EG 27 Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que: la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida Como decía Juan Pablo II a los Obispos de Oceanía, «toda renovación en el seno de la Iglesia debe tender a la misión como objetivo para no caer presa de una especie de introversión eclesial»

TENSIÓN EVANGELIZACIÓN – AUTOPRESERVACIÓN MISIÓN – CONSERVACIÓN ANUNCIO – PROSELITISMO CRECER – ENGORDAR SALIR - ESPERAR

Objetivo de la renovación “que todas nuestras parroquias se vuelvan misioneras” (DAp 173, cf. 171).

La Parroquia es la instancia evangelizadora “primaria” porque es la célula, el rostro, de la diócesis

EG 28 La parroquia no es una estructura caduca; Tiene una gran plasticidad, puede tomar formas muy diversas que requieren la docilidad y la CREATIVIDAD MISIONERA Supone una GESTIÓN CREATIVA RESPONSABLE: LA COMUNIDAD Y SU PÁRROCO

Constatación tenemos que reconocer que el llamado a la revisión y renovación de las parroquias todavía no ha dado suficientes frutos en orden a que estén todavía más cerca de la gente, que sean ámbitos de viva comunión y participación, y se orienten completamente a la misión.

CRITERIOS de RENOVACIÓN Cercanía física y existencial a la gente Identidad como lugar de comunión y participación: UNA VERDADERA COMUNIDAD Orientación completa a la misión: EN SALIDA

PREGUNTA ¿CONCRETAMOS EN NUESTRAS PARROQUIAS ESTOS TRES ÁMBITOS? ¿De qué manera si o no?

La parroquia… Alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, Santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando. Centro de constante envío misionero. Ámbito de viva comunión y participación. Orientada completamente a la misión.

Acciones de la parroquia Testimoniar Signo e instrumento Comunicar Educar Vivir Acompañar … en un contexto particular El mensaje de Jesucristo

Dinámica de la parroquia en clave misionera Ir Reunir Enviar Primerear: tomar la iniciativa Involucrarse: meterse entre la gente Acompañar: procesos, no eventos Ser fecunda: engendra y da vida en COMUNIDAD Festejar

PREGUNTA ¿CUÁL O CUÁLES VERBOS NECESITAN ACTIVAR MÁS NUESTRAS PARROQUIAS? Si son varios póngalos en orden de prioridad

Elementos comunes En permanente formación (formando y siendo formada). Lugar de encuentro con Cristo. Comunidad de comunidades. Expresión comunitaria de salvación. En permanente escucha, difusión y celebración de la Palabra de Dios. Comunidad “en salida”. Sacramento del Reino: instauradora del Reino (lugar de esperanza). Eucarística: con una pastoral que gira alrededor del sacramento de la Eucaristía. Una comunidad “samaritana”: preocupada por la dimensión trascendente del ser humano y por sus necesidades concretas. Cercana a la vida de las personas y atenta a sus gozos, problemas y necesidades concretas. Con solicitud especial por los pobres, débiles, últimos, excluídos. Con la tarea de “hacer cristianos” en comunión, asegurando la iniciación cristiana y procesos de maduración en la fe. En permanente formación (formando y siendo formada). Promotora de dones, carismas y ministerios nuevos. Con los adultos como principales interlocutores. Formadora de laicos misioneros desde su índole secular. Con la Familia al centro de su actividad pastoral: FAMILIA AGENTE Y DESTINATARIA. Atenta a la diversidad cultural y al pluralismo religioso. En procura de dar respuestas a la compleja cultura actual. Acogedora: Casa de todos. Comunidad de reconciliación y misericordia. Participativa: miembros corresponsables. En red: trabajando en referencia a la diócesis y no de manera autorreferencial; desarrollando una verdadera Pastoral de Conjunto.

Ejes transversales Eje de comunión: la eclesiología de comunión. Eje socio-antropológico-cultural: criterio “kenótico” e inculturizador Eje cristológico-eucarístico Eje evolutivo-madurativo de la fe cristiana Eje escatológico-transformador: el Reino como horizonte.

