Ps Jaime Ernesto Vargas Mendoza Asociación Oaxaqueña de Psicología A. C. 2012
El Poder de la Paz es una estrategia para construir comunidades y organizar culturas incompatibles con la violencia, la amenaza y la coerción. A diferencia de muchos programas no probados para prevenir la violencia, la estrategia del Poder de la Paz se basa en el estado del arte de la investigación conductual, particularmente de la ciencia del análisis de la conducta. Esta investigación nos indica que una comunidad comprensiva que cuente con programas organizacionales puede reducir la violencia quizá un 50% y puede reducir la intensidad de la violencia restante, de la misma manera. La estrategia toca en lo profundo importantes aspectos de la sabiduría de los pueblos nativos de América, que se ha probado es considerablemente consistente con la ciencia del análisis de la conducta al reconocer la conexión esencial entre la gente y su mundo. El modelo completo del Poder de la Paz se ha diseñado para trabajar con grupos de niños, de adolescentes y de adultos. Se han hecho modificaciones para niños en los niveles de la educación elemental y pre escolar.
Muchos programas de prevención de la violencia se basan fundamentalmente en la estrategia de suprimir la violencia, pero fallan en proporcionar formas de comportamiento positivo como alternativas para los niños, los jóvenes y los adultos, que influyan en su mundo y que sean fuentes alternativas de empoderamiento personal, por eso no es raro que fracasen. Por el contrario, la estrategia del Poder de la Paz, enseña y apoya repertorios alternativos. Proyectos contextuales y ecológicos que se centran en producir cambios en las practicas culturales organizacionales, familiares, de interacción entre los amigos y en la convivencia comunitaria. De acuerdo a diversos estudios, como el US Surgeon General del 2001, estas son las más poderosas estrategias preventivas y de intervención disponibles.
Las cuatro prácticas culturales fundamentales para construir culturas no violentas son las siguientes: 1.Registrar y premiar las contribuciones positivas y los logros de los involucrados. 2.Actuar con respeto. 3.Compartir el poder, en la construcción de la comunidad. 4.Construir la paz. Para que esto resulte efectivo, estas prácticas necesitan ser una realidad día con día, utilizando herramientas y actividades basadas en la evidencia. Por ejemplo, a los niños pre escolares se les puede enseñar la siguiente regla: Compartir, no pelear, trabajar y jugar juntos.
REFERENCIA Mark A. Mattaini & Jane Addams (1999 – 2008) College of Social Work University of Chicago