Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar cuentas con sus empleados. Le presentaron a uno que debía diez mil talentos.(…) Le presentaron a uno que debía diez mil talentos.(…) Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar cuentas con sus empleados. Le presentaron a uno que debía diez mil talentos.(…) Le presentaron a uno que debía diez mil talentos.(…)
«Págame lo que me debes». El empleado encontró a un compañero que le debía cien denarios y agarrándolo lo estrangulaba diciendo:
El compañero arrojándose a sus pies, le suplicaba: (Mt 18, )
Nos cuesta solicitarlo, si es que llegamos a admitir que hemos ofendido a alguien. Pedir perdón nos humilla, nos hace abajarnos ante el otro. nos hace abajarnos ante el otro. Pedir perdón nos humilla, nos hace abajarnos ante el otro. nos hace abajarnos ante el otro. Nos cuesta trabajo concederlo cuando somos nosotros los que nos creemos agraviados. Lo esperamos de los demás, lo exigimos, cuando nos hemos equivocado. Lo esperamos de los demás, lo exigimos, cuando nos hemos equivocado.
El perdón se podría traducir hoy en términos de tolerancia. Queremos que toleren y acepten nuestras manías, pero no toleramos las actitudes y formas ajenas de pensar y de vivir.
El evangelio subraya la diferencia entre lo que debemos a Dios y las ofensas que recibimos de los demás.
La parábola habla sobre todo de Dios. Él es misericordioso. El creyente sabe que así se define Dios. se define Dios.
Sólo se le puede imitar en la misericordia. Y en esa imitación consiste la dignidad humana. La parábola habla también del hombre. Como Él nos trata a nosotros, hemos de tratar a nuestro prójimo. a nuestro prójimo.
Jesús Maestro y Señor, testigo de la misericordia de Dios, tú nos has enseñado a pedir humildemente su perdón y a concederlo generosamente a nuestros hermanos. Que lo que rezamos cada día sea programa de nuestra vida. Amén.
José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR, Salamanca 2007 Presentación: Antonia Castro Panero Música: Relajación con violines y arpa.