Imágenes de la parroquia misionera CASA DE COMUNIÓN ESCUELA DE VIDA CRISTIANA FAMILIA EUCARÍSTICA SACRAMENTO DEL REINO

Casa de comunión Acoger/Hospedar Escuchar Ofrecer Casa abierta a todos – Cada uno con su vida a cuestas (EG 47) Escuchar Comunitaria y comunicativa Pastoral de conjunto Discernimiento comunitario Centralización subsidiaria Ofrecer Cristo Diálogo – Inculturación – Traducción En los espacios vitales (afectivos-trabajo-descanso)

Escuela de Vida Cristiana “… hacer discípulos”  INICIACION CRISTIANA No iniciación A los sacramentos Iniciación A TRAVES de los sacramentos Principalmente a los adultos Comunidad KERIGMATICA Catequesis Antropológico-CRISTOLOGICO Método bíblico-histórico-existencia “… fe operante en el amor”

Familia eucarística EUCARISTIA: pastoral “eucarística” Pastoral bautismal  Pastoral eucarística Sacerdote-profeta-rey  Martyria-Leitourgia-Diakonia-Koinonia Pastoral del domingo Pastoral a la familia, desde la familia, con la familia.

Sacramento del Reino Signo Instrumento Salvación De esperanza De vida De transformación liberadora Atención especial a los más pobres y necesitados Salvación Desde una visión integral de la persona humana

ESTRUCTURA DEL PROCESO EVANGELIZADOR ACCIÓN MISIONERA ACCIÓN CAT-INICIATORIA ACCIÓN PASTORAL - ENCUENTRO CON JESUCRISTO - CONVERSIÓN El proceso se compone de tres acciones interrelacionadas entre sí: MISIONERA, CATEQUÉTICO-INICIATORIA y PASTORAL. La acción misionera tiene como propósito el ENCUENTRO CON JESUCRISTO y la CONVERSIÓN; la acción catequético-iniciatoria tiene como propósito el DISCIPULADO; y la acción pastoral la COMUNIÓN y la MISIÓN. Las acciones se articulan por medio del eje transversal FAMILIA, y se dinamizan a través del KERIGMA y la PALABRA DE DIOS. Familia, Kerigma y Palabra de Dios deben estar presentes en todo momento del proceso. - COMUNIÓN - MISIÓN - DISCIPULADO

Discipulado misionero Discípulo misionero = SER JESÚS Ser Jesús = ASUMIR LA MISIÓN DE JESÚS “como el Padre me envió así los envío yo a Ustedes” Paradigma = Iniciación Cristiana Encuentro – Discipulado – Comunión/Misión

Encuentro Se busca a una PERSONA que transforma, que hace nacer de nuevo Renovación pemanente = CONVERSIÓN LA FE NACE DE UNA EXPERIENCIA: “VENGAN Y VEAN” ¿Qué experiencia ofrecemos en nuestras parroquias? Fuera de las que ofrecen los grupos y movimientos.

Claves del Encuentro Testimonio personal Testimonio comunitario Dimensión social - transformación

Contenido = Kerigma No es discurso Testimonio pascual del evangelizador = experiencia – YO REVOLCADO POR EL RESUCITADO El Señor Jesús me hace transparencia de él: UN CRUCIFICADO-RESUCITADO PARA SERVIR Y EDIFICAR LA COMUNIDAD Es Jesucristo crucificado que los Corintios vieron en Pablo: débil – tímido - tembloroso

