DECALOGO DE UN FUTBOLISTA Alfredo Chaverra Martínez Natalia I.E. Alfredo Cock Arango
O Definición. Sea la superficie que sea. O Desmarque. El partido del delantero centro se convierte en un constante baile sin balón entre los defensores. O Juego de espaldas. Es necesario para el equipo que su máxima referencia ofensiva sea capaz de proteger el balón y soltarlo de cara.
O Juego aéreo. Delanteros suelen ganar cada pelota disputada De esta forma, el resto del equipo puede beneficiarse de segundas jugadas y sorprender al conjunto rival. O Tranquilidad en el mano a mano. El delantero centro posee, o debería, la suficiente templanza como para dominar los nervios, esperar la salida del portero y detectar el hueco por el que colarle la pelota con un toque sutil. O Intuición y colocación. Prever dónde va a ir el balón y adelantarse al defensor forma parte de los instintos básicos de un depredador del área.
O Ambición y liderazgo. Un buen goleador es por antonomasia el símbolo del equipo, y salvo casos puntuales como el de Cristiano Ronaldo, o el de la reconversión de Messi, se corresponde con el delantero centro. Todos sus compañeros le buscan en los tramos difíciles del encuentro porque toma la responsabilidad y contagia a los suyos. O Explosión y rapidez. La clave del punta es ganar en dos metros el espacio suficiente para meter el gol. Un físico potente contribuye a la arrancada y te mantiene en pie si hay un choque de por medio. O Trabajo en equipo. Los terrenos de juego se han convertido en un tablero de batalla sobre el que los entrenadores disponen sus piezas y todas tienen una doble función ofensiva y defensiva.
O Juego al primer toque. Rodeado de contrarios y en un espacio reducido, menos toques suele ser sinónimo de mayor efectividad. Golpear de primeras requiere de mucha precisión, pero es un riesgo que merece la pena ser asumido.
ESTRATEGIA