divinos. Acompaña fielmente a Jesús durante toda su existencia terrena y hasta la cruz. Sólo a quien se siente auténticamente libre, no le molesta ser “esclava”.

3 FE COMO PROYECTO VITAL María, “obedeciendo, se convirtió en causa de la salvación para sí misma y para todo el género humano” (San Ireneo, Adversus haereses, III, 22, 4). Con su fiat, ha cambiado su existencia personal y la de todos nosotros. Vemos en ella que la fe es un saber intrínsecamente operativo: lleva a cambiar el mundo y, con la gracia de Dios, se muestra en obras que son auténticamente liberadoras, para uno mismo y para los demás hombres.

4 FE COMO PROYECTO VITAL La fe implica un “riesgo”, significa abandonar antiguas seguridades e implica un cambio radical de conducta. Este cambio es posible porque el creyente no cuenta sólo con sus propias fuerzas. Se entre- ga a Dios y pone toda su confianza en Él. “Entablar diálogo con Dios significa dejarse en- cantar y conquistar por la figura luminosa de Jesús revelador y por el amor del Padre que le ha enviado. Y en esto precisamente consiste la fe” (Juan Pablo II, Discurso, ). El creyente quiere conocer y amar cada vez más a Dios. San Agustín: “nos creaste, Señor, para Ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti”.

5 FE COMO PROYECTO VITAL “El divorcio entre la fe que se profesa y la vida cotidiana de muchos se ha de contar entre los más graves errores de nuestro tiempo” (Gaudium et spes, 43). 1 La vida de fe es una vida de amor con Cristo. Su intimi- dad nos lleva a su imitación. Así, el cristiano es llamado a expresar su amor a los hombres, en actos de compren- sión, solidaridad y servicio abnegado. “La fe obra por la caridad” (Ga 5, 6). 2 La fe es un acto personal, pero no aislado. Hace que la persona salga de sí misma y entre en la Iglesia, que es la gran comunidad de los creyentes. El Dios Uno y Trino quiere que no sólo digamos creo, sino también creemos. 3

6 FE COMO PROYECTO VITAL, 6 Creo significa que la fe es una opción libre, responsable e intransferible de cada hombre. Creemos expresa que nadie puede creer por sí solo. El hombre no encuentra por sí mismo la Revelación de Dios, como si se tratara de un hallazgo que es resultado de su búsqueda individual, sino que la recibe en el seno de la comunidad de los creyentes. CCE 181: “Creer es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe”.

7 FE COMO PROYECTO VITAL Nadie se ha dado a sí mismo la fe: cada uno la ha recibido de quienes han creído antes que él. Asimismo, nadie puede guardar la fe para sí solo. Cada uno de los cristianos es un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Cada uno es sostenido en su fe por todos aquellos que creen juntamente con él. Un cristiano solo no es cris- tiano. Cada uno está necesitado de la comunidad de los creyentes, y cada uno es, a su vez, responsable de esta comunidad.

8 FE COMO PROYECTO VITAL Cada cristiano es llamado a ser testigo del amor y de la misericordia de Dios y a entregar su vida en servicio de los demás. Su modelo es Cristo, que nos ha revelado el misterio divino más profundo: Dios es aquel que se entrega sin reservas ni medidas, “hasta el fin” (Jn 13, 1). Nos invita a hacer lo mismo. “No hay alma que no interese a Cristo. Cada una de ellas le ha costado el precio de su sangre” (Amigos de Dios, 256). Al vivir su fe, el cristiano no sólo construye su propia existencia, sino que, al mismo tiem- po, edifica la comunidad de los cre- yentes.

9 La labor ecuménica busca la unidad de todos los cristianos.
CIRCULOS DE DIALOGO No sólo los católicos son cristianos sino todos los que han sido bautizados, “los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador” (Unitatis redintegratio 1). En el curso de la historia, muchas comu- nidades cristianas se separaron de la Iglesia católica. Importancia especial: cisma de Oriente (1054) y Reforma en Occidente (a partir del siglo XVI). La labor ecuménica busca la unidad de todos los cristianos.

10 CIRCULOS DE DIALOGO, 2 La única Iglesia de Cristo “subsiste en la Iglesia católica” (Dignitatis humanae 1; Unitatis redintegratio 4). La Iglesia de Cristo está realizada en su plenitud en la Iglesia católica y en parte también en las otras Iglesias cristianas, en las que se encuentran elementos de verdad y bondad. La preocupación por la unidad de los cristianos es algo esencial y necesario que pertenece al corazón de la Iglesia: no es un añadido.

11 CIRCULOS DE DIALOGO, 3 Juan XXIII, Alocución, : “La Iglesia quiere mostrarse como una Madre llena de amor, bondad y paciencia... hacia sus hijos separados”. Puede ser que otras comunidades cristianas la ayuden a renovarse, a llegar a ser cada vez más plenamente lo que es. En este sentido, no sólo quiere orientar a los demás, también quiere aprender de ellos. La labor ecuménica es de suma importancia para la labor misionera. Hay que “buscar y encontrar los caminos por los que un día pueda realizarse plenamente la voluntad de Cristo: ‘que todos sean uno - para que el mundo crea’ (Jn 17, 21)” (Pablo VI, ).