Kerigma Testigo Contenido Comunidad

Condiciones previas Acercamiento físico y existencial: Diálogo Espacios afectivos Ambiente laboral Descanso Diálogo Acogida y hospitalidad La vida afectiva gira alrededor del “problema” del amor, del amar y ser amados, y se expresa de diversos modos en la vida personal. No se trata de un único modo de amor, sino de los diferentes niveles del mismo. No se puede obviar la necesidad del eros, del placer, del instinto en la vida de cada persona; no se puede obviar la necesidad del ágape como sublimación de la persona. Esta experiencia del amor no se puede reducir al plano de pareja o familiar, sino que requiere una visión más amplia. Acompañar a las personas en su dimensión afectiva requerirá de paciencia y cercanía, pues el amor en sí mismo es siempre un misterio. Cada instante de la vida afectiva debería ser convertido en momento de “contemplación” del Amor-SER que es Dios. El matrimonio, el noviazgo, el nacimiento de un hijo, el embarazo, la muerte de una persona querida, la crisis de pareja, las crisis del crecimiento, la educación de los hijos, antes que un momento de intervención psicológica, debería ser un momento de contemplación del Misterio. Creo que dentro de este marco de los afectos es importante, por no decir urgente, para una parroquia misionera atender con cuidado y cariño a los matrimonios en situación irregular. Probablemente es una situación que requiera todavía una reflexión más profunda al interno de la Iglesia, pero mientras tanto, la condición inclusivista de la parroquia misionera deberá desarrollar una pastoral de atención e integración de estos hermanos nuestros, en donde la gracia de Dios sigue actuando. No para ofrecerles una alternativa paralela, ni para crear un “grupo separado”, que en muchos casos los haría sentirse todavía más excluidos, sino para que se sientan parte del proyecto de Dios y de su don de salvación. El otro espacio vital importante es aquel del trabajo. El trabajo refiere a toda la índole creativa del ser humano, pero también a su dimensión material y económica, como fuente de subsistencia. La parroquia no puede substraerse de este ambiente, deberá por el contrario inserirse en él mismo, a fin de acompañar las fatigas y luchas de los hijos de Dios. El apoyo a iniciativas de asociación, la ayuda espiritual y concreta para aquellos que no tienen trabajo, la creación de iniciativas que ayuden a las personas a impulsarse en empresas de tipo personal, etc, deberían formar parte de los proyectos pastorales de toda parroquia misionera. El trabajador, entiéndase el empleado y el patrono, necesitan del evangelio para convertir su actividad en un acto humano y no caer en las garras de una economía deshumanizante y consumista que pone al lado la persona humana. Se requiere, por tanto, una antropología de base que permita poner en práctica los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, así como una educación a la virtud y a la dignidad tanto de parte del empleado como del patrono. El descanso es el otro espacio vital importante de resaltar. No se puede construir un mundo “artificial” para las personas y pretender conducirlas a él como respuesta a sus inquietudes; se debe “bajar” a su cotidianidad y ayudarles a descubrir la historia de salvación que se realiza en sus vidas, en otras palabras, hacer de sus vidas un lugar de encuentro con Jesús.

Diálogo El acercamiento deberá hacerse con una actitud permanente de diálogo. El diálogo deberá, entonces, caracterizar todas nuestras acciones evangelizadoras. “El diálogo es un camino para el Reino”, decía San Juan Pablo II (RM 57). El diálogo tiene un fundamento teológico, “Dios, en un diálogo que dura a lo largo de los siglos, ha ofrecido y sigue ofreciendo la salvación a la humanidad. Para ser fiel a la iniciativa divina, la Iglesia debe entrar en diálogo de salvación con todos” (DA 38). Dialogar no es sólo comunicar “alguna cosa” al otro, sino comunicar algo de uno mismo. Significa testimoniar aquello que sostiene y conserva mi vida, aquello que es importante para mí, aquello que constituye mi salvación y mi felicidad. El diálogo es por sí mismo testimonio. Y el testimonio es ya anuncio. El diálogo no nace de una táctica o estrategia proselitista, sino que es una actividad con motivaciones, exigencias y dignidad propias: “es exigido por el profundo respeto hacia todo lo que en el hombre ha obrado el Espíritu, que “sopla donde quiere” (Jn 3, 8)” (Cfr. RM 56). El diálogo se dirige primeramente a la comprensión y al enriquecimiento mutuo de los interlocutores, no a la conversión. Durante el diálogo ambas partes permanecen conscientemente en su propia identidad (Cfr. Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2012).

