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Curso: 3º Lectura 2: El mayor Tesoro Velocidad: 90 ppm INICIO En el país de las brujas, cada cuatrocientos años, se elegía a una nueva reina. Pero ser reina de las brujas era muy difícil porque para lograrlo, había que traer el mayor tesoro que no se pudiera comprar con oro. Todas las brujas que querían ser reina salieron volando a buscarlo. La bruja Tiberia salió con su amigo, el cuervo Emilio. Iban los dos volando sobre el mar cuando a Tiberia se le estropeó la escoba y tuvieron que detenerse en una isla. Pero no era una isla, era una ballena que se había quedado dormida. Con las voces, la ballena se despertó sobresaltada y salió nadando. Tiberia y Emilio fueron detrás de ella nadando y nadando. El fondo del mar estaba lleno de riquezas: árboles de coral, madreperlas sobre las rocas… Entones, el cuervo dijo: -¿Por qué buscamos a esa ballena? Tiberia le contestó: -Quiero hablar con ella para que me cuente viejas historias del mar. También quiero llevarla a la ciudad y mostrarle nuestro mundo. Entonces, la ballena que estaba escondida detrás de un iceberg, salió de su escondite y les dijo: -¡Claro que me gustaría ir con vosotros! En la ciudad, todas las brujas se preguntaban por qué habría traído Tiberia a una ballena. Llegó el momento de la elección: -¡Oíd, brujas! –dijo la vieja reina. Todos los tesoros que habéis traído se pueden comprar con oro: los diamantes, los trajes, las obras de arte…, ¡todo! En cambio, Tiberia ha traído el mayor tesoro: ¡una amiga! Y la amistad no puede comprarse con oro. Por tanto, Tiberia será nuestra nueva reina. Y así, en aquella noche mágica, la bruja Tiberia fue coronda reina.

Curso: 3º Lectura 2: El mayor Tesoro Velocidad: 120 ppm INICIO En el país de las brujas, cada cuatrocientos años, se elegía a una nueva reina. Pero ser reina de las brujas era muy difícil porque para lograrlo, había que traer el mayor tesoro que no se pudiera comprar con oro. Todas las brujas que querían ser reina salieron volando a buscarlo. La bruja Tiberia salió con su amigo, el cuervo Emilio. Iban los dos volando sobre el mar cuando a Tiberia se le estropeó la escoba y tuvieron que detenerse en una isla. Pero no era una isla, era una ballena que se había quedado dormida. Con las voces, la ballena se despertó sobresaltada y salió nadando. Tiberia y Emilio fueron detrás de ella nadando y nadando. El fondo del mar estaba lleno de riquezas: árboles de coral, madreperlas sobre las rocas… Entones, el cuervo dijo: -¿Por qué buscamos a esa ballena? Tiberia le contestó: -Quiero hablar con ella para que me cuente viejas historias del mar. También quiero llevarla a la ciudad y mostrarle nuestro mundo. Entonces, la ballena que estaba escondida detrás de un iceberg, salió de su escondite y les dijo: -¡Claro que me gustaría ir con vosotros! En la ciudad, todas las brujas se preguntaban por qué habría traído Tiberia a una ballena. Llegó el momento de la elección: -¡Oíd, brujas! –dijo la vieja reina. Todos los tesoros que habéis traído se pueden comprar con oro: los diamantes, los trajes, las obras de arte…, ¡todo! En cambio, Tiberia ha traído el mayor tesoro: ¡una amiga! Y la amistad no puede comprarse con oro. Por tanto, Tiberia será nuestra nueva reina. Y así, en aquella noche mágica, la bruja Tiberia fue coronda reina.