12 CIRCULOS DE DIALOGO, 4 Por eso, es preci- so superar las enemistades del pasado y esforzar- se por alcanzar una mutua com- prensión. Las tres religiones monoteístas están unidas entre sí por su origen común en Abraham. La Iglesia abraza también a todas las demás religiones y “nada rechaza de lo que... (en ellas) hay de verdadero y santo” (Nostra aetate 2). Dos extremos: 1) negar la salvación de quienes no pertenecen visi- blemente a la Iglesia; 2) afirmar que todas las religiones tienen el mismo valor veritativo (Jesucristo no sería imprescindible para la salvación).

13 CIRCULOS DE DIALOGO Una adecuada teología de las religiones no puede pasar por alto el problema de la verdad. Comisión Teológica Internacional, El cristianismo y las religiones 13: “Afir- mar que todas (las religiones) son verdaderas equivale a declarar que todas son falsas”. Lo propio de la fe cristiana consiste justa- mente en que nos dice la verdad sobre Dios y el hombre, y que es la religión verdadera. Hay una única verdad y una única Iglesia, que es la Iglesia de Jesucristo (cf. CDF, Dominus Iesus, ).

14 Todos los hombres están ordenados a Dios: to-
dos han sido creados a imagen suya y están lla- mados a unirse con Él para toda la eternidad. El Espíritu puede actuar en todas las religiones: en cada una pueden encontrar- se huellas de verdad y bondad. PERO las religiones no poseen autonomía salvífica: no salvan por sus propias fuerzas. En cuanto que acercan a los hombres a la salvación, no pueden considerarse separadas de Jesucristo: es el Espíritu de Cristo que actúa en ellas. Cuando los no cristia- nos son salvados, se unen a Cristo y también al misterio de su Cuerpo, que es la Iglesia. Participan en el misterio eclesial, del modo que sólo Dios conoce.

15 CIRCULOS DE DIALOGO, 7 Las relaciones entre los cristianos y los no cristianos son funda- mentalmente distintas a aquellas que guardan los cristianos entre sí. El movimiento ecuménico tiende hacia la plena comunión de los que ya perte- necen formalmente a la Iglesia de Cristo. El movimiento hacia las otras religiones no puede pretender la unión. Se debe anunciar a Cristo a los no cristianos y, al mismo tiempo, hace falta un profundo respeto hacia las creencias de cada persona.

16 “Muchos de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna
TF 84 de 94 CIRCULOS DE DIALOGO, 8 “Muchos de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión íntima y vital con Dios o la rechazan explí- citamente, hasta el punto que el ateísmo debe ser considerado entre los problemas más graves de esta época” (CCE 2123). El ateísmo puede ser teórico o práctico. El teórico incluye siste- mas especulativos sobre la no existencia de Dios y es propio de los dos últimos siglos en Occidente. Dios no sería una realidad trascendente, sino el mismo mundo (panteísmo), o la proyección de los deseos y necesidades humanas (Feuer- bach), o el opio del pueblo (Marx), o un resen- timiento de frustrados (Nietzsche), o la ilusión de una conciencia infantil (Freud), etc..

17 CIRCULOS DE DIALOGO El ateísmo práctico es un rasgo muy característico de nuestro tiempo. Es un comportamiento que responde a la convicción atea y excluye toda referencia a la religión. El problema de Dios sen- cillamente no interesa: no preocuparse del porqué de la vida, del sentido de la existencia. Pero cuando falta la relación con Dios, en el fondo, nada tiene sentido, todo es absurdo y carece de importancia, también el hecho de buscar una respuesta. En un mundo ateo, la angustia constituye la experiencia filosófica fundamental (Sartre), y el suicidio el único problema verdadero (Camus).

18 El ateísmo teórico puede ser visto como la consecuencia
extrema de la fractura entre razón y fe que ha ido gestán- dose paulatinamente en la cultura occidental. Pero no sólo hay motivos intelectuales de la increencia, sino también actitudes morales que llevan a ella, y que se facilitan en el ambiente de nuestras sociedades consumistas. A Ejemplos de motivos no intelectuales que pueden llevar al ateísmo: estrés o cansancio crónico o dureza de la vi- da profesional impiden la tranquilidad de reflexionar sobre las grandes cuestiones de nuestra existencia; exi- gencias exageradas de la industria del ocio; exceso de información que impide pensar; en muchas sociedades, bienes materiales abundantes que pueden esclavizar- nos; etc.. B

19 CIRCULOS DE DIALOGO, 16 La verdad, más que algo, es alguien: es Cristo. Es una Persona por la que nos dejamos poseer. Es un proceso sin fin, una “conquista” sucesiva. Debemos profundizar siempre en la verdad y buscarla también en el diálogo con los demás, dispuestos a aprender de ellos. Los “otros” pueden ayudar realmente a ser un cristiano mejor. Pablo VI, Ecclesiam suam 80: “el clima del diálogo es la amistad”. Una cultura de diálogo presupone una disposición personal a renovarse, un respeto sincero hacia la persona del otro y la decisión valiente por dejar atrás viejos prejuicios y pro- fundizar en la verdad.

20 CIRCULOS DE DIALOGO “La verdad no se impone sino por la fuerza de la misma verdad” (Dignitatis humanae 1). La Iglesia condena “todo tipo de acciones que puedan tener sabor a coacción o persuasión deshonesta o menos recta” (Idem 4). “El diálogo no puede basarse en la indiferencia religiosa. (...) No debemos temer que pueda constituir una ofensa a la identidad del otro lo que, en cambio, es anuncio gozoso de un don para todos, y que se propone a todos con el máximo respeto a la li- bertad de cada uno: el don de la Revelación del Dios-Amor, que ‘tanto amó al mundo que le dio su Hijo unigénito’ (Jn 3, 16)” (Novo Millennio Ineunte 56).


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