Acogida y hospitalidad La Parroquia misionera es una parroquia inclusiva, no exclusiva. Su objetivo es ser “Casa abierta para todos”. Por eso se requiere dejar de pensar en parámetros de exclusión: ¡Basta de decirle a la gente que si no les gusta algo se vayan! ¡Basta de hacer “castas” entre los fieles y entre los diversos grupos humanos! ¡Basta de considerar “enemigos” a los que no piensan como yo! ¡Basta de procurar una uniformidad insostenible como Babel, en vez de la unidad en la diversidad de Pentecostés! La Parroquia misionera es el lugar donde todos se pueden sentir “amados y cuidados del Padre”, y a su vez también “amados y cuidados por la comunidad”. Es un lugar para la Reconciliación, no para el “juicio”, donde todos aprenden a valorizarse como hijos de Dios, pero también a valorizar a los otros como tal. Es el lugar donde las “”víctimas de las estructuras de pecado” adquieren conciencia de su situación y encuentran la luz para revertir su condición. El lugar para que “Zaqueo” entienda que su riqueza puede convertirse en instrumento de salvación, y para que el “paralítico” pueda tomar su camilla y andar; donde Lázaro y el rico son amigos; es el sitio donde todos se sienten “necesarios” y donde el “otro” deja de ser un anónimo para mí, para convertirse en mi hermano; donde “Caín” sabe en dónde está su hermano “Abel”; donde “toda parte del cuerpo” se sabe valiosa y respetada; donde la única meta es la construcción del Reino de Dios; donde el “que más sirve es el primero”; donde el “lavar los pies al hermano” es un honor; donde la “viuda pobre” es maestra y la “pecadora arrepentida” es ejemplo. El lugar donde hasta un “pagano” es capaz de decir que Jesús es “verdaderamente el Hijo de Dios”. La “hospitalidad” es una condición esencial de la parroquia misionera. Le exige abrirse al diálogo entre fe y cultura, y la impulsa al reto de proclamar a Cristo en una sociedad pluralista a fin de poder incidir en la complejidad de la sociedad actual. Pero más allá de la acogida, la parroquia deberá ser hospitalaria. Una hospitalidad que nace de la conciencia que todos los cristianos somos “extranjeros” en este mundo. Todo aquel que llegue a la Parroquia deberá sentirse como “parte de la familia”. No se trata únicamente de acoger al otro como un simple “invitado”, significa acogerlo con toda sus “circunstancias”, con su historia particular, con su modo de ver el mundo, pero ante todo como un hermano. Ninguno deberá sentirse “extranjero” en el territorio parroquial. Esta hospitalidad deberá ser un signo evidente sobre todo hacia aquellos que tienen un paradigma de vida diverso. De aquí la necesidad de un reconocimiento de la igualdad entre la personas que posibilite un ambiente verdaderamente tolerante en la parroquia, pero que también considere la diversidad como un proyecto de Dios para el mundo, y por ende como un valor necesario para el enriquecimiento humano. Una parroquia encerrada en sí misma sería una tumba que al tiempo comenzaría a apestar, por el contrario, una parroquia que permita el encuentro cultural y personal estará siempre fresca. Por eso la pastoral con el migrante, con el indígena, con el no autóctono, no se puede limitar a la asistencia e inserción social, deberá promover además el enriquecimiento mutuo. En la parroquia todos somos hermanos, y sólo Dios es Padre. Cfr. H. Windisch, «Il rinnovamento della pastorale parrocchiale nel mutamento della società: una prospettiva dall’ambito dei paesi di lingua tedesca», en Soravito Lucio – Bressan Luca (a cura di), Il rinnovamento della parrocchia in una società che cambia, Edizioni Messaggero Padova, Padova 2007, 103-105.

Discipulado El don recibido en el encuentro está llamado a crecer y madurar: LA FE Leer EG 165: Profundización del Kerigma Un encuentro que crece El alimento es LA PALABRA = Jesús mismo Escritura – Tradición – Liturgia – Magisterio Genera un proceso de maduración en la fe y discernimiento vocacional Clave catecumenal: Gradual Proporcional Vivencial

Comunidad Comunión – Misión Espacio privilegiado: Nombre : CRISTIANO Apellido: “MI COMUNIDAD” Espacio privilegiado: PARROQUIA y FAMILIA Nueva “sectorización” parroquial: LAS FAMILIAS