Curso: 3º Lectura 2: El mayor Tesoro Velocidad: 150 ppm INICIO En el país de las brujas, cada cuatrocientos años, se elegía a una nueva reina. Pero ser reina de las brujas era muy difícil porque para lograrlo, había que traer el mayor tesoro que no se pudiera comprar con oro. Todas las brujas que querían ser reina salieron volando a buscarlo. La bruja Tiberia salió con su amigo, el cuervo Emilio. Iban los dos volando sobre el mar cuando a Tiberia se le estropeó la escoba y tuvieron que detenerse en una isla. Pero no era una isla, era una ballena que se había quedado dormida. Con las voces, la ballena se despertó sobresaltada y salió nadando. Tiberia y Emilio fueron detrás de ella nadando y nadando. El fondo del mar estaba lleno de riquezas: árboles de coral, madreperlas sobre las rocas… Entones, el cuervo dijo: -¿Por qué buscamos a esa ballena? Tiberia le contestó: -Quiero hablar con ella para que me cuente viejas historias del mar. También quiero llevarla a la ciudad y mostrarle nuestro mundo. Entonces, la ballena que estaba escondida detrás de un iceberg, salió de su escondite y les dijo: -¡Claro que me gustaría ir con vosotros! En la ciudad, todas las brujas se preguntaban por qué habría traído Tiberia a una ballena. Llegó el momento de la elección: -¡Oíd, brujas! –dijo la vieja reina. Todos los tesoros que habéis traído se pueden comprar con oro: los diamantes, los trajes, las obras de arte…, ¡todo! En cambio, Tiberia ha traído el mayor tesoro: ¡una amiga! Y la amistad no puede comprarse con oro. Por tanto, Tiberia será nuestra nueva reina. Y así, en aquella noche mágica, la bruja Tiberia fue coronda reina.

Curso: 3º Lectura 2: El mayor Tesoro Velocidad: 180 ppm INICIO En el país de las brujas, cada cuatrocientos años, se elegía a una nueva reina. Pero ser reina de las brujas era muy difícil porque para lograrlo, había que traer el mayor tesoro que no se pudiera comprar con oro. Todas las brujas que querían ser reina salieron volando a buscarlo. La bruja Tiberia salió con su amigo, el cuervo Emilio. Iban los dos volando sobre el mar cuando a Tiberia se le estropeó la escoba y tuvieron que detenerse en una isla. Pero no era una isla, era una ballena que se había quedado dormida. Con las voces, la ballena se despertó sobresaltada y salió nadando. Tiberia y Emilio fueron detrás de ella nadando y nadando. El fondo del mar estaba lleno de riquezas: árboles de coral, madreperlas sobre las rocas… Entones, el cuervo dijo: -¿Por qué buscamos a esa ballena? Tiberia le contestó: -Quiero hablar con ella para que me cuente viejas historias del mar. También quiero llevarla a la ciudad y mostrarle nuestro mundo. Entonces, la ballena que estaba escondida detrás de un iceberg, salió de su escondite y les dijo: -¡Claro que me gustaría ir con vosotros! En la ciudad, todas las brujas se preguntaban por qué habría traído Tiberia a una ballena. Llegó el momento de la elección: -¡Oíd, brujas! –dijo la vieja reina. Todos los tesoros que habéis traído se pueden comprar con oro: los diamantes, los trajes, las obras de arte…, ¡todo! En cambio, Tiberia ha traído el mayor tesoro: ¡una amiga! Y la amistad no puede comprarse con oro. Por tanto, Tiberia será nuestra nueva reina. Y así, en aquella noche mágica, la bruja Tiberia fue coronda reina.

Curso: 3º Lectura 2: El mayor Tesoro Velocidad: 210 ppm INICIO En el país de las brujas, cada cuatrocientos años, se elegía a una nueva reina. Pero ser reina de las brujas era muy difícil porque para lograrlo, había que traer el mayor tesoro que no se pudiera comprar con oro. Todas las brujas que querían ser reina salieron volando a buscarlo. La bruja Tiberia salió con su amigo, el cuervo Emilio. Iban los dos volando sobre el mar cuando a Tiberia se le estropeó la escoba y tuvieron que detenerse en una isla. Pero no era una isla, era una ballena que se había quedado dormida. Con las voces, la ballena se despertó sobresaltada y salió nadando. Tiberia y Emilio fueron detrás de ella nadando y nadando. El fondo del mar estaba lleno de riquezas: árboles de coral, madreperlas sobre las rocas… Entones, el cuervo dijo: -¿Por qué buscamos a esa ballena? Tiberia le contestó: -Quiero hablar con ella para que me cuente viejas historias del mar. También quiero llevarla a la ciudad y mostrarle nuestro mundo. Entonces, la ballena que estaba escondida detrás de un iceberg, salió de su escondite y les dijo: -¡Claro que me gustaría ir con vosotros! En la ciudad, todas las brujas se preguntaban por qué habría traído Tiberia a una ballena. Llegó el momento de la elección: -¡Oíd, brujas! –dijo la vieja reina. Todos los tesoros que habéis traído se pueden comprar con oro: los diamantes, los trajes, las obras de arte…, ¡todo! En cambio, Tiberia ha traído el mayor tesoro: ¡una amiga! Y la amistad no puede comprarse con oro. Por tanto, Tiberia será nuestra nueva reina. Y así, en aquella noche mágica, la bruja Tiberia fue coronda reina.