Da comienzo a su demostración indicando el grado de humedad que ha de tener el papel.
Explica con detenimiento la mezcla de los colores y la manera de aplicarlos.
Empieza a realizar la primera mancha y deja que el agua haga su función.
Mueve el tablero con el papel y, por lo tanto mueve el agua a su conveniencia.
Siempre es bueno observar la manera de hacer de otros acuarelistas.
Concedido el tiempo justo de secado, empieza a aplicar otros colores para formar una obra conjunta.
La fuerza de los colores se expresa más y mejor con la mezcla entre ellos mismos que con la cantidad que se aplica de cada uno.