La creciente demanda de los mercados exige un cambio a fin de formar organizaciones de carácter vitalicio y con esto asegurar su permanencia a perpetuidad en el mercado y estar en condiciones de competir en entornos complicados, para ofrecer servicios de una forma mucho más ágil y con mayor calidad.
Evidentemente el mercado y lo que le rodea es un ente vivo, tiene movimientos que hacen que unos suban y que otros bajen pero existen muy poco que consigan quedarse estabilizados, sólo aquellos a los que los cambios sociales, económicos y tecnológicos no les afecten demasiado.
Aparentemente son cambios positivos o negativos, en corto plazo reflejan ser más negativos que positivos. Los cambios pueden ser: Sociales, económicos o tecnológicos. Su clasificación puede ser drástica, natural o gradual.
Es necesario planificar el cambio para definir objetivos y conceptos. Se deben trazar metas, sub metas, coordinar las acciones a seguir y estar consciente de los pasos a seguir. Podemos calcular la velocidad de respuesta de la organización al cambio en base a su madurez cultural La gestión de conocimiento es importante ya que por ello aprendes a aprender y aprendes a cambiar. En la mejor manera de saber si se comienza a cambiar es escuchar a los clientes internos ya que son los primeros que presentan las quejas.
Pues sencillamente escuche a los empleados que son sus clientes internos a los que tiene que ofrecer servicios que les permitan desarrollar mejor su labor productiva y escuche también a sus clientes, las quejas a veces son verdaderos tesoros que le indican exactamente hacía donde y como tiene que cambiar
Pues en principio por los lugares o los puntos de la empresa más importantes o de los que dependan otros de forma directa, ya que estos serán los que le indicarán hacia donde tienen que ir los cambios de segunda línea.
Existen cuadrantes de áreas importantes y urgentes. Se debe considerar el 45% al primer cuadrante, el 35% al segundo cuadrante, el15% al tercero y 5% al 4to.
Hay que prever los efectos, saber que ocurrirá al terminar el cambio. La mejor manera es preguntarse que sucedería si sale mal.